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Poco a poco, casi metro a metro,
los planes del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y
Marino para despejar el litoral ceutí de construcciones
fuera de ordenamiento, avanzan. No es desde luego un trabajo
fácil, pues la falta de espacio en una ciudad con unas
limitaciones geográficas evidentes, unida a la poca
conciencia cívica en este ámbito han llevado a nuestra
costa, al igual que ha ocurrido -eso sí- en el resto del
país, a una desafortunada situación. La ocupación
sistemática de estos terrenos de dominio público y
protegidos por tanto por las leyes es un problema cuya
resolución requiere de grandes dosis de paciencia y también
de interés por parte de las administraciones públicas y sus
responsables. Aunque sea una labor lenta, merece la pena.
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OPINIÓN / EDITORIAL
