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OPINIÓN - SÁBADO, 21 DE NOVIEMBRE DE 2009

 

OPINIÓN / EL OASIS

‘Un hombre cabal’
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

En el último viaje a Barcelona, un socio de la Casa de Ceuta, cuyo nombre escribí en una nota que he perdido, se me acercó para decirme que él se interesó en su momento por las memorias de Fructuoso Miaja escritas por mí. Y que consiguió dos libros, más bien opúsculos, por su escasa extensión, gracias a que Quim Sarriá me los pidió. Y que uno de ellos está en la Universidad Pompeu Fabra.

Metidos ya en conversación al respecto, en la sala de estar del hotel Barcelona Plaza, el socio, cuanto lamento no acordarme de su nombre, me puso al tanto de que habiendo preguntado por ‘Un hombre cabal’, que ese es el título del librito, le respondieron en Ceuta que jamás se presentó y que, metidos en cajas, casi todos los ejemplares están alojados en un sotano.

El hombre quería que yo le explicase las razones habidas para que algo así hubiera sucedido. Y no tuve el menor inconveniente en contarle la primera parte de un comportamiento mezquino a todas luces por parte de un sujeto que no quise nominar. La segunda parte (pese a que durante un acto en la calle de Daoíz, sede del PSOE, me ofrecieron la oportunidad de decir unas palabras relacionadas con el librito y hasta se repartieron algunos) fue motivada porque a Fructuoso le hizo poco tilín el que yo pasara de puntillas por sus años como alcalde.

Y, aunque yo procuré por todos los medios hacerle ver que no convenía extenderse en ese apartado, argumentando mi decisión, Fructuoso se empestilló en lo contrario. Tal vez mal aconsejado por una persona que también deseaba aparecer en las memorias a su vera dándose pote de preclaro varón y concejal de altos vuelos.

En resumidas cuentas: que yo me dediqué durante un tiempo a laborar en un cometido que sin aportarme beneficios sí me obligaba a abandonar otras tareas preferentes para mí en todos los sentidos. Máxime cuando mi estimado Fructuoso decidió a partir de un día contarme nada y menos de su vida.

Una decisión que viene aclarada en el prólogo de las memorias de un hombre que creyó en el anarquismo, desde que fue adolescente, y que terminó siendo concejal, senador, y alcalde de su pueblo con la llegada de la democracia.

También salió a relucir, durante la conversación con el socio, el que no le hubiera hecho yo en su día la necrológica a FM. Y contesté que cada vez me gusta menos tener que evocar por obligación los merecimientos de las personas conocidas que mueren.

Pero en el caso de Fructuoso Miaja no dudé en aclarar que mi comportamiento con él en vida no tuvo nunca la menor tacha. Que es realmente cuando conviene portarse bien con los demás.

Y a partir de ese momento, es decir, dadas por mí algunas explicaciones revestidas de prudencia, optamos por hablar del librito cuyo diseño maquetación e impresión corrió a cargo de ‘Papel de Aguas’. Y el ceutí, que vive en Barcelona, amén de celebrármelo, me habló con verdadera estima de una de las varias fotografías que ilustran las memorias: la perteneciente a una tertulia en el Bar California de Hadú. Porque él vivió muchos años en ese edificio y viendo la foto se apoderan de él los recuerdos.

‘Un hombre cabal’ es un librito hecho sin pretensiones. Pero es el único homenaje que se le hizo a Fructuoso Miaja en vida. Por más que muchos de sus ejemplares estén arrumbados en un sotano
 

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