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OPINIÓN - DOMINGO, 15 DE NOVIEMBRE DE 2009

 
OPINIÓN / COLABORACIÓN

El Cordero

Por Abdelmalik Mohamed


Ahora que se acerca uno de los días más importantes para los musulmanes, el día de Aid Al Adha, que conmemora el acto de fe de Abraham, compete a la Ciudad promover todo tipo de facilidades a quienes prefieran comprar su cordero en Marruecos para sacrificarlo en Ceuta, sin más problema que el trabajo que pueda acarrear su traslado, pues mantener la norma que obliga a comprar en plaza, prohibiendo la entrada de animales procedentes de Marruecos, no deja de ser una práctica malsana y nada conveniente para armonizar conciencias futuras, pues consolida un agravio que ya es costumbre, sobre todo frente a otros colectivos a los que no se imponen restricciones al paso de ricos peces y sabrosas carnes, sin que en ellos falte el made in maroc.

Duele a mucha gente que al colectivo musulmán de Ceuta no se le concedan las facilidades de las que goza el de Melilla, pues en la “Ciudad Hermana” se establecen carpas a ambos lados de la frontera, con personal sanitario cualificado, tanto en una zona como en otra, de modo que las familias pueden elegir el lugar en el que quieren manifestar sus gozos, sin ningún tipo de restricciones. En Melilla las cosas se hacen de otra manera. Allí todo es alegría. En Ceuta, en cambio, el acoso sigue vivo y merodeando.

Los argumentos que se aducen para prohibir la entrada de animales procedentes de Marruecos son inconsistentes por donde se miren. No existe base racional que los justifique; antes bien, habría que pensar que en toda esta práctica de indiferencia hacia un colectivo de la ciudad sólo subyace el deseo malicioso del efecto recaudatorio vía IPSI, sin reparar en el daño emocional que se causa.

No puede ser que en unas fechas como estas a la Ciudad le de por colgarse al cuello tanta lupa, y no hacerlo con tanto gasto y con tanto pico como ya es habitual en cualquiera de las millas de oro adyacentes a palacio, así como bien ajustarlas en sus ojos a la hora de aprobar unos paupérrimos salarios sociales, sin olvidar la esplendidez para con la que agasaja y paga a aquellos con IP áulica.

Sería bueno que los musulmanes puedan traer sus corderos de donde les plazca, de modo que nada se constituya como estorbo en días tan señalados, así como que toda y cualquier cosa venga a traerles un día feliz.

Mejor es contribuir a la gestación del agradecimiento que al fastidio. Vivir aferrados a tiempos pasados es vivir sin razones en tiempos presentes y futuros.

Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.
 

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