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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 28 DE JULIO DE 2010

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

El día clave
 


Jesús Carretero
jesuscarretero@elpueblodeceuta.com

 

Para la fiesta de los toros en Cataluña, si es que la “sin razón” llega a “sus señorías” en el Parlamento Catalán.

Sería un grave error que, especialmente, los hombres y las mujeres del PP y del PSOE, en el Parlamento Catalán, permitieran que la Fiesta Nacional, quieran o no, así se denomina, desapareciera de una Comunidad Autonómica que ha demostrado tener una de las mejores aficiones de España.

Particularmente, defiendo la fiesta de los toros, porque la conozco, la he vivido y la vivo, desde dentro, lo que no quiere decir que a todos les tenga que gustar, pero de que a uno le guste, a que haya que arrasar con ella, va un abismo.

Pienso que, a última hora, la razón y el sentido de los representantes catalanes no permitirán una felonía como ésta, y si es que, todos o unos pocos representantes catalanes están en contra de la fiesta de los toros, es posible, y yo me uniría a ellos, que las gentes del mundo del toro vetemos, también, los productos catalanes, a través de los cuales, por unos impuestos que pagan, están cobrando y bien, esos representantes, elegidos democráticamente, en Cataluña.

Ceuta, Andalucía, Castilla –León, Castilla la Mancha, Extremadura ..., suelen consumir, y no digamos Madrid, todo tipo de productos que llevan la marca y el sello catalanes.

Pero en todas estas comunidades autónomas, o en nuestra Ciudad Autónoma, hay un respeto grande por lo español, con lo que si ahí, en Cataluña, sus señorías no quieren saber nada de la fiesta de los toros, es posible que los productores de ese gran producto que es el cava catalán, se tengan, que quedar con una buena parte de él, porque les atraiga otro producto similar, incluso francés, de donde no se ha desterrado esta fiesta taurina.

Hay decisiones que no conllevan nada trascendental, pero las hay que pueden acarrear consecuencias imprevisibles para el futuro. Esta puede ser una de ellas.

Y hay una cosa, la prohibición de algo que agrada a un porcentaje elevado de la población y que nada perjudica a los que no son seguidores de la fiesta de los toros, conlleva, sin más, privar por la fuerza del capricho, a unos ciudadanos, de algo que les corresponde o de algo a lo que pueden acceder, voluntariamente.

Los parlamentarios catalanes tienen en sus votaciones el seguir a una minoría separatista, que lleva todo lo que sea español, a los antípodas de lo que es España.

Las corrientes separatistas, lícitas por otra parte, podrán reemplazar, es de suponer, la cantidad de ventas de productos de Cataluña por otra cosa, igual o más positiva, todo lo que no sea así sería tan incongruente como estar “tirando piedras contra su propio tejado”.

Los toreros, las primeras figuras, han empezado a levantar la voz, incluso un catalán que ejerce como tal, Marín, ha manifestado que se plantea no seguir y por tanto marcharse de su propia tierra.

¿A dónde vamos?¿Será el PSC, hermano o primo-hermano del PSOE, capaz de arriesgar con esta decisión a romperse un poco más, en estas fechas?. Mal harían en entrar en ese juego, o en pasar a la historia como los que desterraron la fiesta de los toros de Cataluña.

Sensatez, sentido común, responsabilidad y, especialmente, saber valorar lo que es nuestro, eso es lo que yo pediría a las señorías del Parlamento Catalán.
 

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