PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - MIÉRCOLES, 26 DE MAYO DE 2010

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

Cerramos con los sindicatos
 


Jesús Carretero
jesuscarretero@elpueblodeceuta.com

 

Posiblemente tarde en volver sobre este asunto y mucho más, cuando ahora, más de palabra que de hecho, al menos en cuanto a resultados, varios de los sindicatos están muy ocupados frente a posiciones del Gobierno, en ese capítulo de las “rebajas”, a medio camino entre las post navideñas y las del verano.

Sin embargo, hay dos cosas que los sindicatos no tocan, la primera relativa a las “subvenciones”, ayudas o lo que sea, que reciben del Gobierno, con lo que aunque a veces no lo parezca, en más de una ocasión se están comprando voluntades.

Y es que, mirando la realidad, tal como es ¿Qué sería de los sindicatos sin la “ayuda” desde el Gobierno?. Nada de nada, porque, aunque son muchos los afiliados, menos de lo que parece y más de los que yo creo, con sus cuotas, si es que las pagan, difícilmente tendrían para pagar la luz, con lo que hay que “plantar cara al Gobierno” pero ..., poquito, por si hay recortes.

Este asunto, me dirán y con razón, no hay que tocarlo.

La otra cosa que yo quería tocar y que, intencionadamente, dejé para el final es la de los liberados. ¿Por qué? ¿Para qué?. Además de que habría que ver si los liberados son los que más prestigio tenían en sus empresas, cuando trabajaban o era todo lo contrario.

En el año 87, del pasado siglo ya, tuve la mala ocurrencia, empujado un poco por ciertos colegas, allá en Palencia, de presentarme a unas elecciones sindicales, iba de número 2, no de relleno, en la candidatura de un sindicato, no de los de clase. No merece hacer más publicidad de ello.

Sí puedo decir que el máximo representante en la Junta de Personal fue de nuestro grupo y que durante algún tiempo, poco, yo pertenecí a esa Junta. Lo que estaba claro es que mi talante no me permitió estar mucho tiempo en ese ambiente, especialmente cuando uno de los que formaban parte de esa Junta, él era de CCOO, me dijo que si yo iba a coger liberación completa o media liberación.

No me lo podía creer: “¿Yo?, ni una cosa, ni la otra”. El de CCOO volvió a insistir en ello el “compañero” alegando que si no lo cogía estaba yo quitando un puesto de trabajo a otro compañero. Muy en su línea. Mi respuesta y por allí estará si es que se toman notas de esas cosas, fue que:” Yo soy catedrático para dar clase a mis alumnos, no para vaguear por ahí”. Aquello fue Troya, eso no lo podía soportar un liberado, no sé desde cuando. Yo no me liberé, y a las dos semanas, si no antes me fui de allí. Por cierto que a alguien le vendría bien aquella liberación que yo odiaba.

No se me oculta que, de haber aceptado aquella “generosa propuesta”, desde hace 23 años podría haber estado liberado, se me habría olvidado de qué color era la tiza. Y es que así llevan algunos a los que no les echan de esas posiciones ni con agua hirviendo.

No quiero extenderme en esto, porque habrá liberados que cumplan, y muy bien, con sus “cometidos”, pero lo mío era y sigue siendo, estar en clase, donde sigo y voy a seguir algo más.

Lo que sí puedo decir es que mi persona, como liberado, no fue denostada, porque me negué, de hecho y de derecho, a la liberación.

Hoy por hoy, la figura de los liberados está marcada y no por lo positivo, pero ha habido más de uno que fue listo y aprovechó eso “para trabajar por el sindicato en vez de en la empresa”. Tiene que haber de todo, simplemente eso.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto