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sociedad - MARTES, 25 DE MAYO DE 2010


virgen del rocío. cedida.

ROCÍO 2010 / PROCESIÓN
 

La Blanca Paloma visitó el Simpecado ceutí pasadas las cuatro de la madrugada

Los rocieros ceutíes disfrutaron de la presenacia de la Reina de las Marismas por espacio de unos quince minutos
 

CEUTA
José Manuel Rincón

ceuta
@elpueblodeceuta.com

La Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Ceuta se reencontró ayer con la Blanca Paloma después de un año de intensos preparativos para volver a vivir las emociones que sólo en El Rocío se pueden vivir. Por espacio de un cuarto de hora, aproximadamente, la imagen de la Reina de las Marismas estuvo frente al Simpecado ceutí.

La Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Ceuta, con el corazón dividido entre la alegría de haber podido reencontrarse con la Blanca Paloma y la tristeza de un “hasta el año que viene”, llegará esta noche a nuestra ciudad, alrededor de las 20.00 horas, después de la peregrinación realizada este año. Este Rocío ha estado marcado por grandes momentos de emotividad y solemnidad desde que se iniciara el camino hasta la aldea almonteña.

Desde que la hermandad ceutí iniciara su peregrinar, los rocieros caballas han vivido grandes momentos durante este nuevo encuentro con la Reina de las Marismas.

Una peregrinación un tanto dura por el calor reinante, que se vió recompensada con el emotivo reencuentro vivido alrededor de las cuatro y media de la madrugada con la Blanca Paloma. La fe y la devoción que anualmente lleva a miles de personas hasta El Rocío para participar en la romería, así como la diversión entendida como convivencia y fraternidad, cobraron el domingo de Pentecostés una fuerza esencial, al ser el día grande de la romería y antesala de la esperada procesión.

Tras la celebración de la misa Pontifical, los romeros ceutíes que se han dado cita en la aldea se dispusieron a disfrutar de un día en el que se conjugaron la emoción de la cercanía de la procesión con la nostalgia de un final cada vez más cerca.

A lo largo del pasado domingo, en la casa ceutí, realizaron los preparativos para el camino de vuelta, ya que son numerosas las personas que a lo largo del día de hoy abandonarán El Rocío, si bien no cesaba la diversión y el deseo de que llegara la noche.

Antes de la salida de la Virgen del Rocío, la Plaza de Doñana de la aldea de El Rocío acogió a las doce en punto de la noche el inicio del Santo Rosario de la romería almonteña en el que participaron las 107 filiales rocieras y que fue presidido por el Simpecado de la Hermandad Matriz de Almonte.

La celebración de este acto religioso, el Rosario, volvió a dotar a la aldea almonteña de una especial luminosidad y color, desde aproximadamente las 22.30 horas, momento en el que las hermandades, con sus simpecados e insignias, comenzaron a desplazarse desde sus casas de hermandad hasta la Plaza de Doñana entre bengalas de colores.

Una vez reunidas todas las corporaciones comenzó el rezo del Rosario que, desde hace años, y recuperando una vieja tradición, se hace en procesión por las calles de la aldea.

Uno de los momentos más emotivos fue cuando los simpecados de todas las hermandades filiales fueron pasando ante la puerta de la ermita desde donde volvieron a sus casas oficiales para prepararse para la visita de la Virgen del Rocío, ya durante la procesión.

Tal y como destacó a El Pueblo de Ceuta, Juan Carlos Aznar, presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías de Ceuta, los almonteños saltaron la reja a las 2.50 horas aproximadamente, después de más de dos horas de espera en el interior de la ermita esperando la llegada del Simpecado de la hermandad matriz de Almonte del rezo del Rosario, dando con ello comienzo la procesión de la Virgen del Rocío, vestida para la ocasión con sus ropas de ‘Reina’.

En este sentido y tal y como comentaba Juan Carlos Aznar, el Simpecado caballa así como todos los rocieros ceutíes fueron visitados por la Blanca Paloma alrededor de las 4.30 horas, permaneciendo con ellos alrededor de un cuarto de hora, en los que estuvieron cantándole la Salve, rezándole y gritándole “¡Viva, la Blanca Paloma!” hasta hacer enronquecer las gargantas.

Aznar destacó que este año ha sido muy emotivo en muchos momentos, donde durante la presentación les acompañó un almonteño que tuvo su importancia en la fundación de la hermandad de Ceuta; las hermandades ceutíes quedaron representadas en El Rocío al poder realizar protestación de fe el presidente del Consejo; y finalmente el siempre emotivo reencuentro con la Blanca Paloma.

Por último el presidente del Consejo de Hermandades destacaba que la dureza de este año del camino con un sol de justicia, y la arena sin asentar, se ha visto recompensada con la visita de la Madre de las Marismas a los rocieros ceutíes, los cuales vivieron emocionados este importante reencuentro con la Blanca Paloma.
 

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