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cultura - DOMINGO, 24 DE ENERO DE 2010


cuartel del 54. archivo.

campus universitario
 

El mal estado del cuartel del 54
sólo permite conservar sus fachadas

El estudio de las patologías del edificio concluyó que los forjados interiores
habrán de ser demolidos, lo que ha
obligado a replanteo del proyecto
inicial, en el que se trabaja
 

CEUTA
Tamara Crespo

ceuta
@elpueblodeceuta.com

El informe técnico sobre el estado del acuartelamiento del Teniente Ruiz, edificio de finales del siglo XIX que se convertirá en sede del nuevo Campos Universitario de la ciudad, ha concluido que el interior se encuentra demasiado deteriorado para conservarse. El derribo de los forjados, afectados por las humedades, obligará por tanto a apuntalar las fachadas, el único elemento susceptible de aprovechamiento para el nuevo uso, lo que ha supuesto un replanteamiento del proyecto.

El mal estado general del acuartelamiento del teniente Ruiz, inaugurado a finales del siglo XIX, impide la conservación de sus interiores. Tal como señalaron a El Pueblo los técnicos responsables del proyecto, el estudio de las patologías del inmueble ha concluido que los forjados y la estructura interior, incluida la cimentación, se encuentran muy deteriorados por las humedades. De ahí que para poder llevar a cabo la conversión de este viejo cuartel en sede del Campus Universitario de la ciudad sean necesario derribar los interiores. Ello obligará, según apuntaron los expertos, al “apuntalamiento” de las fachadas. Una operación similar se ha realizado en la ciudad con las fachadas de la Estación de Ferrocarril, actualmente en proceso de restauración, aunque las dimensiones, mucho mayores, del también conocido como cuartel del 54 o de la Reina, la harán más complicada en este caso. Para sujetar la estructura externa de los edificios es necesario un andamiaje o armazón metálico especial que en el caso de la estación ha sido necesario trasladar desde la península, lo que retrasó el inicio de las obras.

Estas novedades respecto a la situación en la que se encuentra el edificio han hecho necesario, según se señala también desde la dirección técnica del proyecto, un replanteamiento del mismo. En estos momentos se trabaja, apuntaron, en la toma de las “medidas reales” de la superficie que será objeto de intervención, así como de las obras que será necesario acometer y, por tanto, y un desglose detallado de sus costes.

El estudio patológico del edificio fue encargado por la empresa adjudicataria de la redacción del proyecto y de las obras, la UTE ’Campus Universitario’, al laboratorio de Control de Calidad de Ceuta (LCC), que comenzó el trabajo a finales del pasado mes de agosto. Según explicó entonces el arquitecto técnico responsable del laboratorio, José Miguel Pellicer, los expertos revisarían desde los forjados hasta la cimentación, pasando por los muros, pilares y la cubierta del edificio, a partir, entre otros, de ‘calicatas’ abiertas en las diferentes estructuras con el fin de analizar la composición y estado de los materiales constructivos y de su fábrica.

De acuerdo con los datos aportados por el responsable del LCC, los muros del cuartel se construyeron a base de mampostería y mortero, con ladrillo macizo en el recercado de los vanos (puertas y ventanas). La cubierta está formada por una estructura de madera y uralita. Por su parte, los forjados son unidireccionales con viga metálica, capa de compresión y solería. Los pórticos del patio central están sustentados con pilares de fundición. Como uno de los elementos más singulares del edificio destaca la existencia, en el subsuelo del patio, de un gran aljibe de 4 o 5 metros de altura con arcos y bóvedas de ladrillo.

El edificio, que en origen se denominó Cuartel del Valle, comenzó a construirse en 1793, aunque las obras se paralizaron a comienzos del siglo XIX y no se retomaron hasta 1862. En la actualidad, algunas de sus dependencias sirven como almacén de la empresa municipal Obimace y albergan también una escuela taller.

El proyecto y la construcción del campus, valorados en 25 millones de euros, se financiarán mediante pago aplazado, y fue adjudicado en abril del pasado año a la UTE formada por Corsán-Corviam Construcción, S.A.; Dragados S.A. y Africana de Contratas y Construcciones S.A.

La habilitación del campus conlleva además de la restauración del cuartel, la construcción de nuevos edificios y acogerá, junto a instalaciones para los centros universitarios, una residencia estudiantil y otras dotaciones, como comedor y biblioteca.
 

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