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OPINIÓN - JUEVES, 21 DE ENERO DE 2010

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

Parece una frivolidad…
 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

... Referirnos a nuestras pequeñas miserias, cuando en Haití han muerto miles de criaturas y cientos de miles agonizan porque, los inútiles que han enviado toneladas de “ayuda” no se pararon a pensar, en el arrebato humanitario, en algo tan simple como en la forma de hacer llegar esa ayuda a la población. El aeropuerto de Puerto Príncipe abarrotado, pero no hay gasolina, ni vehículos, ni personal para repartir en condiciones. Hasta que lleguen los americanos. Por supuesto.

Y mientras nos golpean el alma con imágenes de cadáveres y nos hieren el sentimiento pensando en cómo los haitianos, que son tan creyentes, están viendo quemar a sus difuntos sin el mínimo ritual, el que el PSOE lance con timidez la cuestión de la sucesión de ZP, es algo que nos deja indiferentes. Las grandes catástrofes humanitarias, en su brutalidad, narcotizan el corazón ante los problemas domésticos y nuestros ocho millones de pobres ya no nos parecen “tan” pobres. Y el hecho de que, la mendicidad y la prostitución poligonera sean las actividades empresariales más pujantes de España, tampoco nos conmueve demasiado.

Estas tragedias blindan ante las calamidades nuestras de cada día, porque nos dan un punto de comparación infinitamente más horroroso. Ante la maldad del destino para con el pueblo haitiano, las maldades de nuestros poderosos, la injusticia institucionalizada, las arbitrariedades, los abusos consentidos, el blindaje de los que ostentan poder-bolígrafo, la infinita desprotección del pueblo español, nuestra enorme podredumbre se desinfla haciendo el sonido de una pedorreta “prrrufff…”. En el fondo ¿De que nos quejamos? Por lo menos no tenemos a nuestras familias bajo toneladas de escombros, ni a nuestros niños heridos, ni corremos el riesgo de que el presidente de Haití emigre a Madrid y pida el puesto de Fiscal General del Estado. Y se lo den por aquello de la “Alianza de Civilizaciones”. Parece una frivolidad llevarnos las manos a la cabeza ante hediondas injusticias sin respuesta, cuando en Puerto Príncipe el hedor de los muertos impregna los paladares. ¿Qué mascullan? ¿Qué deje de angustiarme y les relate algo “muy” hediondo que les haga pensar en otra cosa? Vale. Pero primero una pequeña oración por las madres haitianas y por sus hijos y ahora les cuento. ¿Saben que le han vuelto a denegar la libertad a Juan Antonio Roca cuando le faltan apenas tres meses para cumplir el máximo de cuatro años de prisión preventiva? Alegan, que el ex alcalde de Marbella presenta “grave riesgo de fuga”, cuando saben perfectamente, que el ex alcalde marbellí, el todopoderoso Roca, aquel que guardara las llaves del cofre del tesoro de los haberes públicos, saben y sienten que Roca no se va a ir a ninguna parte, porque hay algunos “detalles” que aclarar con el primer juez instructor, el jueztorres y su adorado primer administrador judicial. Algo extremadamente incómodo. Muy tema-Estrasburgo. ¿Les adelanto? La familia Roca tenía un lindo chalet en Mallorca, que fue intervenido automáticamente, en virtud de la presunción de inocencia, por el juez y puesto bajo la férrea tutela del administrador judicial, garante de los bienes embargados en virtud de la sacrosanta presunción de culpabilidad e infamia de los imputados no juzgados ni condenados.

El administrador, pese al sueldo millonario que tenía que pagarle Roca por imperativos legales, pasó de la casa. Que fue okupada por diferentes mangurrinos, drogadictos y demás y saqueada durante meses. Se formaban colas para arramplar con todo. Mobiliario, electrodomésticos, adornos, sábanas, toallas, lámparas… La propiedad desvalijada y absolutamente destruida. En la escala Ritter el terremoto alcanzaría una fuerza 5 para definir el grado de devastación, ruina total. ¿Qué si actuó de oficio algún fiscal-garante de la legalidad para defender los derechos del preso? ¡Por favor, no sean crédulos! ¿Qué que les pasó al juez y al administrador y cuanto han tenido que indemnizar? No les ha pasado nada. Por lo menos hasta ahora, en España. ¿Qué les cuente como el juez dejó agonizar a los maravillosos caballos? Otro día. Porque parece una frivolidad hablar de un preso de mierda comparado con la tragedia de Haití y es frívolo pensar que, ese preso, está mejor guardadito que en la calle reclamando y pidiendo incómodas cuentas , porque no nos interesa meditar sobre pequeños horrores, sino sobre el horror supremo.

Conformémonos pues con nuestras miserias y nuestra basura, porque más miseria están pasando allí y si lo nuestro apesta, también Puerto Príncipe es pura pestilencia de pobres cadáveres sin enterrar.
 

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