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OPINIÓN - VIERNES, 26 DE MARZO DE 2010

 

OPINIÓN / ALGO MÁS QUE PALABRAS

Reformas necesarias
 


Víctor Corcoba Herrero
corcoba@telefonica.net
 

El mundo necesita continuas reformas, porque la misma naturaleza es una evolución permanente. La cuestión es dar forma al cambio sin perder el fondo humano. Nada es más terrible que la humanidad se deshumanice y abandone el objetivo de ser cada día una sociedad un poco más justa. Bienvenidos los cambios graduales que se sustentan con los pilares de la ética y los cimientos de la solidaridad. Recientemente, el Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, lo dijo en un discurso ante la Asamblea General, pidiendo reformar tanto el sistema financiero internacional como su arquitectura. El mundo de las finanzas no puede seguir omitiendo la globalidad de las necesidades humanas, sometiéndose a disciplinas sectarias e ideológicas, que no sirven a la humanización del conjunto, a la familia humana en su totalidad.

El planeta necesita una innovadora y renovadora reforma cultural. Hace falta con urgencia redescubrir los valores comunes y fundamentales sobre los que construir un futuro más humano. Por principio, cuando defendemos el hábitat, nos estamos protegiendo a nosotros mismos. De igual modo, al defender una economía justa el ser humano fraterniza. Hay que reformar las mentalidades individualistas. El mundo lo hacemos entre todos, nace en cada uno de nosotros, se desarrolla en cada uno de nosotros, y dentro de nosotros, cada uno lo vive de diferente manera, pero siempre necesita del otro, no puede ni debe encerrarse en sí mismo, o moverse por simple interés material. Quizás para reformar el mundo antes tenga que reformarse la ciudadanía. De lo contrario, los excluidos del sistema pelearán por un mundo que también les pertenece. Surgirá entonces la guerra, que es una derrota al ser humano y una vuelta atrás al mundo de la civilización.

Hay que evitar cualquier contienda; todas las batallas son destructivas. Por ello, la gran reforma de todas las reformas, si en verdad queremos gozar el mundo, aún está pendiente, se trata de velar bien las armas y de trabajar a destajo por la justicia, porque todavía se redistribuye mal la tierra y se levantan poderes que no saben tener dominio de su uso.
 

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