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OPINIÓN - VIERNES, 5 DE FEBRERO DE 2010

 

OPINIÓN / MIS COSAS

Mis cosas
 


ADE
ade
@elpueblodeceuta.com
 

Vamos a hacer un concurso, en el que pueden participar todos nuestros lectores. Advierto que el concurso y el premio que vamos a otorgar, es de mí particular y personal persona, por lo que exoneramos de cualquier responsabilidad al consejo de administración de este periódico. O sea, más claro, para que no haya dudas, las reclamaciones se deberán hacer o bien a mi persona o al maestro armero.

El premio consiste en un plasma gigante sin pantalla, dos botellas de anís del mono vacías, cinco yogures caducados y veinticinco billetes de quinientos veintidós euros.

Como habrán observados, porque ustedes son una jartá de observadores, es un grandioso premio el que estamos dispuestos a repartir. Y por qué repartimos tan maravillosos e irrepetible premio, se preguntarán ustedes. La contestación es de lo más fácil del mundo mundial, porque somos así de buenos. Es algo que no podemos remediar.

Habíamos querido añadir al suculento premio, una caja de polvorones de cinco kilos, con cuarenta años de antigüedad, pero a cuantos proveedores que nos hemos dirigidos, en estos momentos, nos han comunicado carecer de existencia.

Nos han sugerido estos proveedores que puede ser, aunque lo dudan, que como los chinos de la China, hacen de todo, igual lo podríamos encontrar en algunos de sus establecimientos de todo a 100.

Sentimos tener que comunicarles que por más que hemos buscados en esos establecimientos, no hemos conseguido encontrarlo. Si bien, todo hay que decirlo, en alguno de ellos, en esas naves gigantescas que tienen de toda clase de artículos, nos han sugerido, que si le traemos una muestra, en veinticuatro horas tenemos los cinco kilos de polvorones con su antigüedad y un certificado de autenticidad de los mismos. ¡Lo que no hagan los chinos!.

Naturalmente ustedes se estarán preguntando, desde que hemos empezado a anunciarle el fabuloso concurso, en qué va a consistir el mismo.

Oiga, lo entiendo y lo comprendo, y máxime cuando nunca jamás se ha hecho un concurso de estas características en medio de comunicación alguno. Y es que, teniendo en cuenta lo fabulosos del premio, hay que tener un gran valor para llevarlo a cabo.

Bien vamos, de una vez por todas, a desvelar en qué consiste este único e inigualable concurso, del cual somos los únicos responsable servidor de ustedes y el maestro armero de turno. Por cierto, ¿quedan maestro armeros?.

Bueno vayamos al asunto que tratamos el concurso es enormemente fácil y en él pueden participar desde niños de par de meses hasta ancianos de 124 años. O sea que no hay discriminación alguna.

El concurso en sí, trata de enviar una tarjeta, en el que se especifique qué calle, de nuestra tierra, mañana no estará cortada y, por tanto, no habrá vallas en la misma. Lógicamente, cuantas más tarjetas envíen, más oportunidades tendrán para llevarse el fabuloso premio.
 

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