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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 17 DE MARZO DE 2010

 

OPINIÓN / EL OASIS

Los políticos son ya el mayor problema
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Las encuestas dicen que los políticos son para los españoles más problema que el terrorismo y la inmigración. Semejante sentir es de una gravedad incuestionable. Y la noticia tendría que haber causado una tremenda desazón entre quienes se dedican a ejercer una actividad pública, que no deja de deslizarse hacia la sima de la impopularidad. Y que, según el pensamiento ciudadano, si no ha tocado fondo está ya a punto de hacerlo.

Lo cual no deja de ser una creencia muy peligrosa. Porque no olvidemos lo que se suele decir de la democracia: que es el sistema político menos malo. Y, por encima de todo, que subsiste porque todavía nadie ha ofrecido la posibilidad de sustituirlo por otro mejor.

Es cierto que los políticos nunca han tenido buen cartel. Y que a la hora de juzgarles se tiende a generalizar las peores actuaciones de una parte con la de todos. Pero quienes deciden hacerse profesional de la política han de asumir a su vez que están tan expuestos a las críticas como a la gripe.

A las críticas negativas no se acostumbra nadie. Y cuando se aceptan son a regañadientes y en ocasiones usadas con fines egoístas para que devuelvan con creces dividendos por haber dado ese paso que tanto nos cuesta dar cuando erramos en cualesquiera actividad. Y ya no digamos nada de los políticos; cuya popularidad depende de que su imagen no se vaya deteriorando con los yerros cometidos y que van saliendo a la palestra. Y que, más pronto que tarde, terminarán pagando en las urnas.

De modo que los políticos, en general y por sistema, tienden a evitar las críticas que le son desfavorables. Y sus asesores, o personal de confianza, piden a todos los santos cada día para que los opinantes no se hayan cebado con el jefe. A fin de que el carácter avinagrado de éste no les suponga a ellos tener que aguantar los malos modos de la criatura, durante horas y horas.

Tampoco entienden los políticos algo que es de cajón: los políticos que van dando muestras de riqueza, cuando antes de participar en la política activa andaban trampeando o a la cuarta pregunta, infunden sospechas graves... Claro, circunstancias tan negativas siempre, tan detestadas por el pueblo, en tiempos de crisis despiertan odios encarnizados y pone a las gentes en pie de guerra. De ahí que salir a la calle para pedirles a los ciudadanos que opinen sobre la clase política es, sin duda, la ocasión que esperan para desahogarse contra ella. Para mostrarles su repulsa. Para gritar a los cuatro vientos que los políticos son una panda de aprovechados que no miran nada más que por sus intereses.

Aunque nunca antes habían llegado los ciudadanos a manifestar que los políticos son más problema que el terrorismo y los inmigrantes. Lo cual prueba que la gente le ha perdido ya el respeto a la democracia. Y esa falta de respeto, según dijo alguien importante, se recupera con más democracia. Y el primer paso es que en las listas confeccionadas por los partidos, para acudir a las elecciones, tengan cabida los mejores candidatos y nunca los más serviles, despreciables y rastreros.

Me sería fácil escribir algunos nombres y apellidos de quienes desprestigian la política. Pues en todos los sitios cuecen habas. Pero pondría en peligro la columna. Y ya está bien...

(Francisco Javier Sánchez Gallardo pertenece a la crema de la intelectualidad (!) ceutí.)
 

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