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OPINIÓN - SÁBADO, 24 DE JULIO DE 2010

 
OPINIÓN / COLABORACIÓN

La alternativa Rajoy

Por Benjamín García


Para esclarecer esta incógnita me planteo tres reflexiones: la primera, no vale Mariano Rajoy, por lo tanto, habría que sustituirlo por otro para hacer frente a un ZP que se crece ante la adversidad y ante las políticas que él mismo ha potenciado; la segunda, Rajoy es un gran valor, pero ciertos medios de comunicación se están encargando de desacreditarle para neutralizar la caída en picado de ZP y no permitir que haya alternativa para sustituirlo. La tercera opinión es que todos los políticos son iguales y, por lo tanto, da igual que Rajoy sustituya a ZP. Todo va a seguir igual y no va a ser posible salir de la crisis.

La respuesta a la primera opinión se desacredita por sí misma. Rajoy ha demostrado suficientemente su capacidad siendo un estudiante brillante, sacando una oposición cuando era muy joven, nada menos que de registrador de la propiedad, ha sido por tres veces ministro de diferentes Gobiernos de Aznar, y ha ejercido la función de vicepresidente. Finalmente, lleva seis años como jefe de la oposición, y nadie puede negar que sus discursos han tenido altura y ha ganado siempre al presidente del Gobierno. Ciertos medios dirán otra cosa, porque no les interesa que crezca.

Dejo para el final la segunda cuestión y respondo a la tercera. Todos los políticos son iguales. Esta es una verdad a medias; hay corruptos en el PP y en el PSOE. Lo relevante es que unos y otros deben ser perseguidos. Lo importante, en este caso, es averiguar si la corrupción es individual o afecta al propio partido. Desde luego que la corrupción individual está presente en todos los partidos porque hay individuos que se aprovechan de los cargos que ofrecen los partidos para medrar y resolver de un plumazo el futuro de su vida. Me parece que es absurdo entrar en disquisiciones como argumentar que los militantes del PSOE son más corruptos que los del PP, o los del PP más corruptos que los del PSOE. Los que son corruptos lo son, y da igual que estén afiliados a un partido que a otro. Siempre buscarán el medro personal y utilizarán los cargos para ganar dinero y solucionar su futuro. Entrando en la corrupción institucional hay alguna diferencia; el PSOE ha sido condenado por financiarse irregularmente, aunque todavía no hay una sentencia para decir lo mismo del PP.

Pero el meollo de la cuestión está en el tercer interrogante: si Rajoy tiene suficientes conocimientos para liderar un cambio y gestionar de forma satisfactoria lo público y, en concreto, esta crisis. Desde luego no me atrevo a despejar esta incógnita porque no tengo conocimientos suficientes para averiguar el futuro. No obstante, hay algunas falacias que quiero desmontar. La primera es que Rajoy no tenga programa. Estoy de acuerdo en que no ha desplegado todas las medidas que serían necesarias para un futuro Gobierno, pero sí ha dejado claras dos cosas: que va a bajar los impuestos y que va a gestionar mucho mejor los fondos públicos. Por supuesto que éstas son dos medidas antagónicas a lo que está haciendo el actual Gobierno.

La segunda falacia es que Mariano Rajoy no arrime el hombro. ZP nunca ha llamado a Rajoy para negociar algo. Su política ha sido aislar al PP para que nunca pueda gobernar. Además, no gobierna la oposición y, por lo tanto, a ella no hay que pedirle responsabilidades, sino al que dispone del BOE y puede legislar. A todos aquellos que dicen que la oposición no hace nada, les invito a que se pregunten qué han hecho ellos y qué pueden hacer.

La tercera falacia es decir a los cuatro vientos que con Rajoy estaríamos peor. Muchos estamos de acuerdo en que es insostenible la situación actual. Permitir que siga Zapatero sería una temeridad. La única alternativa para echarle de La Moncloa es apoyar a Rajoy. Es probable que algunos no se fíen de la gestión del líder del PP, pero sólo pido que le demos la oportunidad de gobernar. Si lo hace mal, o no se está de acuerdo con su gestión, optemos por otra solución. Pero no caigamos en la trampa que a diario nos están tendiendo muchos medios de comunicación. Digo muchos, pero no todos. A ellos les interesa este Gobierno porque viven de sus prebendas, o porque pueden sacar mayores beneficios al verle débil. Precisamente por ello arremeten contra Rajoy. No hace falta defender a capa y espada al ex presidente Aznar y su Gobierno de ocho años; pero la llegada de Rajoy va a garantizar una manera distinta de hacer política. No vale la discusión de si son galgos o podencos. Lo más importante es que ZP se vaya y dé paso a otro Gobierno que sepa gastar y crear riqueza en beneficio de todos. La única alternativa hoy por hoy es Rajoy. Él perteneció al Gobierno de Aznar, que fue capaz de administrar lo público en beneficio de todos. Hay que darle una oportunidad. De otro modo, cuando agote la legislatura, tendremos ocasión de retirarle la confianza si su gobierno no cubre las expectativas de la mayoría.

Sólo pido honestidad. ZP y sus asesores no me la garantizan. Ojo con determinada prensa, con ciertos periodistas y con algunos medios de comunicación. Sólo tienen un objetivo: desacreditar a la oposición para que no sea alternativa, aunque este país se vaya al carajo. Piensan que mientras estén los suyos, tendrán asegurado el pesebre.
 

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