PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - MARTES, 13 DE JULIO DE 2010

 
OPINIÓN / EDITORIAL

Miguel Angel Blanco, trece años

Miguel Ángel Blanco tenía veintinueve años cuando ETA lo secuestró el 10 de Julio de 1997, cuarenta y ocho horas después apareció herido de muerte con dos tiros en la cabeza en la localidad guipuzcoana de Lasarte. Era el secuestro número 78 de la banda terrorista ETA desde 1970, el número 10 de los secuestrados asesinados. El número 778 en la macabra nómina de muertos de la terrorífica organización. Su vida fue breve pero intensa. Miguel Ángel no imaginó que trabajar por sus conciudadanos en el Ayuntamiento de Ermua como concejal del Partido Popular le convertiría en un héroe de la democracia, del Estado de derecho y del pluralismo político. Entregó su vida por la Libertad sin que hubiera temido perderla y se convirtió en un referente de la concienciación y movilización ciudadanas contra el terrorismo, contra ETA. Recordar a Miguel Ángel Blanco es recordar todas las consecuencias de la barbarie terrorista, a todas las miles de familias afectadas por el totalitarismo etarra. Miguel Ángel Blanco no pudo escuchar la voz de toda una sociedad en pie de Libertad contra el fanatismo y la dictadura del terror. Es una obligación moral y una luz de esperanza recordarle y mantener su estela de compromiso y humanidad. El secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco marcó un antes y un después en la lucha contra el terrorismo. Miles de ciudadanos en toda España salieron a la calle a defender la vida y la Democracia, se pusieron en la piel de Miguel Ángel, su familia y sus compañeros e intentaron con su manifestación y su clamor salvar la vida de un ciudadano víctima de la barbarie de ETA. España entera señaló a ETA y a sus cómplices políticos como los principales enemigos del Estado de Derecho, es ahora pues tiempo para no dejar tomar aire a los violentos, ni a los que les amparan aprovechándose del estado de derecho, para arrojarlos de esta sociedad a la que tanto daño han hecho a lo largo de casi 40 años de terror y desprecio por la vida humana. No hay perdón para ellos. Miguel Angel Blanco y el espíritu de Érmua debe estar siempre presente.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto