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OPINIÓN - JUEVES, 28 DE ENERO DE 2010

 

OPINIÓN / EL OASIS

Francisco Márquez y olé
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Raro es el día en que a Ángel Javier Díez Nieto y a mí no se nos presente la oportunidad de charlar un rato para sacarle punta a la actualidad con fines donde la risa nos haga el bien que como terapia se le reconoce. Puesto que Díez Nieto, además de educado, es de carácter tranquilo y decir socarrón y diplomático.

Ángel Javier y yo nos conocemos desde hace un montón de años. Y de ese tiempo hemos recordado a veces anécdotas que, aunque cubiertas ya por una pátina de antigüedad, todavía resisten los comentarios sosegados que el transcurrir del tiempo nos concede.

El martes pasado, me extrañó mucho no ver a Javier con Jaime Wahnon; ya que ambos se tienen ley y acostumbran a tomar el aperitivo, acompañados habitualmente por Manolo González Bolorino, por los alrededores del edificio municipal.

Cierto es que llovía a mansalva. Pero a Javier me consta que no le arredra el mal tiempo como para privarse de pegar la hebra entre conocidos y pasárselo bien. No en vano esos ratos le hacen mucho bien a él a la par que su forma de ser redunda también en beneficio de quienes tenemos la suerte de frecuentarlo.

Así que me tomé la copa a esa hora vaga de mediodía con Wahnon y con Luis Parrillas (un cordobés que no se cansa de hacerle el artículo a Ceuta por dondequiera que va). Lo cual tampoco es cosa de poca importancia. Y a punto estuve de preguntarle al presidente del consejo de Administración de Radio Televisión Ceuta si a Díez Nieto le pasaba algo.

Pero no lo hice. Ya que no quise pecar de indiscreto. Máxime cuando ya sabía lo que sabía... Y, claro, sabiendo lo que sabía, preguntar por el viceconsejero de Recursos Humanos hubiera podido entenderse como si uno tratara de aprovecharse de las circunstancias poco agradables que pudiera estar viviendo éste. Porque a nadie le gusta ser desposeído de un cargo para que le den otro que, según Mohamed Alí, tiene todas las trazas de ser una pantomima y un cachondeo”.

A lo que iba, dado que mi aprecio por Díez Nieto es de verdad, debo decir que a mí no me preocupa que le hayan quitado la viceconsejería de Recursos Humanos, que tampoco es tan agradecida como para que nadie tire cohetes, en absoluto. De ningún modo.

Lo preocupante es que el líder de la oposición tenga la certeza de que Díez Nieto es una víctima más de lo que se conoce como “caso Gordillo”. Y que le hace pensar, lógicamente, que de seguir en esa línea, los cambios –mejor que remodelación, ¿o no?- que tiene previsto hacer el presidente de la Ciudad en el Gobierno, irán todos encaminados a darle matarile político a quienes tuvieron muy buenas relaciones con el otrora hombre fuerte del partido y del gobierno.

Así que en la mañana de hoy, miércoles, cuando aún no he escrito, alguien, durante los comentarios del aperitivo, me dice, como quien no quiere la cosa: ¿sabes que José Antonio Rodríguez está encomendándose a todos los santos habidos y por haber para que no le toque a él sufrir la purga correspondiente?... Y a mí sólo se me ocurre responderle lo siguiente: Francisco Márquez no hay más que uno. Y olé. Así que quienes estén con el miedo subido de tono, más les valdría hacer buenas miga con éste. Y punto pelota. Que es expresión que está muy de moda.
 

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