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OPINIÓN - VIERNES, 11 DE JUNIO DE 2010

 

OPINIÓN / EL OASIS

“El chulo de EMVICESA”
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

En la columna del martes día 9, escribí que obraban en mi poder unos documentos a los que he titulado “El chulo de EMVICESA”. Y no pocas han sido las personas que han comenzado a interesarse por conocer el nombre del individuo que ha tratado en repetidas ocasiones de tangar a la Empresa Municipal de la Vivienda de Ceuta.

Pero he decidido no decir ni pío al respecto. Por más que me sigan insistiendo los que se desviven por conocer no sólo la identidad del sujeto sino que también desean saber cuántas veces intentó engañar a la empresa y de qué manera y si fue capaz de conseguirlo.

Cierto es que el sujeto ha tenido siempre la cara muy dura y seguirá teniéndola hasta el fin de sus días. Y que es merecedor de que uno airee su nombre. Dado que se ha distinguido siempre en los engaños y trapisondas. Hasta ser tenido por un sablista compulsivo.

En realidad, es un pobre hombre. De quien los políticos han venido aprovechándose y han sido, en gran medida, los causantes de que sus líos, sus enredos, sus timos, sus trampas, etcétera, fueran a más en vez de menguar con el paso de los años. Porque hay políticos que, con tal de que les hagan el artículo, no dudan en comprar voluntades, aunque sea pagando informes falsos o trabajos jamás realizados. Y a este hombre, cuyo nombre no vamos a mencionar, le han acostumbrado a transitar por la senda de los chanchullos y a llevárselo calentito, cada dos por tres, por arte de birlibirloque.

Y cuando a esos políticos se les ha dicho que esa manera de actuar estaba fuera de lugar. Y que en cualquier momento podrían salir a la palestra tan habituales trapicheos para favorecer al hombre que tiene la cara como el cemento armado, lo que han hecho es pedir árnica para el sujeto. Sacando a relucir, inmediatamente, la compasión –sentimiento en el cual no están muy duchos, por falta de práctica- como excusa para continuar favoreciendo al individuo que ha tratado de engañar a la Empresa Municipal de la Vivienda de Ceuta.

Muchas veces he tenido que oír lo mismo: “Es un sinvergüenza, pero es nuestro sinvergüenza...”. El que tenemos siempre dispuesto para que nos eche un cable en los momentos que necesitamos que firme cualquier papel o algo por el estilo. Y, además, suelen rematar la faena, simulando cara de tristeza por el dolor ajeno, de la manera siguiente: “No dudes, además, que es digno de lástima”.

Y así, con tan extraordinaria larga cambiada, te invitan a que dejes el asunto. Y si dices que nones, te tachan de intransigente y hasta te empiezan a calificar de mala manera. Menos mal que uno, que aún es veloz de pensamiento, no duda en responder con la acidez que esos políticos merecen.

En fin, que, por favor, dejen ustedes de preguntarme por el nombre del individuo que ha tratado de engañar a EMVICESA. Porque no estoy dispuesto a pronunciarlo y, desde luego, tampoco diré cuántas veces lo ha intentado, de qué manera y si fue capaz de conseguirlo.

Lo único que sí les puedo decir es que al igual que cuenta con la protección de algunos políticos del PP, también la ha venido teniendo de otros políticos. Pertenecientes a otros partidos gobernantes. ¡Menudo... embaucador!
 

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