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OPINIÓN - LUNES, 15 DE FEBRERO DE 2010

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

Fiestas comerciales
 


Jesús Carretero
jesuscarretero@elpueblodeceuta.com

 

Hemos pasado ya de festejar unas fechas programadas por el “buen saber y entender” de la Iglesia que era la única, al menos oficialmente, en nuestro país, y de ahí, también, nos hemos saltado otras fiestas programadas por el “régimen”, hace de esto más de 35 años, para entrar, que es lo que tenemos ahora, en las fiestas comerciales.

Es estar al día, es vivir el momento actual, en el que si el comercio y los servicios faltan, muy poco tendremos que hacer en lo demás, aunque sólo sea por aquello de que, desde la propia Iglesia haya que recordar lo de “ mi reino no es de este mundo”, o si volvemos la vista atrás, el “régimen” ya fue superado.

El planteamiento, pues, habrá que hacerlo partiendo de la principal cadena comercial, totalmente española, como es El Corte Inglés, que ha sabido, más que nadie, imponer unas siglas que, unidas a sus métodos y a su calidad, superan a cualquier otro que se le ponga al lado.

A partir de aquí, calidad, seriedad y unas facilidades especiales, con sus propias tarjetas y con las ajenas, han hecho que incluso en épocas de crisis se compre más, y además se compra más sin necesitarlo, en muchas ocasiones.

A rebujo de esas compras, que cada establecimiento va adecuando a sus propias posibilidades, también y especialmente para no verse en la necesidad de tener que cerrar, los establecimientos de restauración se han puesto las pilas, han abierto los ojos y ya no esperan a ver si viene el cliente a consumir su menú. Eso ya pasó, ahora son los propios “restauradores” los que buscan, llaman a sus clientes en momentos puntuales, para que así ayuden a salvar los meses malos, como es el caso de febrero.

El ejemplo más claro lo acabamos de tener en el fin de semana con el “Día de los enamorados” y las cenas o comidas extras, festejando no al pobre San Valentín, que no sé si fue uno de los santos que se colocó ahí de rondón para aumentar el santoral, sino para festejar la unión, el cariño, las buenas relaciones de las parejas, aunque al día siguiente, cada uno por su lado, estén yendo al juzgado para terminar su relación. Esto es lo comercial.

Antes de eso, pues, han celebrado la fiesta, han pasado por uno de los establecimientos de la ciudad, “han tirado de cartera” y el establecimiento ha tenido un respiro, para el fin de semana.

¿Estaban pensando quienes fueron a cenar al Hotel La Muralla, al Ulises, al Restaurante Bahía del Parque, al Hotel Tryp, al Cala Carlota o al Restaurante Rigoletto, por ejemplo, en un santo?. Seguro que no, porque tampoco la Iglesia hace demasiadas filigranas, con estos santos para que sean más famosos.

Tampoco iban a estos restaurantes, en la noche del pasado sábado, movidos o promocionados por el “régimen”, ni aunque hubiera sido en vísperas de elecciones.

Todo esto va por otro camino, esto va por el movimiento comercial que se ha dado cuenta de que, especialmente, en época de recesión, o te “apañas” por tu cuenta o tienes que coger la llave para cerrar por fuera y no abrir al día siguiente.

En muchas ocasiones he alabado la fuerza comercial de El Corte Inglés, y cada vez tengo que animar más al comercio, a todo él, para que vuelva la espalda a quienes lo controlan, pero no lo promocionan y que sean ellos, los propios comerciantes, o restauradores, los que marquen su ruta a seguir.
 

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