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sociedad - MARTES, 8 DE DICIEMBRE DE 2009


Francisco Jesús Fernández Alcedo. rd.

IGLESIa
 

Fernández Alcedo: «Me siento muy orgulloso al poder ejercer en
Ceuta mi ministerio pastoral»

El parroco de Villajovita fue nombrado canónigo por el Obispo el pasado sábado 5 de diciembre y con tan sólo 30 años asume un cargo que suele otorgarse al final de una vida como reconocimiento a una trayectoria pastoral
 

CEUTA
Ernesto Muñoz

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Francisco Jesús Fernández Salcedo nació en barbate en el año 1979 y fue de los últimos que nació en su pueblo porque ahora lo hacen en Cádiz. Con 19 años y tras acabar su estudios de BUP y COU decidió comenzar su formación como sacerdote. Confiesa que no contó en casa que habiá solicitado su ingreso en el Seminario y tuvo que hacerlo ante la evidencia. Tras cuatro años estudiando filosofía y dos más de teología, se ordenó presbítero con 26 años. Cuatro años después ha sido nombrado canónigo de Ceuta. Su nuevo cometido tiene que ver con la secretaría de la Catedral aunque sin olvidar a sus feligreses de Villajovita a los que adora y de los que recibe un gran apoyo y cariño.

Pregunta.- ¿Cómo decidiste dar el paso de ordenarte sacerdote?


Respuesta.- No es fácil de explicar. No es dar un paso, es plantearse que quiere hacer uno con su vida. En la época de juventud quería hacer algo que tuviera relevancia y aventura, pero al mismo tiempo deseaba hacer algo que hiciese feliz a los demás pero con la conciencia que el primero que tiene que ser feliz es uno mismo. Para mi la felicidad está en Jesucristo y considero que es el modelo de una humanidad planificada.

P.- ¿Eso significa también renunciar a los placeres mundanos?

R.- Significa renuncia y aventura.

P.-¿Qué te dijeron en casa cuándo dijiste que querías ser sacerdote?

R.- En casa se intuía algo pero hasta que no di el paso definitivo no se lo creyeron mucho. Una cosa era que yo me volcara con la cofradía, con la parroquia y con las cuestiones de fe pero en ningún momento había tomado esta opción tan grande. Llegó el día que había pedido el ingreso en el seminario sin ellos saberlo. Pero no me quedó más remedio que comentárselo porque más tarde o más temprano se iba a saber. Además es que yo quería lanzarme en este proyecto grande de vida. Me dijeron que adelante, que ellos iban a estar ahí para apoyarme sabiendo que el camino lo haces tú y el camino lo has elegido tú.

P.- ¿Había tradición en la familia de sacerdocio?

R.-No, ni había tradición en la familia ni tampoco en el pueblo. No tenían ningún referente de algún sacerdote que hubiera comenzado y completado el proceso de formación y que luego se haya ordenado. Todo lo que hasta ahora he ido haciendo de ministerios u ordenaciones ha sido lo primero que se ha hecho en el pueblo.

P.- ¿Cómo definirías a los católicos ceutíes?

R.- Son especiales porque conviven con otras culturas y diversa manifestaciones de fe. Sin embargo hacen mucho hincapié en la manifestación de fe pública. Los feligreses ceutíes son especiales porque la situación geográfica y su historia son diferentes al resto de la Península y eso también condiciona su manera de sentir la fe.

P.- ¿Te sientes valorado y querido en Ceuta?

R.- Me siento muy querido y además con cosas muy concretas. Desde que llegué a esta ciudad siendo joven lo hice rompiendo un poco los esquemas del sacerdote. Al principio les costaba mucho relacionar párroco con la figura de una persona joven. En ningún momento me ha faltado la confianza, siempre me han acompañado y me han arropado lo que ha hecho que me sienta querido y valorado en esta tierra. Tuve la oportunidad de ser el rey Gaspar con tan sólo tres meses aquí y a partir de ahí he tenido una gran cantidad de oportunidades que el pueblo de Ceuta me ha brindado. He participado en todos los ámbitos de la cultura y de la sociedad de Ceuta. Tanto desde el mundo cofrade y el social y político. Desde que estoy aquí se han estrechado los lazos con el cuerpo de bomberos. En fin, son detalles que van configurando el ser y el actuar de un párroco dentro de este barrio y de lo que representa la figura de San Juan de Dios. He acompañado a los rocieros de Ceuta y he pregonado el Rocío. Dentro del barrio el sacerdote sigue siendo un referente y consultan muchas cosas con el sacerdote.

P.- ¿Tiene aspiraciones dentro de la Iglesia?

R.- Aspiraciones ninguna. La mayor aspiración que tengo es dar un buen servicio. Cuando tu quieres y aprecias el sitio donde estás sabes que la mayor aspiración es el día a día.

P.- Pero teniendo en cuenta su edad y lo joven que empezó se prevén unas enormes posibilidades de futuro.

R.- La grandeza de Dios es que te va abriendo los caminos. En ningún momento me imaginé que iba a venir a esta parroquia, que iba a estar en Ceuta y que iba a tener estas posibilidades relaciones sociales tan grande. Si hasta el día de hoy he llegado hasta aquí y estoy contento, he sido feliz y he aprendido muchísimo, pues que sea Dios quien me vaya abriendo las puertas el día de mañana. Lo que pretendo es ser fiel día a día no tiene más secreto. El que es fiel en lo poco será fiel en lo mucho.

P.- El otro día estrenó nuevas responsabilidades al ser nombrado canónigo por el Obispo, ¿cómo se siente?

R.- Me siento contento y con una gran confianza por parte del Obispo y por parte del cabildo Catedral. Es una puerta que se abre a descubrir como un sacerdorte joven puede aportar algo a una institución clásica y con sabor a añejo. La canonjía siempre se ha otorgado a personas que han tenido un periodo de vida largo como una especie de recordatorio a una trayectoria pastoral de reconocimiento. En mi caso se abre una puerta no al final de una vida sino al principio. Me siento muy confiado de poder aportar algo no sólo a nivel de barrio sino ya en el núcleo central de lo que es la liturgia y la Iglesia de esta ciudad.

P.- ¿Qué necesidades tienen sus feligreses?

R.- Lo primero que yo considero es que necesitan una buena formación cristiana. Somos cristianos de culto pero estamos olvidando los principios de nuestra fe y esto nos lleva a olvidar nuestra esencia lo que provoca que hoy seamos cristianos, mañana no lo somos, por la tarde lo volvemos a ser y pasado mañana lo olvidamos de nuevo. Por eso hay que ahondar mucho más en la formación de la fe cristiana.

P.- ¿Es difícil vivir desde los valores cristianos?

R.- Muy difícil, sobre todo cuando hay una sociedad que impone y no aprecia lo que es un valor. Como su propia palabra indica, un valor es algo que vale de por si. Pero hoy no se aprecian los valores y se fomentan los contravalores. Hay una confrontación entre lo que es un valor y una verdad, porque esta última depende de lo que consideremos que está bien quitando de nuestra mente lo que son unos principios que son universales y válidos que defienden puntos muy concretos de la vida del ser humano. Esta es la mayor crisis que estamos viviendo. El desconocimiento de la esencia de nuestra fe y de los valores cristianos está haciendo que dentro incluso de personas católicas que practican la fe se estén manifestando posturas contrarias a la propia esencia de lo que es la Iglesia.

P.- ¿Algún mensaje más para los ceutíes?

R.- Me siento orgulloso de poder ejercer mi ministerio pastoral en esta tierra. Espero que mi aportación ayude a muchos a mantener su fe.
 

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