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cultura - DOMINGO, 21 DE FEBRERO DE 2010


niños en clase. archivo.

educación / DÍA INTERNACIONAL DE LAS LENGUAS MATERNAS
 

Una lengua bajo sospecha

Objeto de multitud de tópicos y recelos, el árabe ceutí, que, como cualquier idioma
con la suya, vertebra la identidad de la comunidad musulmana local, sigue fuera
de las aulas y sin protección oficial
 

CEUTA
GonzaloTesta

ceuta
@elpueblodeceuta.com

A finales de este año un comité de expertos del Consejo de Europa emitirá un nuevo informe (lo hace cada dos años) sobre la aplicación de la Carta Europea de las Lenguas Minoritarias o Regionales, un acuerdo ratificado en 1992 por los estados miembros “para la defensa y promoción de todas las lenguas de Europa que carecen de carácter de oficialidad”. Su contenido fue ratificado por España en 2001, cuando entró en vigor, aunque en 2008, cuando los especialistas se pronunciaron por última vez sobre su grado de aplicación, nuestro país recibió una sonora bofetada, entre otras cosas por su trato al árabe en Ceuta.

Literalmente, se censuró al Ejecutivo español por no facilitar “ninguna información” sobre el empleo tradicional de esta lengua en la ciudad y se animó a las autoridades “a realizar la investigación apropiada sobre la presencia tradicional de esta lengua en Ceuta” y a proporcionar la información obtenida “en el siguiente informe periódico”, previsto para diciembre.

Ninguna de las fuentes consultadas por este periódico en ámbitos institucionales y especializados cree que se hayan hecho o se vayan a hacer los deberes, aunque por primera vez la Ciudad Autónoma ha incluido en su programa oficial de actividades culturales la conmemoración, hoy, del Día Internacional de las Lenguas Maternas.

Sin protección administrativa alguna (el vigente Estatuto de Autonomía no incluye ninguna referencia la pluralidad lingüística local) el árabe ceutí progresa en la calle y su uso, lejos de decrecer, aumenta, paradoja sobre la que llama la atención el director provincial del Ministerio de Educación, Aquilino Melgar, que parece menos reacio que ninguno de sus antecesores a introducir en las aulas esta lengua para lograr que los alumnos que la tienen como idioma materno mejoren su aprendizaje del castellano, como defienden que es oportuno hacer multitud de especialistas.

No será fácil. Casos reales: en algunos colegios de Ceuta se prohíbe, reprime y reprocha a los estudiantes hablar en árabe en el patio, se sigue mandando copiar a los alumnos centenares de veces que el idioma que deben usar es el castellano y a los alumnos del último curso de Magisterio que hacen sus prácticas como docentes se les pide que no dejen entrar en el aula a los niños de tres años que no les saluden en español.

La versión oficial dice que tales medidas sólo persiguen que los alumnos dominen el castellano, lengua vehicular en la escuela pero herramienta accesoria y perfectamente prescindible en muchas barriadas ceutíes, lo que hace de esta ciudad un contexto socioeducativo “casi único” en España, según el profesor de la Universidad de Cádiz Rafael Jiménez, ceutí. El tópico afirma que las familias que hablan con sus vástagos en árabe son en parte responsables de su fracaso escolar por no inculcarles el monolingüismo.

Los expertos no piensan lo mismo. Responde la asesora del ámbito sociolingüístico del Centro de Profesores y Recursos (CPR), Verónica Rivera: “Tener una lengua materna distinta a la oficial no es, ni mucho menos, un factor clave de fracaso escolar. El problema surge“, contrapone, “cuando no se aborda de manera adecuada la diversidad lingüística en las aulas. No podemos ignorar o anular la cultura y, por lo tanto, la lengua del alumnado bajo un modelo basado en el asimilacionismo”.

Por ello, como la ponencia sobre política educativa que UDCE presentó en su última Asamblea, Rivera defiende que sea el sistema educativo el que se adapte a la sociedad que lo rodea y no al revés: “La presencia de las lenguas en la escuela es fundamental”, opina Rivera, quien recuerda que “de hecho, el Ministerio de Educación está promoviendo el Portfolio Europeo de las Lenguas, un documento en el que los que aprenden o han aprendido una lengua, dentro o fuera del aula, pueden registrar sus experiencias de aprendizaje de lenguas y culturas y reflexionar sobre ellas.

Pero el árabe sigue sin estar hoy en los colegios más allá de en la boca de un 60% de sus alumnos, que padecen tasas de fracaso escolar que se ceban particularmente con los estudiantes árabo-musulmanes. “No se trata sólo de factores lingüísticos, sino también socio-económicos que la escuela no puede controlar”, advierte Jiménez.

Para atajar los primeros, sobre los que el sistema educativo sí puede trabajar, se propone la promoción de las clases de castellano en las escuelas para adultos y en los programas de intervención social, pero también la introducción de metodologías de aprendizaje del español como segunda lengua, el fomento de la enseñanza del árabe al colectivo docente, involucrar a padres y vecinos en la tarea educativa (como hacen los proyectos en marcha de Intercultura y Marco Marchioni) e incluso “compensar el insuficiente número de profesorado árabo-musulman sin entrar en conflicto con la legislación vigente”.

Se trata, explican los promotores de estas ideas, de evitar esa situación de bilingüismo sustractivo “en la cual el cambio de lengua, en el paso del hogar a la escuela, tiene más consecuencias negativas que positivas” sobre la que teoriza la catedrática de Psicología Evolutiva de la Complutense María José Díaz-Aguado y a la que se enfrentan a diario los profesores de las aulas de inmersión lingüística puestas en marcha, de un modo casi intuitivo, en colegios como el Príncipe Felipe o el Reina Sofía, espacios en los que sin muchos recursos “docentes que no sabemos hablar una palabra de árabe intentamos enseñar castellano a niños que no conocen ni una de español”.

Fracasado, a la luz de las estadísticas oficiales sobre éxito escolar, el modelo educativo vigente, el que promocionan los citados y otros expertos choca con la aversión de parte de la sociedad local. En su informe para el IEC sobre el fracaso estudiantil en Ceuta Jiménez se encontró con que “el profesorado de la ciudad suele ver la cultura árabo-musulmana como algo que amenaza su profesión”.

El complot que ve el ‘ceutismo’


Sus conclusiones en el trabajo de campo que realizó en el IES Almina y que será publicado en mayo en ‘Revista de Educación’ son aún más esclarecedoras sobre cómo ve la mayoría cristiana, que posee las mayores cuotas de poder político y económico, desde su “ceutismo” lo que tiene alrededor: “Se está convencido de que existe un complot entre Marruecos y el gobierno español para negociar el futuro de Ceuta. Para los cristiano-occidentales, Marruecos cuenta con la colaboración de los musulmanes de Ceuta, pero éstos, sin embargo, la desmienten [...]. Claro que, si defienden su total independencia del mundo musulmán, corren el riesgo de perder su identidad cultural y, si aceptan el apoyo de los musulmanes del hinterland, pueden ser culpados de conspirar contra la ciudad. Pero también en el complot participan los españoles, normalmente de la Península, que simpatizan con los musulmanes”.

La lengua de ese complot es, obviamente, el árabe, ceutí o no, al que oficialmente se desdeña como mero dialecto contra la opinión de múltiples expertos, una “imperfección, anomalía o salvedad” para la mayoría que contradice la identificación ‘lengua=dominio geográfico’ que deriva en el axioma que considera que los territorios ideales “son aquellos en los que solamente se habla una lengua”, según palabras del director del Instituto Cervantes de Chicago, Francisco Moreno. La Ceuta real no es así.
 


Padres de la escuela pública y concertada se disputarán la Presidencia de la FAMPA

Las elecciones a la Junta Directiva de la Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (FAMPA) que se celebrarán el próximo miércoles están desatando más expectación que nunca. Ya hay 30 padres que han presentado su candidatura para llegar a la misma tras la votación con listas abiertas que debe producirse al objeto de cubrir sus 15 plazas. Dos candidaturas, una promovida desde los colegios públicos y otra desde los concertados, aspiran a ocupar la Presidencia de la Federación, indicaron ayer fuentes de la misma.
 

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