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OPINIÓN - DOMINGO, 29 DE NOVIEMBRE DE 2009

 
OPINIÓN / Personal y Trasferible

Los sin-techo

Por Domingo Ramos


A todos se nos abren las entrañas cuando contemplamos a esos hombres y mujeres, tirados sobre cartones, a cobijo de la intemperie de la noche, en cualquier rincón de nuestras urbanizadas localidades. Son los llamados sin techo. Haciendo uso de su respetable libertad han decidido, no sabemos por qué motivo, una forma de vivir en las ciudades, al margen de la sociedad, pareciendo contradecir las maravillas de nuestro desarrollo económico y social.

Enseguida surgen las preguntas, ¿no podríamos destinar parte del dinero que se envía a otros países en caso de catástrofe, para remediar la situación de estas personas nuestras?; ¿no hay en esta sociedad algún ángel que trate de aproximarse a ellos y preocuparse de sus necesidades?

La situación por la que han optado vivir de esa forma no es fundamentalmente económica, aunque en ocasiones, un revés de este tipo, pueda haber contribuido a ello. Existen además albergues de acogida donde pueden, al menos temporalmente, llevar una vida más higiénica y saludable.

Su pobreza y su dolor están en el alma. Son el resultado de desencuentros, abandonos, frustraciones, desamores en familias desestructuradas. No se apartan de las ciudades; pero desconfían de los ciudadanos. Prefieren la libertad aún en la indigencia.

Sólo la aproximación a ellos con respeto, cariño e insistencia durante mucho tiempo, da algunos resultados, y eso sólo puede proceder de esos ángeles que existen, a los que una fuerza interior les arrastra a sentirse hermanos de los más pobres entre los pobres.

Los políticos reconocen que no son capaces de abordar a esas bolsas de pobreza que no se resuelven sólo con presupuestos. Los menesterosos necesitan de esos ángeles protectores, capaces de arrimarse a ellos con amor y cuidarlos en los centros que puedan destinarles.

¿Por qué, entonces, hostigar a los que profesan una doctrina capaz de generar impulsos de amor hacia los más necesitados, resolviendo, además, situaciones para las que la sociedad, por sí sola, no tiene soluciones?
 

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