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ACTUALIDAD - LUNES, 3 DE MAYO DE 2010


gabriela bravo. cedida

FISCAL VOCAL CONSEJO GENERAL DEL PODER JUDICIAL
 

Gabriela Bravo: «Las críticas y descalificaciones a los jueces constituyen un grave quebranto del Estado de Derecho»

La vocal del CGPJ intervendrá mañana en la I Jornadas Jurídicas para disertar sobre la relación del Poder Judicial y los medios de comunicación advirtiendo del peligro que suponen las filtraciones en el devenir del proceso

CEUTA
Cristina Marzán

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Abordará la relación existente entre el Poder Judicial y los medios de comunicación, advirtiendo de los “graves perjuicios” que pueden suponer para las partes implicadas en el proceso e incluso llegando a afectar al devenir del mismo. Aunque para la fiscal y vocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Gabriela Bravo, que intervendrá con esta temática en las I Jornadas Jurídicas de la UNED en la cita de mañana, “las críticas y descalificaciones a los jueces de España constituyen un grave quebranto del Estado de Derecho”, sobre todo, cuando se refieren a casos polémicos como el que atañe actualmente al juez Garzón y, por consiguiente, al tribunal del Supremo.

Pregunta.- ¿Qué intentará transmitir durante su ponencia sobre el Poder Judicial y los medios de comunicación?, ¿Cómo deberían interactuar ambas partes para que la información llegue a los cuidadanos de manera clara y transparente?

Respuesta.- Mi intención es transmitir que sólo un Poder Judicial transparente, que aplique la ley e informe de sus actos, y un periodismo comprometido con la más noble de sus funciones, consistente en proporcionar al ciudadano una información fidedigna y veraz, y, al tiempo, respetuoso con los derechos fundamentales que puedan verse afectados, fortalecerán nuestro Estado de Derecho.

P.- ¿Qué opinión le merecen las filtraciones informativas en los juzgados y sus consecuencias a la hora de establecer juicios paralelos?

R.- Lo deseable es que no existieran las filtraciones. Todos sabemos que los tiempos mediáticos no son los de la Justicia. Por ello es importante establecer canales de comunicación entre la Administración de Justicia y los medios de comunicación que permitan ofrecer una información veraz, que no genere distorsiones en el procedimiento ni comprometa otros derechos fundamentales como la presunción de inocencia, la intimidad, etc. Las filtraciones, en ocasiones, pueden ocasionar graves perjuicios no sólo a las partes afectadas por la noticia, sino incluso al devenir del proceso.

P.- ¿Se están viendo cuestionados algunos órganos judiciales, como el Tribunal Supremo, en relación al caso del juez Garzón?, ¿Cree que está afectando el debate suscitado a la centralización y la comunicación entre los jueces del Consejo General del Poder Judicial?

R.- El Consejo siempre ha manifestado su respeto ante el derecho que los ciudadanos tienen para expresarse libremente y emitir sus opiniones, sin embargo las críticas y descalificaciones a los jueces de este país y en este caso al TS son intolerables; son un exceso innecesario que va mas allá de la crítica a una resolución judicial y constituyen un grave quebranto del Estado de Derecho.

P.- ¿Cree que el sistema de designación de los vocales del CGPJ es lo suficientemente ágil e imparcial?

R.- La elección parlamentaria dota de legitimidad democrática a las instituciones, en este caso, al Consejo General del Poder Judicial. En mi opinión, es un sistema adecuado y transparente. Los vocales del Consejo, han sido nombrados por el Parlamento, donde reside la soberanía popular y, por tanto, la voluntad de los ciudadanos a los que servimos. El vigente sistema se basa en el principio de transparencia. Los ciudadanos saben quiénes somos, cuáles son nuestras sensibilidades ideológicas y también que, una vez nombrados por el Parlamento, nadie puede removernos por las decisiones que tomemos. Ser elegidos a propuesta del legislativo no merma un ápice a nuestra independencia personal ni profesional. Somos un órgano de gobierno y, por tanto, un órgano político que, con nuestras decisiones, conformamos la política judicial. Actuamos con todo rigor y la máxima responsabilidad, y adoptamos los acuerdos en base a criterios estrictamente jurídicos.

P.- La modernización de la justicia española se traducirá en un mejor servicio para los ciudadanos, ¿confía en que ayudará a entender el sistema o, por el contrario, confundirá la interpretación del mismo?

R.- La justicia ha de estar al servicio de la sociedad y, por tanto, el protagonista ha de ser el ciudadano. Mañana entran en vigor las reformas procesales que permiten el desarrollo y puesta en marcha de la oficina judicial. Este cambio en el modelo organizativo de nuestra Administración de Justicia es el motor de arranque para la reforma y mejora de la misma y poder garantizar al ciudadano la justicia de calidad, ágil y eficaz que demanda. Ahora bien, este impulso modernizador ha de venir acompañado de otras reformas procesales importantísimas, como la del proceso penal, ley de mediación, nueva ley de Planta judicial… Es necesario abordar una reforma profunda. De lo contrario, estaremos invirtiendo en un modelo ineficiente.

P.- Una de las carencias de la Administración de Justicia de Ceuta es la inexistencia de un órgano específico para la violencia de género, ¿cree que los tribunales ordinarios pueden resolver por sí solos esta situación sin ralentizar el resto de asuntos?

R.- En Ceuta, como ocurre en otros lugares, no hay un volumen de asuntos lo suficientemente elevado que permita y justifique la creación de un juzgado exclusivo. Para explicarlo con datos concretos, la carga de trabajo óptima de un juzgado de este tipo se establece en 1.200 diligencias previas, 600 urgentes y unas 400 órdenes de protección. En Ceuta, en 2009, se registraron 222 diligencias previas, 158 urgentes y 81 órdenes de protección. Es decir, la jurisdicción de violencia contra la mujer en Ceuta se encuentra entre un 20 y un 25 por ciento de los parámetros de trabajo. Los jueces de Instrucción tienen la cualificación profesional y preparación necesaria para poder asumir funciones en materia de violencia de género, si bien se apuesta por la especialización en esta materia.

P.- El sistema español, ¿es demasiado garantista con respecto a los procesados penales?, ¿está de acuerdo con la petición de cadena perpetua del padre de Mari Luz?

R.- Los derechos que nuestra legislación reconoce a los imputados son básicos si efectivamente creemos en el Estado de Derecho y respetamos el mandato constitucional. Ahora bien, es importante que los derechos de las víctimas sean reconocidos, que las mismas se sientan apoyadas y, por ello, es necesario establecer mecanismos para garantizar la protección de la víctima y que la misma así lo perciba, y que los procedimientos judiciales no supongan una doble victimización. En cuanto al debate sobre la cadena perpetua, quiero indicar, en primer lugar, que el tema es muy complejo porque no estamos ante una mera cuestión técnica que pueda ser resuelta en términos jurídicos. Es un debate que implica al conjunto de la ciudadanía en la medida en que tiene que ver con el modelo de sociedad e incluso con el modelo de Estado de Derecho por el que apostamos. Creo personalmente que la cadena perpetua tiene mal acomodo en nuestra Constitución. La permanencia en prisión indefinida, aun en el supuesto de que se pudiera revisar, es difícilmente compatible con el mandato de resocialización que establece el artículo 25.2 de la Constitución.

P.- ¿Considera suficiente la Ley del Menor para combatir la violencia juvenil?, ¿qué papel juega la Fiscalía?

R.- El conjunto de profesionales que trabajan diariamente en la jurisdicción del menor coinciden en la valoración positiva de la Ley Penal del Menor y sus resultados satisfactorios. Los debates sobre cualquier reforma legislativa hay que abordarlos en el marco parlamentario y en un escenario de reflexión, no al calor del dolor de las víctimas, a las cuales hay que respetar y apoyar pero no utilizarlas para propiciar discursos demagógicos y oportunistas.
 

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