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OPINIÓN - JUEVES, 29 DE JULIO DE 2010

 

OPINIÓN / MIS COSAS

Mis cosas
 


ADE
ade
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El Rey, en su discurso ante el apóstol Santiago el día de su festividad, ha dicho:”Que ilumine a todos los políticos”. Lleva toda la razón del mundo el Rey solicitando eso para todos los políticos, porque hay algunos que tienen tan pocas luces que no se les encienden ni la bombilla de la lámpara de su despacho.

También puede pasar que no se les ilumine la lámpara de su despacho o se ilumine poco, porque sea de esas bombillas que dicen que te dan gratis y son de bajo consumo. O sea que el consumo esté en consonancia con su capacidad intelectual, de bajo consumo. Oiga, amigo guardia, es un decir.

Sin señalar que está una jartá de feo, pero me conozco a algunos de los llamados “nosotros los políticos” que insistieron, con todas su fuerzas, para ser llamados señorías”, sin olvidarse que cualquiera que osase hablar con algunos de ellos, además de señoría les tenían que anteponer a su nombre el don.

Aquí cabe otra de las frases que acostumbraba a decir mí abuela al contemplar a estas sus señorías con don incluido: “No hay seres más ridículos que los que se dan de lo que no son” a lo que seguidamente añadía “Aunque la mona se vista de seda, mona se queda”.

Bueno, a esta fauna de “nosotros los políticos”, no hay bombillas en el mundo mundial para que les ilumine sus mentes. Ni por la petición que le ha hecho nuestro Rey al apóstol, sino ni aunque la virgen de Fátima hiciese un milagro. Y ya se sabe que los milagros son cosas que no se dan todos los días.

Esta fauna de “nosotros los políticos”, sus señorías y el don delante del nombre, con menos luces que la calle transversal a Simoa, forman parte de todos aquellos a los que la tómbola de la vida, por esas cosas graciosas que en ocasiones tiene, les entregó la gorra y el pito, a los que ellos añadieron el mando en plaza.

Y cualquiera era y es el guapo que le tosía a ”nosotros los políticos”, a pesar de que si se les mueve, aunque sea nada más un poquito, empiezan a desprender bellotas, con capacidad para alimenta a los cerdos cuyos jamones se pueden catalogar de quince o veinte bellotas, con denominación de origen, patas negras auténticos. A los cerdos me refiero.

Algunos de los pertenecientes a esta fauna de “nosotros los políticos” que nacieron al amparo de la democracia, a igual que nacen los pollos de granja, se permitieron el lujo de decir: “aquí el que manda es le menda lerenda y el tío de las almendras”.

Y no se equivocaba quien de esta forma ponía en conocimiento del personal quien era el que mandaba. Para mostrar todo el poder que atesoraban estos “iluminados” gracias al apóstol Santiago, que los había “iluminados” pero sólo su figura, pues sus cerebros seguían totalmente a oscuras, eso no hay un dios que los ilumines, pues es muy difícil iluminar un cerebro carcomido por el gusanillo de la ignorancia con diarrea mental añadida.

Pues como les decía para mostrar su mando se iban cargando, sin prisa pero sin pausa, a todos aquellos que estaban mucho más preparados que ellos en todos los ordenes de la vida, tanto culturalmente como políticamente, Estos no se “iluminan”, Tienen un apagón de los de hacen época.
 

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