La actriz Sara del Rey llega a Ceuta con su compañía
teatral para representar en el auditorio Siete Colinas la
obra ‘Todas quieren ser Jackie Kennedy’, escrita y dirigida
por Eduardo Recabarren. La misma tendrá lugar el próximo 10
de abril a las 20:30 horas. La propia actriz define el
proyecto en el que se encuentra inmersa como “una comedia
divertida y ácida en la que todas las actrices cobran el
mismo protagonismo, y la que los espectadores podrán ver un
bonito club en el que 7 damas que pretenden ser perfectas
como Jackie Kennedy, que se visten de forma impecable,
cuidan sus peinados, su forma de hablar y educación, se ven
inmersas en situaciones absurdas que demuestran que tal
perfección no existe”.
Pregunta.- ¿Cómo fueron sus comienzos como actriz?
Respuesta.- Empecé a interesarme por este mundo con 16 años,
cuando decidí cambiar mis actividades extraescolares y pasé
de practicar gimnasia rítmica en un polideportivo a
apuntarme a clases de teatro en un centro cultural de
Madrid. Fue allí donde conocí a la compañía Teatro Breve con
la que debuté con un espectáculo compuesto de varias piezas
de teatro clásico español. Mi debut fue en un centro
cultural interpretando un monólogo de ‘Fuenteovejuna’, de
Lope de Vega . Con la misma compañía seguí trabajando
durante algunos años e hice mis primeras giras de teatro con
obras de Miguel Mihura.
P.- ¿Qué diferencia hay entre el teatro y el cine?
R.- Bueno, desde mi punto de vista, quiero decir, como
actriz el trabajo es muy diferente, tanto por la técnica a
la hora de actuar como por la capacidad real que tiene el
actor a la hora de comunicar al espectador. Técnicamente la
actuación en cine ha de ser minimalista comparada con la que
se necesita en teatro. Encima de un escenario la voz tiene
que estar proyectada y el cuerpo tiene que alcanzar una gran
expresividad. Sin embargo, si en cine aplicas esa misma
técnica posiblemente quede sobreactuado. En cine la fórmula
“menos es más” es casi obligatoria. Por otro lado, en el
teatro la capacidad de comunicar al público depende de la
representación del actor. Por supuesto, hay un director, un
escenógrafo y un equipo técnico detrás, pero en el momento
de la representación es el cuerpo, la voz y la emoción del
actor la que comunica, es en directo. En cine, sin embargo,
una vez que has rodado tus tomas queda mucho trabajo técnico
hasta que eso llega al espectador. Para mi es muy
satisfactorio trabajar en teatro y es el campo en el que más
me he movido. Tener al público cerca, poder sentir cómo la
gente reacciona ante tu personaje y empaparte de esa energía
es lo más grande y es lo que me hace amar esta profesión.
P.- ¿Cómo es la vida de una actriz teatral?
R.- Sinceramente, bastante inestable, sobre todo en lo que
al tema económico se refiere. Pero supongo que esa
inestabilidad también forma parte de esta profesión y es uno
de los aspectos inherentes a este mundo. El teatro hoy por
hoy no está muy bien pagado. Sólo hay que ver los convenios
colectivos. Mientras una función para un protagonista está
estipulada en cerca de 150 euros, una sesión de rodaje de
protagonista para la televisión son 675 euros. Más allá del
tema económico la vida de una actriz teatral es la vida de
cualquier actriz. Se trata de buscar, intentar encontrar
proyectos y cuando no los encuentras crearlos tú misma,
aunque sea de pequeño formato para poder moverlo por salas
alternativas. El caso es no parar.
P.- ¿Qué es lo más positivo y lo más negativo de
dedicarse a esta profesión?
R.- Lo más positivo es la satisfacción personal cuando
consigues trabajar. Es mi vocación y, por lo tanto, para mí
es una necesidad. Además, es una profesión realmente
divertida, ya que tanto en ensayos como funciones yo no
tengo sensación de sacrificio, sino de disfrutar y pasármelo
bien. Hago lo que me gusta. Claro que me esfuerzo, hay que
tener mucha disciplina, hay que tener mucha paciencia, pero
todo eso se hace sin esfuerzo, al menos en mi caso. Es una
profesión muy dinámica y poco monótona, es difícil
aburrirse. Y cuando estás inmerso en un trabajo es como
jugar constantemente. Lo negativo es que hay poco trabajo, o
es difícil acceder a él. Es un mundo un tanto cerrado. Hay
muchos actores. Y si algo tiene de aburrido es buscar
trabajo constantemente, hacer castings y pruebas y vivir con
la incertidumbre de no saber si conseguirás mantenerte. De
hecho yo, hoy por hoy, no puedo comer del teatro y aún menos
del cine.
P.- ¿Qué implica ser actriz?
R.- En realidad no implica nada especial. Es una profesión
como otra cualquiera en la que hay que intentar mejorar, no
parar de entrenar y luchar por lo que uno quiere conseguir,
como en cualquier otro trabajo que se haga con vocación. Si
hay algo quizá que sí podría destacar es que ser actriz te
obliga a conocerte mucho a ti misma. Obliga a investigar
mucho sobre ti y sobre otras personas, para tener material y
poder interpretar los diferentes personajes que vayan
apareciendo. Por otro lado, hay que tener en cuenta que para
un actor su cuerpo y su voz son herramientas de trabajo, así
que también implica cuidarse mucho y tener disciplina para
estar siempre bien dispuesto.
P.- ¿Cómo se prepara una actriz de teatro?
R.- Es importante la formación. Hay muchas escuelas para
ello y es necesario pasar por ahí, porque el teatro requiere
técnica vocal, técnica corporal y mucho entrenamiento. El
cuerpo tiene que saber comunicar y es algo que hay que
aprender porque cada personaje tiene una forma de moverse
que no tiene por qué coincidir con lo que hacemos cada día
en la vida cotidiana. Igualmente la voz es pura técnica. Hay
que saber controlarla y dominarla para ser capaz de
proyectarla sin esfuerzo, es casi como el entrenamiento de
un cantante. Por supuesto, también la interpretación de los
personajes, aprender a analizarlos, a comprenderlos y a
sacarlos de uno mismo, se consigue con la formación.
P.- ¿Prefiere el drama o la comedia?
R.- Cuando era más joven hubiera dicho el drama. Ahora, la
verdad que no tengo preferencias. Son dos maneras de
comunicar. Y tampoco están alejadas mucho la una de la otra.
La mayor parte de las veces una buena comedia es una
exageración de algo dramático. Y la verdad que personalmente
me divierten ambas.
P.- ¿Tiene algún referente teatral?
R.- Más que referentes tengo muchas actrices y actores a los
que admiro. Blanca Portillo me parece una de las actrices
más importantes en este momento, no sólo por su manera de
trabajar sino también por los proyectos en los que se decide
involucrarse.
P.- ¿Ha tenido que renunciar a algo en su vida por el
teatro?
R.- Supongo que si, aunque para mi no ha sido una renuncia,
sino una apuesta por lo que de verdad quiero hacer. Hace
algunos años renuncié a un trabajo estable como periodista y
con ello supongo que también renuncié a poder comprarme una
casa, de momento, a tener coche, o a poder viajar a lugares
exóticos en vacaciones. Pero realmente no lo sentí como una
renuncia, sino como una liberación. Simplemente tomé una
decisión y aposté por algo.
P.- ¿Hay algún papel que le haría especial ilusión
encarnar?
R.- Muchos, pero supongo que sería muy especial interpretar
el papel de Laurencia, en Fuenteovejuna, de Lope de Vega, ya
que fue después de ver una representación cuando me decidí
por lanzarme a este mundo. Sería genial una versión
contemporánea de esta obra, creo que tendría mucha fuerza.
P.- ¿Cuál es su papel en la obra?
R.- En la obra interpreto a Sonia, una mujer que pertenece a
un club de mujeres de los años 60 en el que pretenden ser
como Jackie Kennedy. Es un personaje muy infantil bastante
caótico e inestable. Su madre la abandonó cuando era pequeña
y nunca pudo superarlo y es algo que marca sus carencias y
sus neuras. Necesita el club para sentirse parte de algo en
la vida y lo defiende obsesivamente por encima de todo.
P.- ¿Cuánto tiempo llevan representándola?
R.- Yo estoy en este proyecto desde hace dos años, aunque la
obra comenzó a representarse hace ya tres años. El elenco ha
ido cambiando con el tiempo. Hemos realizado
representaciones en Madrid y en el último año hemos empezado
a conseguir bolos fuera de la capital.
P.- ¿De dónde surgió la iniciativa de venir a Ceuta? ¿Es
la primera vez que viene?
R.- La obra está en manos de una distribuidora que es la que
consiguió esta representación en Ceuta. Es la primera vez
que venimos con ella, de hecho, es la primera vez que
cruzamos el Estrecho, así que estamos muy ilusionados y con
muchas ganas de ver cómo los ceutís reciben la obra.
P.- - ¿Cómo definiría la obra?
R.- Es una comedia muy divertida y ácida en la que todas las
actrices compartimos protagonismo. Los personajes son siete
mujeres de los años 60 que en su esfuerzo por parecerse a
Jackie Kennedy organizan en su club clases de cocina, de
preparación al parto, de protocolo... y a lo largo de esas
clases vamos conociendo los diferentes personajes, cada uno
con su locura personal. El club representa una aspiración,
un ideal, pero la realidad de esas siete mujeres muestra que
están bastante lejos de esa perfección femenina que
pretenden alcanzar. La realidad es que, como cualquier ser
humano, también tienen frustraciones, se sienten solas y han
vivido sus propios fracasos.
P.- ¿Qué podrán ver los espectadores en la obra ‘Todas
quieren ser Jackie Kennedy’?
R.- Podrán ver un bonito club donde 7 damas que pretenden
ser perfectas, que se visten de forma impecable, cuidan sus
peinados, su forma de hablar y su educación, se ven inmersas
en situaciones absurdas que demuestran que tal perfección no
existe. Es en esa contradicción entre las miserias humanas y
el ideal de perfección en el que surge toda la comedia de la
obra.
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