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ACTUALIDAD - LUNES, 12 DE ABRIL DE 2010


Carlos Martínez Orgado. cedida.

entrevista / CARLOS MARTÍNEZ ORGADO, PRESIDENTE DEL ISR
 

«Ceuta es como una isla y en estos contextos con los residuos no deben hacerse inventos»

El director del Instituto para la Sostenibilidad de los Recursos, Carlos Martínez Orgado, reorienta el debate sobre la gestión de la basura en Ceuta: “La pregunta es cómo y de qué manera se va a trasladar”

CEUTA
Gonzalo Testa

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Devoto de Barenboim y de los coches en general y la Fórmula 1 en particular, el director general del Instituto para la Sostenibilidad de los Recursos (ISR), Carlos Martínez Orgado, visitará Ceuta la semana que viene con motivo de la primera ponencia del foro que pilotará el organismo que comanda para dar a luz el anhelado Plan de Gestión de Residuos de la Ciudad Autónoma, documento del que como consecuencia natural saldrá la elección de una planta de tratamiento de las basuras para Ceuta. Martínez Orgado augura, a la luz de su amplia experiencia en procesos de reflexión de este tipo, que no habrá grandes dificultades para alcanzar consensos básicos con todos los agentes locales.

Pregunta.- ¿Cómo encara el ISR el trabajo que le ha encomendado la Consejería de Medio Ambiente al frente del foro de reflexión y debate que se pondrá en marcha la próxima semana?

Respuesta.- Es un trabajo muy ambicioso que va mucho más allá de la elección de un modelo u otro de planta de tratamiento de residuos. Lo que vamos a perfilar es el Plan Integral de Gestión de Residuos de la Ciudad y de ese texto saldrá una decisión al respecto como consecuencia lógica.

P.- ¿Se puede poner un límite temporal a un trabajo de estas características?

R.- En principio el foro se ha planteado con tres ponencias. La primera tendrá lugar el miércoles 21 de abril y el resto se convocarán con un intervalo de aproximadamente un mes entre cada una. El Instituto para la Sostenibilidad de los Recursos (ISR) tiene una amplia experiencia en este tipo de iniciativas, que ya hemos desarrollado en Andalucía, Asturias, Castilla-La Mancha, Navarra...

P.- ¿Cómo organizarán el proceso para llegar a los acuerdos necesarios?

R.- El ISR pondrá a disposición de los participantes en el foro un montón de documentación básica que nos sirva como punto de partida. En algún caso nos han pedido resúmenes de esos textos y siempre nos hemos negado porque partimos del principio de no sesgar el debate, al que cualquiera puede sumar los documentos que le parezca oportuno para enriquecerlo.

P.- ¿Cómo se organizan las ponencias?

R.- Habitualmente hay varios ponentes que intervienen en primer lugar para analizar los temas objeto de estudio y que posteriormente se incorporan como uno más al debate con el resto de participantes. El día 21 yo me encargaré de hablar sobre el marco legal europeo y las nuevas directivas vinculadas a la gestión de residuos; el director general de Medio Ambiente de Castilla-La Mancha, que es la Autonomía con directrices más ajustadas a dicha legislación relatará su experiencia y la responsable de la Agencia Catalana de Residuos, vanguardistas a nivel de comunicación y concienciación ciudadana, hará lo propio con la suya. Lo que no se hace nunca es votar nada porque no se trata de eso, sino de encontrar denominadores comunes y de aunar voluntades alrededor de ideas.

P.- ¿Suele ser difícil conseguirlo?

R.- A la luz de nuestra experiencia diría que no, no es difícil lograr acuerdos alrededor de determinadas ideas que después nos servirán para enmarcar la redacción del plan director que pretende publicar este año la Consejería de Medio Ambiente de la Ciudad.

P.- ¿Quién seleccionará a los participantes en el foro? ¿Cuántos habrá en Ceuta?

R.- Nuestro esquema general de trabajo apuesta porque el grupo de reflexión esté compensado, por así decirlo, sobre cuatro colectivos: el político-institucional; la comunidad científica y técnica; los agentes sociales y las entidades económicas y empresariales. Todos ellos integran el núcleo del debate. Será la Consejería la que se encargue de invitar a quien considere más oportuno pero en cualquier caso no se plantea como una lista cerrada. Si alguien no ha sido invitado y tiene interés en incorporarse al foro tenemos la voluntad de integrarlo sin ningún problema. Yo calculo que en principio contaremos con una veintena de interlocutores.

P.- ¿El ISR se encargará de la redacción del Plan Integral de Gesión de Residuos de Ceuta?

R.- No, las decisiones las toman los políticos. Nosotros presentamos ideas, elaboramos borradores, planteamos iniciativas y, en este caso, asesoramos a la Consejería para ejecutar ese trabajo.

P.- ¿Cuál suele ser el mayor punto de fricción entre los interlocutores en este tipo de debates? ¿Si al final quemamos o no los residuos, que es el punto sobre el que han existido más discusiones hasta ahora en la ciudad?

R.- Nosotros no hemos puesto el foco sobre esa cuestión porque me parece un debate estéril. El objetivo es conseguir los mejores resultados en prevención, reciclado y aprovechamiento de los residuos y alrededor de ese propósito habitualmente todo el mundo acaba estando de acuerdo alrededor de unos denominadores comunes, sobre todo porque además las alternativas están muy constreñidas por la legislación nacional y europea. En el caso de Ceuta la realidad es tozuda y su tamaño es el que es. Si tiene 70.000 habitantes no vamos a plantear soluciones que pueden ser útiles para ciudades que cuentan con 700.000. Hay que encontrar el traje que mejor le quede a la ciudad, que es casi como una isla

P.- ¿Esos condicionantes ayudan o suponen un hándicap añadido?

R.- La solución para Ceuta seguramente estará más cerca de la que se puede haber implementado en una isla que la de la provincia de Cáceres, por poner un ejemplo. Además no podemos olvidar que la Ley establece que los residuos no aprovechables de la ciudad se pueden trasladar a la Península a coste cero. Eso hay que tenerlo en cuenta porque no vamos a entrar al detalle de las cuestiones técnicas, sino en el marco general y sus principios fundamentales.

P.- ¿Parten desde la certeza de que Marruecos seguirá siendo un entorno no permeable, al que no se podrá recurrir para mejorar la gestión de ciertos residuos o su aprovechamiento ulterior?

R.- Esa es una cuestión estrictamente política con dos orillas. El tema no es si se puede o no llevar compost al otro lado de la frontera, sino si hacerlo es viable. Ese dato nos va a venir dado y condicionará el resultado final del trabajo pero nosotros no tenemos ningún papel en él, ni ahora ni a largo plazo, cuando pueden variar la coyuntura dada. Yo también he leído esas propuestas ecologistas, pero a veces la realidad es tozuda. En cualquier caso el compost, los materiales reciclados... tendrán que aprovecharse en algún sitio, en Marruecos o en la Península.

P.- Ahora mismo toda la basura de Ceuta acaba al otro lado del Estrecho. Cuando este trabajo que ahora inician esté terminado y haya una planta de tratamiento de residuos como tal en Ceuta, ¿qué porcentaje de lo que se traslada a día de hoy habrá que seguir llevando a la Península?

R.- Yo pienso que la pregunta no debe ser cuánto vamos a seguir trasladando sino de qué manera y para qué. Ahora todos los residuos ceutíes acaban en un vertedero. Tenemos que ser capaces de aprovecharlos mejor. Este no es un problema de planta de tratamiento sino de modelo de gestión, de mercado para esos residuos que se puedan reutilizar o reciclar. Los residuos de Jaén tampoco se tratan o se quedan íntegramente allí. No todas las ciudades españolas van a ser autosuficientes en esta materia porque es imposible conseguirlo

P.- ¿La tecnología actual permite la valorización energética de los residuos que ya no sirven para nada sin ningún riesgo para la salud humana y ambiental?

R.- Hace mucho tiempo que es así. La Unión Europea tiene unas normas tremendamente estrictas en relación con este tema, sobre el que llevamos discutiendo años y años. Lo normal es que todos aceptemos que los controles establecidos son suficientes porque no hay una sola planta que no cumpla los requisitos fijados, que son muchos. De cualquier manera este debate, este problema, en Ceuta no existe. Que yo sepa nadie quiere poner en la ciudad autónoma una incineradora y nadie debe tener dudas al respecto.

P.- ¿Ni una incineradora ni cualquiera de las nuevas tecnologías que han ido remozando esa forma de eliminar los residuos que no sirven para nada en lugar de tirarlos a un vertedero?

R.- Ahora mismo no hay ninguna tecnología competitiva en el mercado para un entorno como este. Mi opinión personal es que Ceuta es, en este ámbito, una isla, y desde el punto de vista medioambiental en este tipo de contextos no soy partidario de hacer inventos. Si uno pone una determinada planta de tratamiento en Toledo y fracasa puedes buscar alternativas rápidas y viables mientras encuentras una solución alternativa. En Ceuta no. Nosotros hemos trabajado mucho en territorios insulares por toda Europa y siempre se han buscado soluciones muy compactadas. Es una cuestión de sentido común porque la basura se recoge todos los días y encontrar soluciones para ella de un día para otro es muy complicado.
 


El ISR: “Pluralismo, tolerancia, reflexión, racionalidad e independencia”

El Instituto para la Sostenibilidad de los Recursos (ISR) es desde 2002 una fundación privada, “de ámbito ibérico y proyección supranacional”, integrada por un centenar de patronos “entre los que se cuentan de manera equilibrada personalidades y expertos mundiales, administraciones públicas, entidades privadas y agentes sociales”. La fundación trabaja en tareas relacionadas con la sostenibilidad, el uso de los recursos y el medio ambiente. Actualmente es “líder indiscutible”, según su información corporativa, “en conocimiento acerca de estos sectores de actividad, prolongando su labor de excelencia medioambiental a España y Portugal, Europa, la cuenca mediterránea Latinoamérica y a los territorios insulares del planeta. El ISR tiene su origen a finales de la década de los ochenta, cuando la política europea evolucionó hacia la prioridad sobre la prevención en la generación de residuos y el aprovechamiento de los recursos contenidos en los mismos. En 1993, inspirados por dicha corriente, un grupo de expertos multidisciplinares del sector medioambiental con orígenes diversos, crearon el Club Español de los Residuos (CER), con el objetivo básico de racionalizar las acciones públicas y privadas del trinomio Recursos-Productos-Residuos. Sus tareas fueron trasladar este debate a la sociedad, desarrollando la soluciones más innovadoras de aquel momento, siempre bajo un criterio riguroso, con un mensaje directo y sencillo, comprensible para todos los ciudadanos, alejándose siempre de la denuncia gratuita o del sensacionalismo. En 2002 se transformó en una Fundación; salvaguardando sus señas de identidad: pluralismo, tolerancia, reflexión, racionalidad e independencia.
 

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