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OPINIÓN - MARTES, 19 DE ENERO DE 2010

 

OPINIÓN / EL OASIS

Conversación de fútbol
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Celebrada en ‘El Mentidero’. Testigos Luis y Lima. Quienes hacen posible que el ambiente en el bar sea muy agradable. La charla se suscita porque alguien pregunta si es tan decisiva la figura del entrenador. Y, aprovechando mi presencia, me cede la palabra.

Y le respondo que el entrenador tiene poco protagonismo. Pero ese poco ha de estar basado en un porcentaje de aciertos grandes en cuanto empieza el partido. Por ejemplo: el entrenador debe descubrir inmediatamente los rincones de seguridad de los adversarios y también sus puntos débiles. Con el fin de contrarrestar los primeros y explotar los segundos.

La siguiente pregunta no se hace esperar.

-¿Lo tienen los entrenadores más fácil ahora que antes?

-Los entrenadores nunca lo han tenido fácil ni lo tendrán. Ahora bien, entrenar ahora es mucho más fácil que en los años setenta u ochenta del siglo pasado. Lo cual es algo de cajón. Cuentan con muchísimos más medios.

-¿Es mejor la vehemencia o la mesura en el banquillo?

-Las dos cualidades son válidas. Yo prefiero la vehemencia controlada. Porque es lo que mejor se adaptaba a mis condiciones. Y confieso que me hubiera sido imposible hacer acopio de frialdad ficticia.

-¿Debe el entrenador alternar con los jugadores?

-Yo no tuve nunca el menor inconveniente en hacerlo. Incluso salía de noche en ocasiones con algunos jugadores. No obstante, al día siguiente no había problemas para mantener el orden.

-¿Cómo debe ser la relación con los jugadores?

-A mí no me importaba llamar la atención a un jugador delante de los compañeros. Eso sí, actuando con justicia. Así que pocas veces recurría a hacerlo en privado. Porque tiene sus inconvenientes.

-¿Cómo celebra el entrenador una victoria?

-Si es en campo contrario, durante el viaje los hay que piensan en la cantidad de gente que será feliz por el triunfo. Y eso le produce satisfacción. Aunque el entrenador, hablo por experiencia, suele tener ya puesta la mente en cómo solucionar los problemas con los que habrá de enfrentarse en el próximo partido.

-¿Qué es mejor para cualquier entrenador leer o ver vídeos de fútbol?

-Yo creo que atiborrarse de vídeos es contraproducente. Y, desde luego, mantener mucho tiempo a los jugadores en una sala proyectándoles partidos, conduce al bostezo. En lo tocante a la lectura, no tengo la menor duda de que le abre las mientes al técnico y a la larga le permitirá pensar mejor durante el transcurso de los partidos.

-¿Es verdad que la soledad del entrenador es terrible?

-No. Lo terrible es no asimilar que cualquier decisión que tomes será criticada. Y el entrenador, aún más que el político, ha de saber que está tan expuesto a la crítica como a la gripe.

-¿Qué hace un entrenador inteligente cuando su equipo gana un partido?

-Aprovecha la ocasión para corregir defectos. Dado que en esos momentos de alegría, los jugadores están dispuestos a oír todas las recomendaciones del entrenador. Ah, cuidado con los delegados de los clubs. Ya que hay de todo. Como en botica.

El vino y las tapas de ‘El Mentidero’ rejuvenecen.
 

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