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OPINIÓN - SÁBADO, 12 DE DICIEMBRE DE 2009

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

¡Ele! ¡Vamos a cristianear!
 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

Recuerdan la época de la Oprobiosa Dictadura? Yo prácticamente no, porque no la viví ya que estaba en mi Rif amaestrando camaleones, así que, ni las torturas, ni los crímenes, ni la represión brutal iban conmigo. Pero yo estaba informada de buena tinta ya que iba una vez cada quince días al cine en Melilla, donde, los no-asesinados por la Dictadura acudían a ver el No-Do y las películas fascistas de Alfredo Landa que se llamaban cosas así como “Vente a ligar al Oeste” y de paso, los vivos comían pipas y golosinas. De hecho hoy, mismamente, recuerdo como si acabara de acontecer, las canciones deplorablemente ejecutadas por cantantes pro-régimen y sobre todo una que constituía una exaltación propagandística que contaba con el estribillo de “¡Vamos a españolear!”.

Era melodía que complacía sobremanera a los no exterminados y, los nacidos de la emigración nos conmovíamos hasta las lágrimas con los sones de “nuestro” Manolo Escobar “Que vivan, los cuatro puntos cardinales de mi Patria…¡Que vivan! Los cuatro juntos… Que forman nuestra bandera y el escudo de mi España..” ¡Entraba una cosa por el pecho! Daban ganas de España, mono de piel de toro, aunque muchos de nosotros no conociéramos la Madre Patria más que por fugaces referencias. Pero “nos sentíamos” españoles, parte de algo muy enorme, inmenso, importante. Desconocíamos cualquier alusión al inconsciente colectivo, no sabíamos nada de raíces, ni de memoria genética y teníamos el corazón partío entre nuestro Rif pedregoso que fue español y esa península lejana que nos tenía olvidados. Por eso respirábamos hondo al decir ¡Vamos a españolear! Y nos sentíamos parte de algo, un cacho desgajado de un todo y al tiempo sentimiento y sangre de ese todo. Y hoy, como no me mataron en los años universitarios franquistas, aunque si anularon las prórrogas y en segundo curso de carrera se llevaron a media clase a la guerra del Sáhara, rescato y recupero verbos dormidos.

En Marruecos estábamos en tierra extraña y llorábamos como magdalenas al escuchar los “Suspiros de España”. Y hoy, nosotros, no los hijos de la emigración, tan ninguneados por los sucesivos Gobiernos, sino los que mamamos la leche de los kirieleyson y de los gori-goris inciensados y luego, a fuerza de pensar y comparar y porque nos salió de los cojones nos declaramos cristianos convictos y confesos, nosotros, los no-ateos o séase no-laicos, que somos más chulos que un ataúd tuneado y que nos crecemos con las putadas, hemos acuñado el grito de “¡Vamos a cristianear!”. Eso sí, me revienta que, por sentirse “contestatarios” y antisistemas-fetén, más de uno se haya subido al carro de esta religión nuestra, que es nuestra cultura y son nuestras túrdigas y que estuvo en la última bocaná de nuestros muertos. Vale, vale, mea culpa por mi falta de caridad, bienvenidos sean los reconvertidos. A mogollón a las iglesias, en multitudes tras los pasos de la Semana Santa, comprando en los chinos por seis euros los pendones rojos con el Niño Dios retratado para anunciar su Nacimiento desde cientos de balcones españoles.

¿Qué los ateos quieren prohibirnos nuestra Santa Cruz? Pues el que tenga huevos y quiera demostrarlo que se pille el pins con la crucecita, como hacemos todos los andaluces y a pincharlo en las chaquetas y en los abrigos y a customizar prendas con estampitas antiguas de Comunión y en el llavero el Crucifijo, cruces por todo quisque, en plan provocón que si no quieres gazpachuelo te vas a tomar el tuyo y el del abuelo. De hecho, para estar en la onda de dos tipos sociales: la gente guapa y los antisistema- maverick (palabra inventada por Orson Wells cuando recogió un premio y significa ser antisistema con categoría) para estar en plan fashion hay que usar y abusar de nuestra liadísima y maravillosa parafernalia religiosa, que es puro arte y que tiene un nosequé que no se puede aguantar. Usar y abusar garbosos, en plan altivo y a la voz de ¡Vamos a cristianear!.

Y al que no vaya de ese rollo le podemos montar un exorcismo a precios económicos con agua bendita y ristras de ajos incluidos en el precio, todo por cortesía del Pater Don Cecilio “Exorcismos a domicilio”. ¡Ele!.
 

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