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cultura - VIERNES, 2 DE ABRIL DE 2010


sara del rey. cedida.

entrevista / sara del rey, actriz
 

«Para mí el teatro no es
un sacrificio, es divertido»

La actriz Sara del Rey, que encarna el
personaje de Sonia en la obra teatral de Eduardo Recabarren ‘Todas quieren ser Jackie Kennedy’, habla de cómo fueron sus comienzos y de sus preferencias en el escenario
 

CEUTA
Irina Jiménez

ceuta
@elpueblodeceuta.com

La actriz Sara del Rey llega a Ceuta con su compañía teatral para representar en el auditorio Siete Colinas la obra ‘Todas quieren ser Jackie Kennedy’, escrita y dirigida por Eduardo Recabarren. La misma tendrá lugar el próximo 10 de abril a las 20:30 horas. La propia actriz define el proyecto en el que se encuentra inmersa como “una comedia divertida y ácida en la que todas las actrices cobran el mismo protagonismo, y la que los espectadores podrán ver un bonito club en el que 7 damas que pretenden ser perfectas como Jackie Kennedy, que se visten de forma impecable, cuidan sus peinados, su forma de hablar y educación, se ven inmersas en situaciones absurdas que demuestran que tal perfección no existe”.

Pregunta.- ¿Cómo fueron sus comienzos como actriz?

Respuesta.- Empecé a interesarme por este mundo con 16 años, cuando decidí cambiar mis actividades extraescolares y pasé de practicar gimnasia rítmica en un polideportivo a apuntarme a clases de teatro en un centro cultural de Madrid. Fue allí donde conocí a la compañía Teatro Breve con la que debuté con un espectáculo compuesto de varias piezas de teatro clásico español. Mi debut fue en un centro cultural interpretando un monólogo de ‘Fuenteovejuna’, de Lope de Vega . Con la misma compañía seguí trabajando durante algunos años e hice mis primeras giras de teatro con obras de Miguel Mihura.

P.- ¿Qué diferencia hay entre el teatro y el cine?

R.- Bueno, desde mi punto de vista, quiero decir, como actriz el trabajo es muy diferente, tanto por la técnica a la hora de actuar como por la capacidad real que tiene el actor a la hora de comunicar al espectador. Técnicamente la actuación en cine ha de ser minimalista comparada con la que se necesita en teatro. Encima de un escenario la voz tiene que estar proyectada y el cuerpo tiene que alcanzar una gran expresividad. Sin embargo, si en cine aplicas esa misma técnica posiblemente quede sobreactuado. En cine la fórmula “menos es más” es casi obligatoria. Por otro lado, en el teatro la capacidad de comunicar al público depende de la representación del actor. Por supuesto, hay un director, un escenógrafo y un equipo técnico detrás, pero en el momento de la representación es el cuerpo, la voz y la emoción del actor la que comunica, es en directo. En cine, sin embargo, una vez que has rodado tus tomas queda mucho trabajo técnico hasta que eso llega al espectador. Para mi es muy satisfactorio trabajar en teatro y es el campo en el que más me he movido. Tener al público cerca, poder sentir cómo la gente reacciona ante tu personaje y empaparte de esa energía es lo más grande y es lo que me hace amar esta profesión.

P.- ¿Cómo es la vida de una actriz teatral?

R.- Sinceramente, bastante inestable, sobre todo en lo que al tema económico se refiere. Pero supongo que esa inestabilidad también forma parte de esta profesión y es uno de los aspectos inherentes a este mundo. El teatro hoy por hoy no está muy bien pagado. Sólo hay que ver los convenios colectivos. Mientras una función para un protagonista está estipulada en cerca de 150 euros, una sesión de rodaje de protagonista para la televisión son 675 euros. Más allá del tema económico la vida de una actriz teatral es la vida de cualquier actriz. Se trata de buscar, intentar encontrar proyectos y cuando no los encuentras crearlos tú misma, aunque sea de pequeño formato para poder moverlo por salas alternativas. El caso es no parar.

P.- ¿Qué es lo más positivo y lo más negativo de dedicarse a esta profesión?

R.- Lo más positivo es la satisfacción personal cuando consigues trabajar. Es mi vocación y, por lo tanto, para mí es una necesidad. Además, es una profesión realmente divertida, ya que tanto en ensayos como funciones yo no tengo sensación de sacrificio, sino de disfrutar y pasármelo bien. Hago lo que me gusta. Claro que me esfuerzo, hay que tener mucha disciplina, hay que tener mucha paciencia, pero todo eso se hace sin esfuerzo, al menos en mi caso. Es una profesión muy dinámica y poco monótona, es difícil aburrirse. Y cuando estás inmerso en un trabajo es como jugar constantemente. Lo negativo es que hay poco trabajo, o es difícil acceder a él. Es un mundo un tanto cerrado. Hay muchos actores. Y si algo tiene de aburrido es buscar trabajo constantemente, hacer castings y pruebas y vivir con la incertidumbre de no saber si conseguirás mantenerte. De hecho yo, hoy por hoy, no puedo comer del teatro y aún menos del cine.

P.- ¿Qué implica ser actriz?

R.- En realidad no implica nada especial. Es una profesión como otra cualquiera en la que hay que intentar mejorar, no parar de entrenar y luchar por lo que uno quiere conseguir, como en cualquier otro trabajo que se haga con vocación. Si hay algo quizá que sí podría destacar es que ser actriz te obliga a conocerte mucho a ti misma. Obliga a investigar mucho sobre ti y sobre otras personas, para tener material y poder interpretar los diferentes personajes que vayan apareciendo. Por otro lado, hay que tener en cuenta que para un actor su cuerpo y su voz son herramientas de trabajo, así que también implica cuidarse mucho y tener disciplina para estar siempre bien dispuesto.

P.- ¿Cómo se prepara una actriz de teatro?

R.- Es importante la formación. Hay muchas escuelas para ello y es necesario pasar por ahí, porque el teatro requiere técnica vocal, técnica corporal y mucho entrenamiento. El cuerpo tiene que saber comunicar y es algo que hay que aprender porque cada personaje tiene una forma de moverse que no tiene por qué coincidir con lo que hacemos cada día en la vida cotidiana. Igualmente la voz es pura técnica. Hay que saber controlarla y dominarla para ser capaz de proyectarla sin esfuerzo, es casi como el entrenamiento de un cantante. Por supuesto, también la interpretación de los personajes, aprender a analizarlos, a comprenderlos y a sacarlos de uno mismo, se consigue con la formación.

P.- ¿Prefiere el drama o la comedia?

R.- Cuando era más joven hubiera dicho el drama. Ahora, la verdad que no tengo preferencias. Son dos maneras de comunicar. Y tampoco están alejadas mucho la una de la otra. La mayor parte de las veces una buena comedia es una exageración de algo dramático. Y la verdad que personalmente me divierten ambas.

P.- ¿Tiene algún referente teatral?

R.- Más que referentes tengo muchas actrices y actores a los que admiro. Blanca Portillo me parece una de las actrices más importantes en este momento, no sólo por su manera de trabajar sino también por los proyectos en los que se decide involucrarse.

P.- ¿Ha tenido que renunciar a algo en su vida por el teatro?

R.- Supongo que si, aunque para mi no ha sido una renuncia, sino una apuesta por lo que de verdad quiero hacer. Hace algunos años renuncié a un trabajo estable como periodista y con ello supongo que también renuncié a poder comprarme una casa, de momento, a tener coche, o a poder viajar a lugares exóticos en vacaciones. Pero realmente no lo sentí como una renuncia, sino como una liberación. Simplemente tomé una decisión y aposté por algo.

P.- ¿Hay algún papel que le haría especial ilusión encarnar?

R.- Muchos, pero supongo que sería muy especial interpretar el papel de Laurencia, en Fuenteovejuna, de Lope de Vega, ya que fue después de ver una representación cuando me decidí por lanzarme a este mundo. Sería genial una versión contemporánea de esta obra, creo que tendría mucha fuerza.

P.- ¿Cuál es su papel en la obra?

R.- En la obra interpreto a Sonia, una mujer que pertenece a un club de mujeres de los años 60 en el que pretenden ser como Jackie Kennedy. Es un personaje muy infantil bastante caótico e inestable. Su madre la abandonó cuando era pequeña y nunca pudo superarlo y es algo que marca sus carencias y sus neuras. Necesita el club para sentirse parte de algo en la vida y lo defiende obsesivamente por encima de todo.

P.- ¿Cuánto tiempo llevan representándola?

R.- Yo estoy en este proyecto desde hace dos años, aunque la obra comenzó a representarse hace ya tres años. El elenco ha ido cambiando con el tiempo. Hemos realizado representaciones en Madrid y en el último año hemos empezado a conseguir bolos fuera de la capital.

P.- ¿De dónde surgió la iniciativa de venir a Ceuta? ¿Es la primera vez que viene?

R.- La obra está en manos de una distribuidora que es la que consiguió esta representación en Ceuta. Es la primera vez que venimos con ella, de hecho, es la primera vez que cruzamos el Estrecho, así que estamos muy ilusionados y con muchas ganas de ver cómo los ceutís reciben la obra.

P.- - ¿Cómo definiría la obra?

R.- Es una comedia muy divertida y ácida en la que todas las actrices compartimos protagonismo. Los personajes son siete mujeres de los años 60 que en su esfuerzo por parecerse a Jackie Kennedy organizan en su club clases de cocina, de preparación al parto, de protocolo... y a lo largo de esas clases vamos conociendo los diferentes personajes, cada uno con su locura personal. El club representa una aspiración, un ideal, pero la realidad de esas siete mujeres muestra que están bastante lejos de esa perfección femenina que pretenden alcanzar. La realidad es que, como cualquier ser humano, también tienen frustraciones, se sienten solas y han vivido sus propios fracasos.

P.- ¿Qué podrán ver los espectadores en la obra ‘Todas quieren ser Jackie Kennedy’?

R.- Podrán ver un bonito club donde 7 damas que pretenden ser perfectas, que se visten de forma impecable, cuidan sus peinados, su forma de hablar y su educación, se ven inmersas en situaciones absurdas que demuestran que tal perfección no existe. Es en esa contradicción entre las miserias humanas y el ideal de perfección en el que surge toda la comedia de la obra.
 

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