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OPINIÓN - MARTES, 4 DE MAYO DE 2010

 
OPINIÓN / EL ANÁLISIS

El derby volvió a poner en evidencia a la A.D Ceuta

Por Jesús Carretero


Jugar la fase de ascenso, nadie lo duda, la va a jugar, pero no se la ha ganado sobre el terreno de juego, y eso es lo más lamentable.

Empezó en casa mal y ha terminado peor, ahora, a sacar lo que se pueda de Águilas y luego a rezar para que nos toque un equipo al que podamos hacer frente.

Más domino pero nulidad ante el gol

Mentiríamos si no dijéramos que dominó más el Ceuta. Eso es cierto, pero mentiríamos doblemente si no reconociéramos que este Ceuta tiene la pólvora mojada, desde el comienzo de temporada, y que no es capaz de ganar los partidos serios de verdad.

En el partido del domingo, en los primeros veinte minutos, el Ceuta llegó con peligro en cuatro ocasiones, pero Martins en el minuto 1 falló un gol que no lo fallan los juveniles y luego ni Modeste, ni ningún otro en jugada del propio Modeste, supieron sacar tajada de ese dominio y de esas llegadas claras ante Dorronsoro.

Con todo, la ocasión más clara de esos primeros 20 minutos la tuvo el visitante Oller en un mano a mano con Ramón, pero Oller tiró el balón fuera.

Desde el minuto 20 las ocasiones más claras fueron del Melilla, minuto 38, trallazo de Carlos Ruiz rozando el travesaño y minuto 43, cuando Oller no acierta a marcar de cabeza.

El segundo tiempo reflejó lo que hay

La segunda mitad mostró, perfectamente, lo que es el Ceuta, a lo largo de la temporada, que quiere, pero no puedo o no sabe.

A los dos minutos de juego, Javi Navarro, uno de los pocos que se salvaron, marcó y a partir de aquí le quemaba el balón en los pies al Ceuta.

El Melilla no tenía más que “arrimarse” un poco y a los 19 minutos llegó el 1-1, con tanto de Migui en el que Ramón no anduvo demasiado fino.

A partir de aquí, había que volver a empezar y a esperar que las cosas salieran de cara.

Aparentemente dominaba más el Ceuta. Creaba ocasiones, pero en primer lugar el meta Dorronsoro con sus intervenciones y luego Raúl Martín, que sigue con “el freno de mano echado”, impidieron que el Ceuta lograra el tanto que necesitaba.

A falta de diez minutos para el final, otra cantada de la cobertura local, un rechace de jugadores del patio de un colegio y Yagüe que no tuvo más que marcar lo que sería el 1-2.

Los puntos se habían ido, porque el Melilla sabía jugar con el tiempo y el Ceuta no.

Lanzamiento de objetos

No cabe duda de que la decepción había sido grande para aquellos que habían sido invitados y no terminaron de comerse la tarta.

Lo que parece es que algunos de esos que habían ido, gratis total, no sabían que se les había regalado la entrada para animar al equipo, no para tirar objetos al campo, con lo que eso va a suponer.

La directiva, que me consta que tenía ilusión en que la gente apoyara, se habrá dado cuenta de que no es la mejor manera de apoyar al Ceuta, porque lo que no cuesta no se valora, y si no son capaces de atraer público ante un encuentro de máxima rivalidad, pero pagando, es que a esos no les interesa el fútbol, sin más.

¿Y ahora qué?

En principio, hay las mismas posibilidades que había antes. Pero no consiste sólo en ganar al Águilas, en lo que consiste es en demostrar que hay equipo, cosa que todavía no se ha visto, y estamos al final del campeonato.

Antes del partido yo fui con Antonio García Gaona. Me llevó en su coche hasta Alfonso Murube y estaba ilusionado con ganar ese partido, pero no lanzaba las campanas al vuelo. Él sabe de sobra lo que hay en la plantilla y lo que se cuece alrededor, en la propia directiva, como lo sabemos los demás. Y no es que me dijera nada de esto Antonio, pero ya el hecho de que hubiera cambios en el banquillo y sus inmediaciones, da idea de lo que ahí se cuece, les guste o no a cualquiera de los dos delegados, de equipo y de campo. Por ejemplo.

El campo perfecto

Por lo menos podemos decir algo bueno, para que ahora nadie culpe al empedrado. El campo estaba perfecto, el césped estaba mejor cuidado que en muchos campos de primera división.

Y es que las personas que están ahí, día a día, saben lo que hacen, no regatean esfuerzos para que al final de la temporada eso sea una alfombra, aunque ni con eso han logrado jugar bien. Y es que de donde no hay no se puede sacar y la mediocridad se viene demostrando.

Así son las cosas antes de ir a Águilas “en busca del punto que falta”.
 

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