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OPINIÓN - JUEVES, 17 DE JUNIO DE 2010

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

El Partido Popular y la Nueva Transición
 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

Debe constarle a ustedes que, a partir de ahora, seremos muchos los españoles que nos refiramos con auténtico anhelo al concepto “Nueva Transición”. Y vamos a hacerlo con esperanza, ilusionados y dispuestos a gastar esfuerzos y testiculina en conseguir que, el paso de un gobierno desastroso a un sistema de futuro, sea un hacer realidad nuestros sueños.

“Estos de ahora”, los “innombrables”, porque nombrarles nos haría caer en una ilicitud penal o exponernos a una demanda, “estos” nos han arruinado económicamente, pero no han arruinado la capacidad del pueblo para soñar. Con ellos, los derechos al honor y a la intimidad y la insustancial “presunción de inocencia” han acabado en el momento en que se llamaba a las cámaras de televisión para asistir en vivo y en directo a “los paseíllos” de alcaldes, cargos públicos, empresarios, abogados, madres, hijas, esposas y empleados. Todos ellos con grilletes a la vista y sometidos al público escarnio de los telediarios y de los programas del corazón. ¿Qué la mitad de los detenidos y llevados a los calabozos resultaban ser inocentes y sus causas archivadas?. Sin problema. Con “estos” no hay responsabilidad penal. Ni cabeza togada que cortar. Ni tribunal alguno capaz de hacer justicia con los inocentes. Con “estos” el “perro no come carne de perro” no es un dicho, sino un principio constitucional. Y llevado hasta sus últimos extremos y consecuencias abominables.

Porque, con “los de ahora” el sistema de “castas” es más de “castas” que jamás y los brahmanes no pueden ser juzgados ni mezclados con los apestosos “intocables” es decir, con el pueblo soberano. Por ahora. Porque, si algo caracteriza al PP es la paciencia y la serenidad. Y si algo destaca en los votantes populares es la exigencia a sus candidatos electos de que tengan una memoria increíblemente despierta, sagaz y rigurosa. No va a haber olvido. Ni perdón. Ni un cobarde “pasar la página”. Ni apaños interesados. Ni conformismos nauseabundos. Y, si el perro no quiere comer la carne del perro se tendrá que conformar y reconsiderar sus ideas, porque o come eso o va a pasar más hambre que un lagarto detrás de una pita y le van a dar mucho por el culo, con perdón de la aseveración.

Que les conste que, a partir de ahora hablaremos hasta faltarnos el resuello del fenómeno político y social que se avecina. Porque desearlo y saberlo cercano nos llena de contento, es oxigenante, es la promesa de dejar de sentir miedo por los Syteles, de dejar de sentir indignación y repugnancia ante los “juicios políticos”, de cesar la inquietud de tantos profesionales, políticos y empresarios al pensar que les “puede tocar” porque pueden “liar” desde “arriba” otra “causa general” bien escandalosa y bien publicitada, para que, los españoles se entretengan viendo furgones y detenidos y no piensen en como han destrozado el esfuerzo de años de todo un país. Con el PP no existirán las “causas generales”, ni se vulnerará la obligación del reparto de los expedientes para asignar el que interesa a un juez predeterminado, ad hoc, al que han puesto “ahí” para que “juzgue” esa causa concreta. Y, si hasta hoy han existido “causas generales” y chanchullos en los repartos, no es que el tema vaya a ser cortado de raíz, sino que, los nuevos Ministros de Interior y de Justicia y el nuevo Fiscal General del Estado (confío en que hagan caso al clamor que exige para ese puesto a Javier Gómez de Liaño). Todos ellos. Los designados con nuestro voto y nuestra esperanza, harán justicia, se revisarán los asuntos, se investigarán intereses bastardos y caerá públicamente hasta el apuntador implicado en cada injusticia, contando con la más absoluta libertad de prensa.

Dicen los internautas que existen ya “listas” de futuribles imputados. ¿Qué dicen? ¿Qué pueden ustedes apuntar hacia ciertas causas y ciertos nombres? Pues estén seguros de que, en las famosas “listas” de futuros investigados y empapelados, aparecerán más de unos y unas de ellos ellas. Pero no por venganza. El clamor popular que llevará al poder al Partido Popular no es un clamor de venganza, sino un clamor enfebrecido de que se haga justicia. Un deseo incontrolable de resarcimiento, de que nos devuelvan la ética, de que paguen por habernos hechos odiar y temer a quienes están ahí, por la voluntad ciudadana, con el deber de protegernos y de defendernos, que no de aterrorizarnos, reprimirnos, angustiarnos. Los españoles no somos dados a sufrir de “síndrome de Estocolmo” y aborrecemos a quienes nos dañan injustamente.

El compromiso moral y ético del Partido Popular en esta Nueva Transición es, antes que nada, castigar con dureza a quienes defraudaron, engañaron y llenaron de miedo a los españoles. El Partido Popular va a ser votado para que se haga justicia. Para que recuperemos la libertad. Para que respondan quienes nos llevaron a esta opresión. El listón moral y ético está alto. Pero es un hermoso reto y ahí está España entera para apoyarles.

Que nunca olviden que gobernarán para que se recupere el auténtico sentido del término “Justicia”. Y que Dios les conceda el gobernar desde, con, por y para, el Honor.
 

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