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OPINIÓN - DOMINGO, 18 DE ABRIL DE 2010

 
OPINIÓN

Miscelánea semanal

Por Manuel de la Torre


LUNES. 12


Antonio López Fernández llevaba la mar de tiempo dándome el esquinazo. Nada más divisarme se cambiaba de acera con la misma facilidad con que se suele emplear en todo lo que hace. El gerente de EMVICESA, hábil donde los haya, parecía no estar dispuesto a someterse a la pregunta que no he dejado de hacerle cuando ha accedido a pararse en la calle conmigo. “Antonio: ¿Cómo te las apaña para estar siempre rodeado de mujeres tan atractivas como interesantes?”. Pero hoy, en cuanto se ha descuidado lo más mínimo, he cortado su andar acelerado y le he hecho la pregunta de marras. Y Antonio no ha tenido el menor inconveniente en decirme que para él todas las mujeres tienen su aquel... Luego, metidos ya en conversación, me ha dicho que su hermana está a punto de dar a luz y que él será el padrino de la criatura. Eso sí, cuando le digo que es más que probable que Francisco Márquez deje de ser diputado local para hacerse con un escaño en el Congreso de los Diputados, tuerce el gesto. Pero pronto reacciona y me contesta que la vida sigue y que a él no le queda más remedio que continuar trabajando.

MARTES. 13


Con Alfonso Conejo no hablaba yo desde que tuvo a bien entregarme una carta que leí con verdadero placer. Tal es así que no dudé en responderle en estas páginas. Pero de eso hace ya bastantes semanas. Por lo que hoy me alegro de verle y así se le digo. Alfonso me recuerda la de veces que he escrito acerca del catarro que padecí fechas atrás. Y me pregunta si me han quedado secuelas. Y le digo que no. Pero su pregunta me hace extenderme. Mira, Alfonso, de vez en cuando hay que propalar que uno padece de algo o que está agobiado por algún problema, de manera que la gente se compadezca un poco de uno. Ya que si me ven alternando casi todos los días y luciendo palmito a mis 71 años, hasta los que no me tienen ojerizas pueden caer en la tentación de ponerse en mi contra. Y, puesto ya a contarle, no tengo el menor inconveniente en referirle la anécdota que se le atribuye a Agustín de Foxá, conde de Foxá. Estrenaba éste ‘Baile en Capitanía’, comedia dramática, en Madrid. Con gran éxito. Y en uno de los intermedios, en la sala de espera, comenzó a quejarse de su úlcera de duodeno a los que venían a felicitarle. Cuando uno de sus amigos, extrañado de lo que oía, le dijo que por qué mentía de manera tan descarada, Foxá respondió más o menos así: “Soy conde, vivo la mar de bien, y encima mi comedia tiene éxito. De modo que si no me quejo de algo, como tú comprenderás, me expongo a ganarme más enemigos de los que ya tengo”.

MIÉRCOLES. 14


Llevaba mucho tiempo sin hablar con Luis María Fernández. Y hoy me lo he encontrado charlando con un empleado del Centro de Menores donde él desempeñó el cargo de subdirector general. Anda Luis María con mejor semblante que nunca y más alegre que unas castañuelas. Nada que ver con la persona que tuvo que soportar una persecución de un sindicato que le había colocado en el punto de mira de su atención permanente. Cierto es que no hablamos de ese asunto, sino que la conversación transcurrió por cauces futbolísticos. Deporte del cual LMF es un buen aficionado. Es decir, que sabe lo que dice cuando se trata de opinar al respecto. También intenté sonsacarle información interna del Partido Popular en Ceuta. Pero me topé con alguien dispuesto a no decir ni mu del asunto. Lo cual demuestra que nuestro hombre no es de los que largan cuando han dejado de soplar para él los vientos alisios de la política. En fin, que me satisface haber podido hablar con Luis María Fernández. Y, sobre todo, haber comprobado que goza de buena salud y del sosiego conveniente.

JUEVES. 15

Hace quince días, más o menos, visité con Mohamed Chaib a dos amigos que estaban en el hospital. Pues nos enteramos de que se habían indispuestos. Así que hoy me he alegrado enormemente al ver a Pedro Orozco tan sonriente como siempre y preparado para trabar conversación. Ya que él fue uno de los que tuvo que estar bajo vigilancia médica unos días. Por cierto, que le pregunté a Pedro si en la habitación del hospital se dedicó a pintar. Porque junto a la cama vi algunos cuadros pintados con acuarela. En fin, que mi estimado Pedro ya está como un roble. Aunque bien es cierto que guardando ese régimen que hará posible que el corazón no le juegue malas pasadas. Es curioso lo que me ocurre con PO: conociéndolo desde hace bastantes años, no lo había tratado hasta hace nada... Y resulta que en cuanto nos vemos tengo la impresión de que es una amistad de esas que suelen celebrarse como de toda la vida. Bueno, amigo, que te cuides lo que debas cuidarte para vernos muchas veces y compartir cháchara.

VIERNES. 16

El jueves, como bien saben quienes me leen, estuve en el Debate del Estado de la Ciudad, y me senté a la vera de José Luis Morales. Con quien llevaba mucho tiempo sin coincidir y, por tanto, sin hablar. José Luis, que siempre fue muy amable conmigo, amén de facilitarme mi labor cuando desempeñaba cargo público, lo primero que me dijo es que si me había dado cuenta de la alegría que rezumaba Juan Vivas. Quien departía en ese momento con algunos miembros de su gobierno. Es la alegría, me dijo, de quien se sabe arropado por los suyos y volverá a presentarse a unas elecciones que ganará nuevamente por mayoría absoluta. Luego hablamos de otras cosas que no vienen al caso contar. Pues no están los tiempos para que los hombres hagamos públicos ciertos comentarios. Y acabamos refiriéndonos a Mohamed Alí. El cual, y es de justicia decirlo, se ha convertido en un orador de mucho cuidado. Se maneja en el atril con tanta soltura como contundencia. Sin renunciar a mostrarse irónico, sin excesos, para suavizar sus denuncias. Morales y yo, sin embargo, lamentamos que se haya sometido a la voluntad de Juan Luis Aróstegui.

SÁBADO. 17

A Fatima Hamed Hossain, secretaria general de la Unión Demócrata Ceutí, la he venido oyendo y leyendo pero jamás había tenido la oportunidad de hablar con ella. Sabía, eso sí, que es una mujer con la que merece la pena hablar. El jueves pasado, durante un descanso del Debate del Estado de la Ciudad, coincidimos y conversamos unos minutos. Le dije que me había gustado la primera intervención de Mohamed Alí. Para ella la intervención del líder del partido había sido brillante. Fue entonces cuando le comenté que me parecía un error que su partido hubiera pactado con el PSPC. Y hasta me atreví a pronosticarle que llegaría el momento en el cual Mohamed Alí se arrepintiera del paso dado. FH me respondió que no entendía por qué ese hombre, se refería a Juan Luis Aróstegui, está tan mal visto en la ciudad. Tiempo tendrá ella de darse cuenta de cómo es el dirigente sindicalista. En fin, que la secretaria general de UDCE me causó una magnífica impresión.
 

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