PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - DOMINGO, 11 DE JULIO DE 2010

 
OPINIÓN

Gracias mamá, porque no me abortaste

Por ADN


Hay momentos en la vida en que las personas debemos definirnos. Porque…Todos los días, debemos reafirmarnos! ¡Tomar una decisión! Y por ello, procurando ser respetuoso, voy a tratar de comprender lo que no debo hacer y… ¿Por qué? Porque, de esta manera intentaré justificar mis palabras y así, después, compartiendo mis convicciones, voy a discrepar alto y en todas partes.

¡No se debe hacer otra cosa, cuando estamos hablando del aborto! De primeras e inocentes sangres nuevas, que caen sin florecer por terribles decisiones de aquellos de los que dependen. ¡Nunca se podrá hacer de otra manera! Del embrión humano, irremediablemente sólo puede nacer un ser humano, ¡Nunca otra cosa! Luego…, ¡Desde el origen, es una vida humana! Y si lo destruimos sin más, estaremos despojándonos de nuestra condición humana.

¡No matarás al hijo en el seno de su madre! Decimos las gentes del Libro. Y esta es una condición irrenunciable de la dignidad humana. Mas, la ley del aborto que el ocurrente gobierno de Zapatero, como en un derecho de tirano nos impone, nos precipita en la noche de nuestra sociedad y de nuestra civilización. Yo no puedo contar las simientes humanas…, ni numerarlas…, pero, el aborto de una sola de ellas me parece intolerable. La vida humana es ante todo privada, personal y siempre proyecto; por ello, la ley del aborto no deja de ser una cultura de violencia. ¡Y…, no todo nos esta permitido a los hombres!

La piedra no siente ni sabe ser piedra. Las plantas, en su eterno ciclo, flor, fruto y simiente, siempre son iguales, nacen nuevas vidas sin identidad. ¡En ellas, la individualidad nunca es real! Los animales, aunque en ellos la vida se produzca a sí misma, sólo dejan pasar el tiempo por encima de ellos, viviendo de una manera no histórica. ¡Ensayo y error marcan su vida! Sólo lo inmediato y la adaptación les procurarán reacciones instantáneas. Pero…, en el hombre, y… únicamente en el hombre, la vida se produce potencialmente racional. Sólo con el hombre, se supera la intuición, lo animal, el espacio, el tiempo y la causalidad. ¡La persona se concibe…, sin par alguno de sí misma! Y en la concepción del ser humano, que surge de la unión de otras dos, nace otra vida totalmente nueva e independiente. ¡Única y distinta! ¡No es de otra manera!

¿Entonces…? si todos comprendemos que atacando el origen y causa de algo, estamos al tiempo eliminando su proyección, ¿Qué nos esta pasando? ¿Por qué atacamos a un ser único e irrepetible? Olvidamos que atacando el embarazo, estamos negando también nuestra humanidad y nuestra personalidad sustancial. O es que ¿alguien puede dudar que nuestra vida es ante todo personal y privada, y que si la destruimos, sin más, nos estamos despojando de nuestra condición humana? ¡Nuestra estirpe!

Pero…es que: ¡Alguien puede dudar que el derecho a la vida es un derecho sustancial; un bien supremo, sin el cual no cabe la existencia y el disfrute de los demás derechos!. Porque, la vida es un derecho irrenunciable y no susceptible de disposición por ningún gobierno. ¡Es un bien soberano que no necesita de otro! Lo irrenunciable, es en suma la realidad de la verdad, tanto en la vida individual como en la colectiva.

Luego..., comprendiendo que la vida individual es un elemento apto para la regulación jurídica, ya que una vida real debe ser protegida por el derecho y las leyes de los hombres. ¡Y nadie puede discutir este derecho! Y si nadie duda entonces que el derecho a la vida nos corresponde desde el mismo instante de nuestro origen. ¿Qué esta pasando en nuestra sociedad? Porque, estamos hablando con duras y prostituidas palabras de eliminar a nuestras simientes. Porque, no nos engañemos, con la ley del aborto ¡Estamos hablando de eliminación de embriones humanos, de fetos…, de niños aún no nacidos!. ¡De niños, que aún no saben que quieren ser…, si… nubes o mariposas, y que son condenados por inaceptables endurecimientos sociales! Niños, que nunca sabrán por qué, son enterrados donde todo esta oscuro. ¿Donde esta la ternura? ¿Qué fronteras medicinales justifican su destrucción? ¡Es una verdadera aberración!. Hay que sentir la desmesura del estupor de la vida. Hay que pensar que en la tierra, el mundo debe abrirse, y que los días deben ser repartidos entre todos. Por ello, nunca serán justificables las manos que hieran indefensas vidas.

Mas, actualmente, y de nuevo, nos enfrentamos a otra ocurrente y terrible ley del aborto, que llena de nuevas triquiñuelas jurídicas pretende calificar como derecho…: ¿El derecho a no nacer? ¿Algo que desde siempre se ha considerado, simplemente, como un acto de impiedad? Y ¡Nada más!

¡No matarás es una ley eterna! No matar, es un sentimiento, que a los hombres nos indica un límite que nunca debemos transgredir. Porque, la vida es un bien supremo que exige un absoluto respeto, y si negamos esta realidad estaremos actuando contra natura. Ya que si la aceptásemos… ¿Dónde quedaría la destinación terrestre, en este mundo donde aprendemos a seguir viviendo como personas humanas de bien? Consecuentemente habrá que considerar que lo importante es crecer, no plantar ni regar, y la vida es crecer. Y por ende, seguiré pensando y admitiendo siempre lo mismo, ya que, de otra manera, admitiendo lo contrario estaría cambiando de persona…, discrepando de mi piel

Porque… ¿Qué derecho podría asistirme para apagar una vida libre como la mía? Nunca, será bueno eliminar el derecho a la autoprotección de la vida dependiente e indefensa. ¡Y si alguien perece por culpa de sus custodios, antes o después, a ellos se les exigirá su sangre derramada!

Por ello: ¡Gracias mamá, porque no me abortaste!
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto