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OPINIÓN - DOMINGO, 9 DE MAYO DE 2010

 
OPINIÓN / COLABORACIÓN

El coto de la discordia

Por Sociedad de Cazadores


A estas alturas podemos afirmar, sin ningún género de dudas, que en el colectivo de cazadores de Ceuta existen graves diferencias entre sí. Para tratar de entender qué sucede, tendríamos que introducir una perspectiva lo menos interesada posible, además de algunos elementos de valor que aporten cierta luz.

Para empezar, tendríamos que preguntarnos por qué están divididos ¿cuál es la causa? Bien, todo apunta a que el origen se produce tras la más que dudosa y actualmente en vías de pleito, entrada en vigor de la zona controlada de caza en nuestra ciudad, que da plenos poderes a la sociedad de cazadores de Ceuta, presidida por Antonio López.

En la nueva y discutida situación que se crea, se producen varios hechos destacables: el primero es que un deportista cazador comienza a tener que pagar por la práctica de este deporte, -aparte de su seguro de responsabilidad civil, licencia de caza y licencia federativa-, la nada despreciable cantidad de 300 euros, si quiere cazar en alguna zona del campo ceutí. Naturalmente, muchos de los aficionados de nuestra ciudad no pueden pagar y otros se niegan a aceptar tamaño disparate. Lo segundo es que el sistema implantado por el presidente, Antonio López, tiene más que ver con un coto privado, tal como dice el señor Jiménez, delegado en Ceuta de Sociedad Española de Ornitología (SEO), con lo que, “en teoría”, es la gestión de una zona controlada de caza. A eso le añadimos que la figura del tal Antonio, que hace y deshace sin encomendarse a nadie, nos recuerda a la de un caporal...

Pero, además, el tal Antonio ya ha tenido sus rifirrafes; vamos, que suelta la mano con facilidad, por lo que ha terminado en los juzgados de nuestra ciudad por agresión. Vamos, que el chico es un poco ligero de gatillo, nunca mejor dicho.

Se ha hablado y mucho de la procedencia de las sueltas de los animales y no sé qué más sobre otro tema de piensos, asuntos que tendrá perfectamente justificados el Sr. Antonio, como debe ser.

Por abundar aún más en este asunto de cazadores, el presidente de la Asociación de Cazadores de Ceuta, el tal Antonio, en una ciudad de diez mil parados, se trae a dos profesionales de la Península, que son los que están facultados para cuidar este tipo de explotaciones, cotos incluidos. No quiero ni pensar, que ante tal panorama, reciba un céntimo de dinero público, o sea, cuidado la Ciudad Autónoma con este asunto, no vaya a haber sorpresas.

Y casi por último, decir que este asunto entre cazadores ha terminado con una escisión de la mencionada sociedad y, por lo tanto, el nacimiento de otra que para nada podría practicar el deporte de la caza en Ceuta, por la exclusividad que le da la ley de caza a la sociedad que dirige el tal don Antonio.

Mientras tanto, la nueva sociedad, recogiendo las protestas de los que se han rebelado ante la situación que se ha creado, pretende devolver las cosas a su estado original, contar con el asesoramiento y la colaboración del señor Jiménez, aunque no tenga una licenciatura.

Para finalizar, decir que, al abogado de la nueva sociedad que ha iniciado el pleito, no se le ha facilitado ninguna de la documentación requerida por dicha parte; luego entonces, ¿cómo hay que interpretar esto? ¿es que la Ciudad Autónoma no tiene documentación que aportar? ¿acaso oculta algo? ¿quieren que desistan, o hay gato encerrado? Aunque…gato encerrado no. Quedan pocos porque, según las malas lenguas ya no hay gatos apenas, de ahí vendría el dinerito, vía taloncitos.

A todo esto, el tal don Antonio... ¿Por qué se aferra al sillón de la presidencia? ¿Acaso tiene mucho que perder?
 

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