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OPINIÓN - SÁBADO, 10 DE JULIO DE 2010

 

OPINIÓN / EL OASIS

A Luis Aragonés lo tratan sañudamente
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Se tiene por cierto que fue Helenio Herrera quien le dio categoría al cargo de entrenador. Ya que antes de aparecer él en los banquillos, a los entrenadores se les prestaba poca atención. Por no decir ninguna.

HH exigía en todos los sentidos a los clubs que le contrataban. Pero también se responsabilizaba de las derrotas a la par que se atribuía todos los méritos de las victorias. Así que todas las miradas convergían en su figura. Y su sola presencia en los campos era ya un espectáculo.

A partir de HH los entrenadores fueron reconocidos como figuras destacadas. Y comenzaron a ganar dineros que antes no veían ni por asomo. Aunque es cierto que los técnicos se vieron acuciados por responsabilidades jamás tenidas. Y comenzaron a sufrir las broncas de los aficionados en cuanto el juego y los resultados, sobre todo, no eran los esperados.

Los entrenadores de aquella época, que hago extensiva por mi cuenta y riesgo hasta los años ochenta, temían lo indecible, salvo excepciones, el descenso de su equipo. Porque a quien pasaba por lo que era considerado un mal trance sólo le quedaba guardar el luto correspondiente por la pérdida de la categoría. A pocos entrenadores se les hubiera ocurrido ponerse en plaza pública a dar lecciones de fútbol, apenas consumado el descenso del equipo entrenado por él. O habiendo sido despedido por malos resultados.

Desde hace ya bastantes años, venimos viendo que hay entrenadores que, acostumbrados a dar petardos tras petardos, no tienen el menor pudor en salir al día siguiente enmendándoles la plana a otros entrenadores en los medios de comunicación. De los que reciben remuneraciones muy sabrosas. Y están en su perfecto derecho. Siempre y cuando lo hicieran si acaso hubieran decido retirarse de los banquillos para convertirse en analistas.

No es el caso de Luis Aragonés. Entrenador que ha conseguido éxitos indiscutibles. Y a quien se le debe en gran medida que la selección española sea actualmente un conjunto que causa admiración general. Luis ha sido contratado por Ál Jazeera, emisora de televisión, como figura cuya opinión futbolística interesa muchísimo. Y le están lloviendo críticas acerbas, insultos a granel y frases injuriosas.

Aragonés tiene todo el derecho del mundo a opinar sobre el juego de España en el Mundial. Y, desde luego, sus comentarios se basan en lo que sucede en cada partido. Y que, como todos sabemos, transcurren de manera distinta. Por lo que no acabo de comprender las razones existentes para que Luis esté siendo objeto de una persecución sañuda. Y mucho menos por parte de opinantes que firman en periódicos de gran tirada nacional. La fobia que se ha desatado contra el ex seleccionador me parece tan injusta como posiblemente orquestada.

Y es que en esta España nuestra sigue existiendo la terrible manía de que cuando toca destacar a un personaje se hace necesario desprestigiar a otro al mismo tiempo y en la misma dimensión. Y es lo que viene ocurriendo con Luis Aragonés, después de que la selección levantara cabeza tras la derrota frente a los suizos. De manera que, como España gane el Mundial, que lo tiene a su alcance, mucho me temo que al Sabio de Hortaleza le van a seguir zurrando la badana de forma inmisericorde. Bochornoso.
 

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