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OPINIÓN - SÁBADO, 20 DE MARZO DE 2010

 

OPINIÓN / ALGO MÁS QUE PALABRAS

La voz de la poesía y el lenguaje del agua
 


Víctor Corcoba Herrero
corcoba@telefonica.net
 

El verso fue primero que el lenguaje del agua, fue la luz que nos permitió ver el despertar de la vida. Asimismo, es también cierto que un ser humano sediento desfallece, pero si no presta oído a la voz de la poesía jamás conocerá lo que es el amor. Y es oxigeno viviente. La coincidencia, por consiguiente, de que tras el día mundial de la poesía (21 de marzo), llegue el día mundial del agua (22 de marzo), me parece un buen nexo de unión. Primero se ahonda en la palabra y luego, tras el principio de esa palabra, en el principio de las cosas. La poesía sintetiza, emociona, nos brinda una manera de entrar en diálogo con nosotros, lo más difícil. Porque al fin y al cabo todos nos planteamos los mismos interrogantes y nos bañamos con los mismos sentimientos. No sólo hay que inyectar poesía en los sistemas educativos, de igual modo hay que hacerlo en el diario de la existencia humana. Ya lo dijo Lorca, “el más terrible de los sentimientos es el sentimiento de tener la esperanza perdida”. A los hechos me remito, con un poema se puede abrazar al mundo, y fruto de esa autenticidad descubrir el cauce de la verdad, el único manantial que nos hace libres.

Evidentemente el agua es fundamental para la vida. La apuesta de “agua limpia para un mundo sano” debe ser voz única, porque es la mejor estrofa para un mundo que deseamos gire con la poesía. A poco que uno camine por la vía del mundo, observa los sollozos de los ríos, que no pueden caminar con más carga de residuos contaminantes, igual le pasa a los fondos marinos, donde la biodiversidad necesita con urgencia habilitarle pureza para que pueda subsistir. A diario, y en todas partes del planetario, se vierten aguas residuales por doquier, hasta el punto que la incolora, inodora e insípida flor de lágrima es un bien escaso. Como siempre la factura de la escasez la siguen pagando los pobres que son los que menos contaminan. Se dice que el mundo dispone de los conocimientos suficientes para resolver estos problemas y gestionar mejor los recursos hídricos. Pues hágase. Revisemos los modelos actuales de comportamiento. Volvamos a la poesía. Que el hombre retorne al poeta que lleva consigo. Hace falta para ello, prestar atención a los principios fundamentales del orden ético y moral, principios arraigados en el corazón y en la conciencia de todo ser humano. O sea, entrar en contacto con el amor, que es el poema fuente del planeta. Dicho queda.
 

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