PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - JUEVES, 10 DE DICIEMBRE DE 2009

 

OPINIÓN / MIS COSAS

Mis cosas
 


ADE
ade
@elpueblodeceuta.com
 

Siempre he sentido una gran admiración, por todas aquellas personas que saliendo de la nada, se hicieron con su esfuerzo y trabajo un puesto en la sociedad, sin necesidad de que ningún dedo protector impulsara su figura para convertirlo en un personaje, sin más méritos que ese dedo protector o esa papeleta de la tómbola de la vida que le ha llevado a creerse que es alguien, cuando siguen siendo unos don nadie, manejados como monigotes por ese dedo protector o por la papeleta, de la tómbola de la vida que alguien le metió en el bolsillo y de la que, siempre, habría de responder a aquel que se la puso.

Uno de esos hombres a los que yo admiro por haberse hecho ha sido mi gran amigo, a pesar de la diferencia de edad que nos separa, Antonio Benítez, al que se le ha concedido la Medalla de Oro al Mérito al Trabajo, a propuesta del delegado del Gobierno, José Fernández Chacón.

Me siento enormemente feliz por esa Medalla de Oro al Mérito al Trabajo que va a recibir de manos del ministro mi amigo. Pues si alguien tiene méritos más que suficiente para ese reconocimiento es Antonio Benítez.

Me he preguntado: ¿cuánto tiempo hace qué conozco a Antonio?. Y la repuesta ha sido rápida, de toda la vida. Pues era un chaval, cuando, Antonio, vivía con su esposa Manolita en el Callejón del Lobo, el mejor callejón del mundo y con algunos de sus hijos, pues aún quedaba por venir al mundo, si no me equivoco, el más pequeño.

La frase de que detrás de un gran hombre, siempre hay una gran mujer, se hace la mayor de las realidades en estos momentos pues, Manolita, ha sido para su Antonio, esa compañera que todos deseamos tener, como compañera hasta el final de nuestros días y como madre de nuestros hijos.

Si hay una crónica, que más que crónica parece eco de sociedad, que más me complace hacer, es la que estoy haciendo, por la gran alegría que supone que a un gran hombre, persona extraordinaria en todos los ordenes de la vida y, encima, amigo y lector asiduo a cuanto escribo, se le haya concedido lo que por méritos propios, por luchador infatigable, saliendo de la nada, labrándose un porvenir, haciéndose asimismo como es el caso de Antonio, se merecía sin duda alguna. Porque, en este caso, la duda ofende.

Es tal tu grandeza amigo, que según tus palabras lo que más te duele es no haber nacido en esta tierra a la que tanto quieres, por lo que siente envidia de tus hijos, que son caballas auténticos.

No debes sentir envidia alguna, Antonio, porque si tú no llegas a poner la semilla, jamás hubiesen existido esos hijos tuyos. Caballas de corazón y de sentimientos Debes sentirte orgulloso, porque tú le has dado, a esta tierra que tanto amas, el valor de esos frutos caballas, que son tus hijos.

No hace faltar nacer aquí, y menos tú, para sentirse caballa de corazón, porque ser caballa, no es sólo por nacer aquí, si no por un sentimiento de amor. Y ese sentimiento de amor a Ceuta, como joyero que eres, lo llevas grabado en lo más profundo de tu corazón. Tú más a Ceuta y Ceuta, te quiere como a un hijo. Felicidades, Antonio.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto