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OPINIÓN - JUEVES, 21 DE ENERO DE 2010

 

OPINIÓN / MIS COSAS

Mis cosas
 


ADE
ade
@elpueblodeceuta.com
 

La familia es la esencia de la sociedad, es le puntal que mantiene en pie la sociedad en que vive y por ende el país al que pertenece. Acabar con la familia es quitar el pilar básico sobre el que se sustenta toda una sociedad.

Y si usted quita el pilar sobre el que se sustenta cualquier cosa está irremisiblemente, sin que nadie lo pueda impedir se viene abajo, convirtiéndose en escombro quedando difícilmente recuperable, puesto que lo único que se puede hacer con los escombros es retirarlos y crear de nuevo lo que se ha venido abajo, por la perdida del pilar que lo sustentaba.

En la sociedad moderna que vivimos, para algunos de los llamados progresistas que, por cierto, no saben lo que significa la palabra progresar, la desaparición de la familia, como tal familia, carece de la más mínima importancia.

Naturalmente, no se dan cuenta de que ese progresismo caduco y trasnochado, que nada tiene que ver con el verdadero progreso, está haciendo que el pilar fundamental, que sustenta a la sociedad, se está viniendo abajo con la desaparición de la familia como tal. Flaco favor a una sociedad que, cada día, carece de los valores suficientes porque esos valores los ha ido perdiendo, dejándose arrastrar por inútiles cantos de sirena.

Se les habla y se les cuenta, a la juventud, la enorme ventaja que es el emanciparse a los dieciocho años, alejándose de la casa paterna para vivir su propia vida, sin tener que rendirles cuenta a sus progenitores de las decisiones a tomar.

Todo muy bonito, todo precioso, los planes que se les plantea a esta juventud, de las grandes ventajas que van a tener en cuanto se emancipen de sus padres.

Y es, en esos momentos, con esos cuentos chinos cuando empieza a desmoronarse la familia y a partirse en mil pedazos, haciéndoles creer a los jóvenes una realidad que no existe, ni nunca va a existir.

Es fácil comprender, por qué ese mundo de ilusos, nunca va a existir, Cómo se va a emancipar un joven, con dieciocho años, sin un euro en el bolsillo, sin un trabajo que le permita alquilar una vivienda y tener los suficientes medios económicos para poder subsistir por si mismo.

Ese mundo de colores que les han pintado, lleno de fantasías, sólo tiene lugar en los cerebros con escasa masa cerebral y carcomido por el gusanillo de la ignorancia que han tratado, por todos los medios a su alcance, inculcar a la juventud un mundo de yupi y de cuentos para leer a los niños en las largas noches de invierno.

Estos cuentistas que duda cabe, han hecho su trabajo tratando de, como se dice ahora entre la juventud, e “comerles el coco”. Y esa “comedura de coco”, de ese mundo de yupi que les pintan a la juventud, es una de las cusas principales de que el pilar principal, que sustenta a la sociedad, la familia, se esté viniendo abajo.

Que nadie olvide, lo que es y significa la unión familiar para una sociedad, si quiere ser cada día más fuerte y más unida manteniendo con toda solidez ese pilar fundamente que sustenta a toda sociedad que es, sin discusión alguna, la familia.

Los lazos familiares son indisolubles en toda sociedad moderna.
 

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