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ACTUALIDAD - MARTES, 20 DE ABRIL DE 2010


obras en el puente de la almina. cedida.

obras
 

El puente de la Almina se repara con una técnica novedosa en Ceuta

Las vigas que lo sustentan se han reforzado
con un encofrado de chapa al que se ha inyectado hormigón, lo que ha permitido reforzarlo sin necesidad de una gran obra
 

CEUTA
Tamara Crespo

ceuta
@elpueblodeceuta.com

La Consejería de Fomento ha empleado una técnica novedosa en Ceuta para reparar el puente de la Almina sin necesidad de demoler la estructura, que sustenta la acera y la calzada de la calle Deán Navarro Acuña a la altura de las instalaciones de la Legión. La alternativa a la demolición y reconstrucción del puente ha consistido en el refuerzo de 12 jácenas o vigas maestras mediante una armadura de chapa de acero de 5 centímetros de espesor en la que se inyecta mortero de alta fluidez. Además, se ha rebajado el muro situado sobre la acera para aliviar el peso que soporta el puente y se han sustituido las varillas del forjado.

El Puente de la Almina, que da paso a las instalaciones de La Legión desde la calle Teniente José del Olmo, ha sido reparado mediante una técnica aplicada por primera vez en Ceuta y que ha supuesto un considerable ahorro de costes y molestias, puesto que se ha evitado tener que demoler su estructura, que sustenta la confluencia del paseo de Colón y la calle Deán Navarro Acuña. Tal como se señaló por parte de los técnicos de la Consejería de Fomento responsables de la actuación, la actuación ha consistido en el refuerzo de doce vigas maestras del puente situadas en un voladizo.

De acuerdo con los informes técnicos previos a la realización de las obras, tanto el voladizo en el que se ha actuado, donde se sitúan los extremos de las vigas reparadas, como la cara inferior de la losa de reparto entre ellas, de 15 centímetros de espesor, se encontraban expuestos a la intemperie. “La edad de la estructura, así como las muy desfavorables condiciones de servicio, en concreto, la exposición en ambiente salino-costero” habían provocado “una importante y peligrosa degradación en aquellas áreas de estructura directamente en contacto con el exterior”.

Estructura corroída

Los daños detectados se presentaban en las caras laterales e inferior de un total de 12 vigas y en la losa de reparto entre ellas. La patología consistía en una oxidación y corrosión de las armaduras del puente, que provocaban “expansiones de volumen y empujes sobre los recubrimientos con desprendimientos del hormigón y carbonatación de sus zonas más superficiales” y, por tanto, una muy probable pérdida de resistencia. En la cara superior de la estructura, protegida por la acera y no expuesta por tanto a la intemperie, se realizó una cata que no detectó “daños relevantes”.

En el informe se señalaba que los voladizos afectados “soportan sobre sí una acera de una calle, además de las sobrecargas peatonales e incluso de tráfico ocasional”. Por ello se consideraba necesario proceder a la reparación de la estructura.

Una vez asegurado el perímetro de la acera afectada y realizado el apuntalamiento de la estructura, se procedió a picar y limpiar las superficies mediante un chorro de agua y arena a presión.

La técnica empleada en el refuerzo de las vigas ha consistido en la colocación de un cajón metálico con placas de acero de 5 milímetros de espesor e igual geometría anclado a la estructura mediante varillas roscadas. Después de anclado el refuerzo, “al actuar a modo de encofrado, el espacio intermedio entre este y el hormigón de la viga original, se rellenó mediante inyección de morteros muy fluidos”. En el interior se aplicó a continuación un tratamiento mediante resinas y, sobre él, un espolvoreo de árido de sílice descontaminado para protegerlo de la oxidación. El acabado de las renovadas vigas es de “pintura de esmalte poliuretano alifático de alta resistencia química”.

Por su parte, en la losa de hormigón entre las vigas se repararon las superficies y se colocaron nuevas barras de la estructura armada.

En lo que respecta al muro de contención de vehículos, y según la normativa sobre pretiles en borde de puentes y estructuras similares, se consideró necesario “implantar una barrera o pretil normativo y no una simple barandilla”. A la hora de reconstruir el muro se optó por aligerar la carga que soportaba el voladizo reduciendo su altura respecto al preexistente.

El informe técnico encargado por la Consejería de Fomento recogía también unas “consideraciones adicionales sobre el nivel de contención de vehículos” que presenta la zona reparada. Al respecto, se recomendó por parte de los ingenieros “anclar eficazmente dicha barrera al voladizo actual” y armar “convenientemente” el mismo, “al que se exigiría -advertían- un espesor mínimo bastante mayor del que tiene”. En el informe se indicó no obstante que para cumplir los dos últimos objetivos habría que demoler la actual estructura y ejecutar una nueva “o bien reforzarla con una actuación tan drástica que quedaría fuera de los objetivos y alcance” de la reparación a realizar. Por lo tanto, se concluye “que no puede testificarse la seguridad de las instalaciones de La Legión situadas a la sombra y junto a los voladizos de este Puente de la Almina frente a una desviación e impacto sobre la barrera-barandilla de un vehículo que circule accidentalmente sobre el mismo, de acuerdo a la actual normativa”.
 

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