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OPINIÓN - DOMINGO, 27 DE JUNIO DE 2010

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

Servicio permanente
 


Jesús Carretero
jesuscarretero@elpueblodeceuta.com

 

Es lo que, de ordinario, tienen los miembros de la Guardia Civil o de la Policía Nacional, por ejemplo, por cuanto, bien en servicio oficial, o al encontrarse en una circunstancia en la que se haga precisa su intervención, ahí están para actuar los primeros.

Y viene esta afirmación mía, a cuento de que funcionarios del CNP, hace un par de días, salvaron la vida a un hombre de 46 años, a altas horas de la madrugada, arriesgando su propia vida, cuando este hombre estaba a punto de ahogarse, en la playa de Juan XXIII.

Y todo sucedía después de la “fiesta” de la Noche de San Juan, en la que una gran cantidad de personas se habían estado divirtiendo, pasándolo bien, mientras que estos servidores del orden estaban, pero para otras cosas, para atender y solucionar lo que otros no hubieran sido capaces de hacer.

Efectivamente, dos policías tuvieron que lanzarse al agua en torno a las dos y media de la noche, cuando varios ciudadanos les habían alertado de que un hombre se estaba ahogando.

Al final, este hombre que estaba con muchísimos problemas, ya, fue salvado, gracias al esfuerzo y al riesgo que corrieron los agentes, que pusieron en peligro su propia vida, para poder salvar la de esa otra persona.

Estos dos policías estaban de servicio en la explanada de Juan XXIII, durante esa noche de luz y fuego:” La noche de San Juan”. Ellos tuvieron que lanzarse al agua para evitar que este hombre falleciera ahogado, cuando ya se encontraba a unos cincuenta metros de la orilla.

La situación era muy comprometida, pero aun así, uno de ellos logró extraer el cuerpo del hombre cuando ya se hundía y que, de no ser por esta actuación, hubiera perecido.

Además, el trabajo tuvo que ser todavía más complicado, cuando en esas circunstancias el hombre mostraba una total desesperación, al ver que por sí mismo no se hubiera podido salvar.

El primero de los agentes, cuando varios ciudadanos les llamaron, no se lo pensó ni un segundo, se lanzó al agua y cuando se estaba acercando a la persona que estaba corriendo tanto peligro, comprobó que dicho hombre se iba desapareciendo, sin remisión de ningún tipo.

Fue en estas circunstancias donde comenzó su actuación que hay que valorar, por el temple y la sangre fría de este policía que no llegó a pensar en el riesgo que iba a correr él, como tampoco lo pensó su compañero, al darse cuenta de la gravedad de la circunstancia.

También, el segundo policía se lanzó al agua, en dirección a donde estaba su compañero y con el peligro que corría al tratar de arrastrar al “bañista”.

Al final, todo se solucionó de una manera favorable. El hombre fue sacado fuera del mar, se le reanimó, en tanto que uno de los dos agentes había llegado totalmente agotado.

El trabajo, cuando no se esperaba un hecho de este tipo, había llegado al final con éxito, algo que ya veremos si se sabe reconocer, especialmente cuando llegan esas medallas que, a veces, las reciben personas que no sabemos, en muchas ocasiones, a qué se han debido. Ahora, estos dos agentes, es de suponer que además de ser reconocidos por el cumplimiento de su deber, bien merecerían algo más que meras palabras de gratitud, ellos dos tendrán, no me cabe la menor duda, su recompensa, porque la merecen.
 

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