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ACTUALIDAD - JUEVES, 3 DE DICIEMBRE DE 2009


musulmanes rezando. archivo.

justicia
 

La Audiencia Nacional se basa en un informe del CNI para rechazar la nacionalidad a un tabligh

Considera, como lo hizo el Ministerio de
Justicia, que la pertenencia al movimiento Tabligh supone “falta de integración ahora y en el futuro en la sociedad española”
 

CEUTA
Antonio Gómez

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Una sentencia de la Sala de lo Contencioso de la Audiencia Nacional ha ratificado la decisión adoptada por el Ministerio de Justicia de rechazar la nacionalidad solicitada por un residente marroquí -miembro activo del movimiento Tabligh en España-. Para llegar a la misma conclusión que el Ministerio de Justicia, la Sala se basó en un informe expreso solicitado al Centro Nacional de Inteligencia sobre las actividades del marroquí en nuestro país y del que se dedujo que su vinculación a este movimiento “fundamentalista” contraviene la integración en nuestra sociedad, suponiendo igualmente “desinterés para una integración futura”

Mientras que el movimiento Tabligh en Ceuta campa a sus anchas revestido de actividad pietista en la ciudad, introducidos en asociaciones que capitanean; controlando servicios municipales, y contando con cierta anuencia además de laxo control institucional, el Ministerio de Justicia español, el CNI y ahora la Audiencia Nacional, han manifestado con claridad que el Tabligh “puede dar lugar a situaciones de conflicto social, especialmente en aquellos casos en los que el cumplimiento estricto de la ley islámica pueda chocar con el cumplimiento de las leyes del país en que residen. Por otra parte, no está claro -informó el Ministerio de Justicia, y así se recoge en la sentencia- su carácter apolítico y no violento, dado que su organización -el Tabligh- ha sido utilizada en ocasiones como cobertura para la realización de actividades terroristas”.

Y todo ello ha quedado reflejado en sentencia de la Audiencia Nacional tras la causa seguida por un marroquí afincado en Dos Hermanas que pretendía la nacionalidad española rechazada en 2006 por el Gobierno.

Efectivamente, el Ministerio de Justicia rechazó concederle la nacionalidad en junio de 2006, en una resolución que argumentaba que el marroquí no había justificado “suficiente grado de integración en la sociedad española”, dado que es miembro activo del movimiento Tabligh en España, “lo que supone una falta de integración en la sociedad española y desinterés para una integración futura”. El Ministerio añadía que los miembros del Tabligh profesan “un islam conservador y fundamentalista y propagan una conducta segregacionista respecto de la sociedad no musulmana, dentro de la cual no tienen ningún interés en integrarse, al procurar el sometimiento de todo musulmán exclusivamente a las normas islámicas”.

El juez encargado del Registro Civil y el Ministerio Fiscal informaron inicialmente a favor de la concesión de la nacionalidad española, pero posteriormente la Fiscalía pidió a la Administración que informara sobre la pertenencia del ciudadano marroquí al movimiento Tabligh.

Y aquí es donde apareció un informe del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), realizado en febrero de 2005, en el que se aseguraba que el solicitante de la nacionalidad es un miembro “activo” del Tabligh, extremo que el ciudadano marroquí llegó a negar e incluso alegó que podía haberse producido un error al confundir a esta persona con otra del mismo nombre. Así que la Sala de lo Contencioso de la Audiencia Nacional volvió a recurrir al Centro Nacional de Inteligencia a fin de que el servicio de espionaje español ampliara su informe inicial de modo que concretaran las razones por las que se consideraba al marroquí un miembro ‘activo’ del Tabligh.

Pese a que el marroquí había negado ante la Justicia su pertenencia al Tabligh -sabedor de lo que ello significaba-, un informe posterior más detellado a la Inteligencia española recalcaba que no sólo era un activista del Tabligh, sino que era realmente “uno de los dirigentes de este movimiento en Sevilla y financiador de esta congregación” asentada en una mezquita ubicada en el barrio de la Macarena.

Eso sí, la sentencia, de 20 de octubre de 2009 de la Audiencia Nacional recuerda que el Tabligh es un movimiento “islamista y pacifista que rechaza la lucha armada”, pero que defiende un fundamentalismo religioso que pretende la “reislamización de la sociedad, de forma que la conducta de sus seguidores se rige por una serie de normas, dictadas por los líderes, que abarcan prácticamente todos los aspectos de la vida cotidiana de un musulmán, incluyendo la forma de vestir y la posición subordinada de la mujer”.

Las características de este movimiento, entienden los magistrados, “refuerzan la idea de que sus seguidores no pretenden integrarse en la sociedad de acogida, propugnando una conducta segregacionista y de aislamiento respecto de la comunidad no musulmana, rechazando participar en el entramado social y en la actividad colectiva (política, vecinal o institucional) que conforman las sociedades occidentales, cuyos valores y forma de vida rechazan”.

El Tabligh en Ceuta

El movimiento, para unos, la secta para otros, comienza a visualizarse en la ciudad autónoma a finales del pasado siglo XX (pasada la mitad de la década de los 90). Los líderes de ‘la Misión’ en Ceuta logran, en tiempo record, la suma de decenas de nuevas asociaciones musulmanas que pasaron a engrosar las siglas de la UCIDCE (versión ceutí de la UCIDE nacional de Riay Tatari).

La visión y el mensaje de que un ‘islam español’ es posible, ha logrado calar entre los que manifiestan su aversión a lo marroquí y su desconfianza sobre la figura que aúna en si misma la de monarca con la de Príncipe de los creyentes para los seguidores del tradicional e histórico rito de esta región, el suní-malekí.

Poco a poco, en esta primera década del siglo XXI, el Tabligh en Ceuta ha logrado acceder a buenas posiciones de representatividad favorecido por el apoyo específico facilitado desde las instituciones públicas locales, lo que ha supuesto innumerables quejas oficiosas de la administración marroquí y más de un contacto entre los servicios de inteligencia marroquí y español.

La desestabilidad social que acarrea el Tabligh, por su falta de integración, ya ha sido advertido también ahora por la Audiencia Nacional.
 

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