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OPINIÓN - LUNES, 23 DE NOVIEMBRE DE 2009

 

OPINIÓN / ESCRITOS CABALLAS

Los cebollones
 


Javier Cherllarám
javiercherllaramt@elpueblodeceuta.com

 

He procurado siempre vestir elegante, pero por varias actuaciones labores y profesionales, me han dado ganas de llevar un escudo anti-disturbios, un chaleco antibalas, o un traje del sistema operativo como la Brigada Paracaidista, si así de sencillo, no se puede ir de traje y corbata, de matizado, cuando te encuentras un día unas maniobras en Cerro-Muriano. Por ese mismo motivo, varias noches me ha apetecido salir en plan macarra, para que tanto zapato mono, camisa bonita y elegante, y unos pantalones, que realzan la figura y ese culo de torero. Después dejan de entrar un ganado que no te menees, con las chanclas, las bermudas, las camisetas horribles, y los tios con dos salcillos, y los pelos tiesos, anda ja me maten, si hubierais estado ustedes en los ochenta con pendiente puesto en casa, con el recuerdo de tito Paco, salía el lobulo, o sea la oreja, volando con el abalorio y el dedo de tu padre rodando por la ventana.

Dicho y hecho la semana pasada, me puse un vaquero turbio, una camiseta negra ceñida, que realza la figura como el cruzado magico de plaitex, del post-franquismo, esa camiseta es de tirador de elite, de los vinos que me cargo en la feria, de tirador de la Armada, aunque me molesta las gafas por la mira telescópica. Del nuevo fichaje en la pista, un señor mayor, barrigón y culo gordo, el pobre hombre para hacer un merengue, hace una circunferencia, de la pista del Helipuerto, y claro te mete un culazo, que pierdo el ritmo del merengue, y me choco con la columna. Menos mal que el otro día salió un bailongo, que metió un repaso de como mandan los canones salseros, y el pureta se tuvo que retirar y dejar a alguien en condiciones.

Dicen los puristas, que entre cubatas y cubatas, hay que tragar mucha agua,para hidratar el cuerpo y mitigar los cebollones, al salir de mi club selecto, me acerqué a otro porque sonaba el weke weke, y me agrada la canción, por su ritmo y percusión, en esto paradojas de la noche, me confundieron con el portero del local, la camiseta negra me delató y los angulos de CANTUO, daba ese aire de vigilante, invitaban a un joven con collar marrón, pelo marrón a juego con perilla y camiseta blanca, a abandonar el local por el estado de cebollón acentuado, o sea borracho, los amigos me decían que claro es que se había mareado, le cambiaron el vaso de cristal por el de plástico, y por el arte de capear el temporal y el aguante del portero autentico, yo iba asintiendo con la vista, como se desenvolvía la situación, el joven en total estado de embriaguez hacía sus lentos trompos y no podía ni hablar, al despedirse con un amenazante, “ ya nos veremos” nos tiró el vaso del cubata a nosotros, dió en el quicio de la puerta, y salí tranquilo tras el, por los cojones que había hechado tras los litros de alcohol, mi mujer me gritaba , que regresara,me decía que como para estar de portero de noche, ahora puedo comprender el trabajo de portero, el curso de sicologo, de paciencia, de aguantar, que te amenacen, que te tiren un vaso de cubata en las narices, luego ves en los telediarios y tele-basura mi hijo no ha hecho ná, y es que noche, se ve cada cuadro, que me digo a la vuelta, parece que va uno a la guerra, en vez de pasar un rato agradable, para tomarse una copa, no el bar entero como el del collar marrón.
 

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