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OPINIÓN - JUEVES, 22 DE JULIO DE 2010

 

OPINIÓN / EL OASIS

El tendero de la esquina
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

El tendero de la esquina, cada vez que paso por delante de su tienda de comestibles, sita en mi barrio, procura dirigirse a mí con muy buenos modos. Y, claro, se le nota que arde en deseos de pegar la hebra conmigo. Suelo pararme con él, de tarde en tarde, aprovechando siempre el momento en que el hombre no está metido en faena.

En esta ocasión, miércoles por más señas, me pongo a conversar con él y lo primero que le digo es que le he echado de menos. Y me cuenta que ha estado un tiempo sin aparecer por el establecimiento. Por haber padecido de un principio de neumonía. Pero que ya se encuentra fuerte como un roble.

El tendero nunca ha olvidado que hace dos años se vio reflejado en este mismo espacio. Y no tiene ningún inconveniente en decirme que guarda esa columna como oro en paño. Y, cómo no, que sigue siendo un lector empedernido de ‘El Pueblo de Ceuta’.

El tendero tiene fama de enamoradizo y de ser muy del PP. Y, sobre todo, de admirar a Juan Vivas. Así que no me extraña que empiece preguntándome por esa mujer rubia, ojizarca y pizpireta, con la que yo mantuve una conversación, días atrás, en la playa del chorrillo.

En vista de que no me saca el nombre de la fémina, cuyo andar destaqué sobremanera, el tendero decide mentar nombres al voleo para ver si consigue que uno de ellos se refleje en mi cara como la mujer que yo describí fechas atrás.

Entre los nombres que Ambrosio va diciendo aparece el de Yolanda Bel. Y el tendero cree percibir en mí un visaje que le induce a pensar que es la criatura que estuvo conmigo en la playa charlando sobre cuestiones diversas.

Y le digo que no. Pero Ambrosio se niega a creerme. Y es que éste, según confesión, está caído de boca por la portavoz del Gobierno y consejera de Medio Ambiente. Y no duda en referirme que tal y como yo describí a la criatura de la playa es como él ve a la política que más ha evolucionado en los últimos tiempos.

Ambrosio, el tendero, me dice que, como lector, cuando hay alguna palabra que él no entiende, acude a su diccionario, el cual siempre está a mano en uno de los cajones del mostrador, para buscar su significado. De manera que así lo hizo con el vocablo ojizarca. Y comprobó que es un adjetivo, literario, que quiere decir de ojos azules.

-¿Tú crees, Ambrosio, que YB tiene los ojos azules?

-Si te digo, la verdad, Manolo, no lo sé. Por una razón muy sencilla: porque soy daltónico.

¿Entonces...?

-Mira, cuando yo te leí el otro día, me dije para mí: esta mujer, retratada por Manolo, no puede ser más que YB. Pues me consta lo bien que la tratas.

-Pues te equivocaste, estimado Ambrosio, te equivocaste. Así que vamos a cambiar de tercio.

-¿Te hace que hablemos de Juan Vivas?

-Por supuesto que sí. Aunque debo decirte que me han dicho que el presidente lleva ya cierto tiempo sin admitir las críticas desfavorables. Que no es tan buen encajador como en sus comienzos. ¿Tú que opinas...?

-Mira, Ambrosio, por qué no se lo preguntas a Francisco Paris.
 

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