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sociedad - MARTES, 20 DE ABRIL DE 2010


folletoS de la asocIACIÓN. reduan.

ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS GRUPO RENACER
 

“Estamos más aceptados pero el término borracho no desaparece”

El grupo Renacer, de Alcohólicos Anónimos, cumple mañana 23 años de vida en la ciudad, variando su sede, ampliando el número de beneficiarios pero el tratamiento es igual, “reconocer la enfermedad”
 

CEUTA
Cristina Marzán

ceuta
@elpueblodeceuta.com

En sus rostros se reflejaba el paso de los años; en sus palabras, la evolución que ha acompañado a los mismos; pero en sus ojos aún brillaba esa tristeza de haber tropezado con varias piedras en un camino que sólo arrancaba con un letrero que no se ha deteriorado con el paso del tiempo: “Soy Pepe, Paco, Antonio, y soy alcohólico anónimo”.

El grupo Renacer, de Alcohólicos Anónimos, cumple mañana 23 años de vida en la ciudad autónoma; 23 años donde las historias múltiples, los tabúes sociales, la lucha por la superación, y los obstáculos no han impedido que se haya multiplicado el número de usuarios que han aceptado y reconocido que padecen una enfermedad que con tan solo con una copa puede llevar a la perdición.

Todo comenzó un 21 de abril de 1987, cuando un grupo de ocho amigos se reunieron para compartir resentimientos y frustraciones que les habían impedido disfrutar de la dulce infancia de sus hijos, de sus todavía románticas veladas, y de despertar cada mañana envueltos en un clima de esperanza que les daba la espalda en sus trabajos por el hedor desprendido. “En esa cita concretamos el bautizo del grupo Renacer aunque no sabíamos cómo darlo a conocer sin tener apoyos ni medios ya que había otra entidad que lo acaparaba todo. No teníamos experiencia y un compañero se puso en contacto con la asociación de Asturias para dar el alta a la nueva entidad en Ceuta”, recordaba Antonio, contemplando el paso de los años.

Entre hilos y costuras en un antiguo taller fue tejiéndose una idea que hoy día comparten cada martes y viernes un grupo de 12 a 15 personas, a pesar de lo “duro que puede resultar el reconocer día tras día que tienes un problema con el alcohol, que no sólo te ha afectado a ti, sino a tu familia, a tu entorno, y que por mucho que intentes, muchas veces es superior a tus fuerzas”, lamentaba Pepe.

Carteles desplegados en las madrugadas ceutíes fueron cobrando vida minuto tras minuto, semana tras semana, mes a mes, hasta que la iglesia de Santa Teresa fue escuchando las plegarias que los 12 pasos que constituyen la “religión” de Alcohólicos Anónimos se trasladaron a la parroquia de Los Remedios, donde 23 años después, se ha labrado una meta a cumplir en 12 horas, luego 24 y cuando menos lo esperas, “en algo que consideras innecesario. Ya no sustituyes la familia, la pesca, los amigos o el trabajo por el bar, la copa, la botella de la chaqueta o el aislamiento social”, comentaban con las primeras sonrisas de superación personal.

Las sedes de Renacer se han desplazado con el paso del tiempo, el número de usuarios se ha incrementado aunque no todos se han mantenido constantes; la terapia, los pasos y consejos, las sugerencias y el tratamiento ondean con firmeza en aquellos cuya superación personal se ha convertido en una lanza con la que defenderse. Pero, ¿y la sociedad?, ¿qué opina?,¿qué acepta?,¿qué pretende?.

“El alcoholismo, en los años 80, era un tema tabú, donde la etiqueta de borracho aparecía por cualquier rincón por donde andabas, incluso muchos se encerraban en sus casa con la botella de whisky. Cuando la Organización Mundial de la Salud la reconoció como enfermedad, la gente empezó a tener conciencia del problema y aunque estemos más aceptados socialmente, el término borracho aún prevalece en la sociedad con la imagen del tirado que guarda en la gabardina la petaca”, evocaban.

Pero a pesar de todo, para ellos, para Alcohólicos Anónimos, aún queda otra segunda oportunidad que la vid les ha concedido y por la que ellos han luchado; por eso ahora, “disfrutaremos de nuestros nietos y veremos en ellos a los que fueron nuestros hijos”. La bebida será sustituida por comida, los bares de copas por las barbacoas a la luz del día, el aroma al vodka por especies del país vecino derramadas sobre la tierna carne del pincho, y por perfilar, una fecha donde “los frutos que he recogido me los guardo pese al rechazo que antiguas amistades crearon”.
 

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