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OPINIÓN - JUEVES, 17 DE JUNIO DE 2010

 

OPINIÓN / MIS COSAS

Mis cosas
 


ADE
ade
@elpueblodeceuta.com
 

Es de los más razonable del mundo mundial que cada hijo de vecino trate, por todos los medios a su alcance, de buscar para los suyos una v ida mejor que la que tiene en su país de origen y es de ahí, precisamente, de donde surge la inmigración hacia otros países buscado esa vida mejor.

Cuando no se ha sido inmigrante es muy fácil hablar de inmigración como lo más natural del mundo, apareciendo en alguna cadena de televisión contando historias para no dormir y, por supuesto, recordando que nosotros también fuimos inmigrantes.

Y es verdad, fuimos inmigrantes, pero para esa inmigración que hicimos, necesitábamos un contrato de trabajo de algunas de las empresas, francesas, alemanas o holandesas, por poner algunos de los países a los que emigramos los españoles. Sin ese requisito, más el correspondiente certificado médico, usted no entraba en ninguno de los países que solicitaban mano de obra.

Si se quedaba usted sin trabajo, le daban unos días para encontrarlo, de no encontrar alguna empresa que le diera un contrato de trabajo, le ponían a usted de patitas en la frontera y si te he visto no me acuerdo.

Por principio, cuando se llegaba al país en el que había encontrado trabajo, lo primero que tenía que aceptar eran sus leyes, su cultura y sus costumbres no tratando, por ningún medio, de querer imponer su cultura y sus costumbres al país que le había acogido.

Todo lo contrario de lo que sucede con algunos inmigrantes que llegan a nuestro país sin, por supuesto, ese contrato de trabajo y ese reconocimiento médico, que quieren imponernos su cultura sus costumbres y sus tradiciones.

Eso, de verdad, ni lo entiendo ni lo comparto. Sólo hay una forma de hacerles ver que tienen que aceptar nuestras leyes, nuestras costumbres y nuestras tradiciones, de no hacerlo se les pone de patitas en sus países de origen y adiós muy buenas. Punto, pelota.

Entre toda la inmigración que nos ha llegado, se encuentran personas que viene a trabajar y a labrarse un porvenir para los suyos. Esos, bienvenidos sean.

Paro también es cierto que nos ha llegado mucha escoria de distintos países, que no se por qué razón tenemos que soportar, cuando la solución está en nuestras manos de manera fácil y sencilla.

Hace unos días la prensa ha publicado, la existencia en Barcelona de bandas peligrosas de delincuentes venidos de los países sudamericanos, que están sembrando el pánico entre los españoles residentes en aquellos lugares donde estos pandilleros actúan.

La policía española tiene localizado, según dicen, a doscientos cincuenta de estos pandilleros, que se valen de las chicas para reclutar en los institutos al personal que forma parte de una de las dos bandas existentes.

Solución se cogen a todos ellos y a sus familias que no pueden hacer “carrera” de ellos y se les envía a sus países de origen por la vía rápida. Seguro que, ante esta medida, saltan los “buenos”, esos que con el dinero de las subvenciones del dinero todos los españoles para protestar. Se aceptan sus protestas, se les quita la subvención y se les envía con ellos para que les cuiden en sus países de origen.
 

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