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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 23 DE DICIEMBRE DE 2009

 

OPINIÓN / EL OASIS

Jorge Uriel sustituye a Gordillo
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

A Eva Perea me la presentaron, hace ya varios años, en un despacho compartido por Javier Martí y Sebastián Fernández, en el edificio municipal. Estaba recién llegada a aquella oficina, no sé en calidad de qué, pero el hecho es que a los pocos días, en otras de mis visitas, la eché de menos y me dijeron que se había dado el piro. Así que le perdí la pista.

Pero pronto descubrí que había sido nombrada directora del Instituto Ceutí de Deportes. En vista de que Susana Román decía estar ya hasta el moño de un cargo en el cual los había que la trataban como si fuera tonta del bote. Mientras Susana recalaba en la consejería de Educación, Cultura y Mujer.

Pero en el ICD, y como directora, Perea duró lo que se dice un amén. Pues su llegada sirvió para que los misóginos del organismo la trataran de la misma manera que habían tratado a la profesora de esgrima. Y Eva, como no podía ser de otra forma, pidió traslado deprisa y corriendo.

De modo que se imponía otro cambalache: en esta ocasión, con Cristina Bernal; que prestaba sus servicios en la consejería de Economía. Quien, por cierto, ni siquiera tuvo tiempo de descubrir si Víctor Íñiguez formaba parte del entramado existente para amargarle la existencia a las mujeres que se atrevieran a aceptar la dirección. Ya que salió corriendo hacia la consejería de Mabel Deu, sin mirar hacia atrás.

Aquel trasiego de mujeres, en un cargo de cierta relevancia en el ICD, dio que hablar en su momento. A mí me llegaron diversos comentarios. Algunos saturados de malaúva. Pero uno, aunque no lo crean, sabe abstenerse de publicar ciertas cosas.

Ahora, dado que hay un hombre como director -llamado Benjamín Álvarez y que, además, es cuñado del presidente de la Ciudad-, mucho me temo que quienes perseguían sañudamente a Susana, a Eva y a Cristina estarán todo el día haciéndole la ola a Álvarez. Dedicándole toda clase de ditirambos. Agasajándole sin descanso. No vaya a ser que un simple mal modo contra el director-gerente sea causa de un mosqueo presidencial y tengan que pagar por todas las malas acciones cometidas antes contra las mujeres.

Pues bien, todo lo referido se me ha venido a la memoria leyendo hoy la entrevista que Ernesto Muñoz le ha hecho a Jorge Uriel Gómez. Y en la que dice que será nombrado diputado, sustituyendo a Gordillo, gracias a que Eva Perea había renunciado al escaño que le pertenecía. Y estoy a punto de hacerme cruces. Sí, como lo oyen, me asombro de manera escandalosa al comprobar que todavía alguien es capaz de hacerle una higa a un escaño en el Ayuntamiento. Cuando tenemos a Juan Luis Aróstegui, por ejemplo, haciendo lo que haga falta para lograrlo.

Pero pronto rectifico. Pues a mí el gesto de Perea también me llena de dudas. Así que me gustaría sentarme frente a ella para preguntarle si su generosidad con Uriel ha sido deseada o impuesta por circunstancias que no deban salir a la palestra. Porque, digo yo, no es lo mismo actuar en una consejería, casi como florero, que ser diputada. Por muchas y variadas razones. En fin, sabe más la loca en su casa... Por la misma razón, Jorge Uriel se habrá acordado ahora de lo bueno que es Gordillo. ¡Coño, hay cariños, tan a destiempo, que suelen matar! Y éste, por qué no, quizá sea uno de ellos. Máxime cuando el mes es propicio para ponerse sensiblero.
 

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