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sociedad - MARTES, 17 DE AGOSTO DE 2010


coche abandonado. manuel gómez.

quejas
 

El abandono de vehículos
en Miramar Bajo preocupa
a sus residentes

Los vecinos de la barriada denuncian
además otros problemas como un arco de metal que puede precipitarse desde una azotea o un solar abandonado a la basura
 

CEUTA
José Manuel Gómez

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Los vecinos de Miramar Bajo se encuentran preocupados a causa del abandono de coches habitual que se produce en su barriada, abandono que a menudo viene acompañado con la quema de estos vehículos por las noches. Temen que “ocurra una desgracia” o que el incendio “se produzca durante el día, en las horas de máximo calor y sol, y que se termine extendiendo a los coches más cercanos o a los numerosos árboles que hay en la zona”. Otros problemas como la existencia de un arco de metal deteriorado en la azotea de un edificio o de un solar abandonado en el cual se han visto ratas preocupan también a estos vecinos.

Los vecinos de Miramar Bajo llevan todo el año temiendo una desgracia. Sin embargo, ahora, en pleno verano, la temen más que en ninguna otra estación. Y es que en las calles de esta emblemática barriada que, esta misma temporada, ya ha sufrido un incendio de coches en uno de sus aparcamientos, se encuentran en estado de abandono un total de cinco vehículos -tres turismos y dos furgonetas- de los cuales tres de ellos -dos de los turismos y una de las furgonetas- están prácticamente calcinados y “dejados de la mano de Dios” en las cercanías del Polideportivo Díaz Flor.

“Muchos de estos coches se encuentran abandonados desde hace meses y presentan espacios peligrosos para los vecinos y especialmente para los más jóvenes de la barriada” explica el presidente de la asociación vecinal de Miramar Bajo, José Luis Gómez, que añade que “necesitamos ya una solución”.

Según los residentes de la zona, estos coches “salen ardiendo cada cierto tiempo y siempre por las noches” y, además, “suponen un punto de encuentro tanto para trapicheos como para juegos de niños, los cuales ven estos vehículos abandonados como lugares muy atractivos para jugar y no son muchas veces conscientes del peligro que entrañan elementos como los cristales rotos o los hierros retorcidos”.

Los vecinos de Miramar Bajo también temen, tal y como explica el presidente de la barriada, “que estos coches terminen ardiendo durante el día, en las horas de máximo calor, y que el incendio pueda llegar a cotas de peligro todavía mayores”. “Además, el fuego puede ir extendiéndose a los coches más cercanos o a los numerosos árboles que hay plantados en la zona” concluyen.

Estos cinco vehículos abandonados no constituyen sin embargo las únicas preocupaciones de los residentes de esta barriada.

En la calle Francisco Javier Salquillo del barrio, tal y como asegura José Luis Gómez, “suele producirse un trapicheo habitual de muebles que, a veces, terminan tirados a lo largo de la zona y que, además de suciedad y mal aspecto, pueden provocar, como los coches abandonados, otro incendio”. Efectivamente, en esta calle se encuentran,a menudo junto a árboles y matojos, trozos de muebles tales como la puerta de una nevera o un retrete roto.

No acaban aquí las quejas vecinales. Cerca de esta misma calle existe también un agujero que “cada vez se hunde más y que se extiende poco a poco”. Los vecinos avisaron a Obimace con respecto a este hueco en el suelo, cuyos técnicos lo estudiaron “hace unos dos meses”. “A pesar de ello, aún no hemos tenido respuesta” explica Gómez.

Arco de metal

Otro problema que los vecinos de la zona temen es el relacionado con el arco de metal que se encuentra justo en la azotea del ‘Bloque 1’ de la barriada, justo arriba del ‘Portal A’ de dicho bloque de pisos. “Está muy deteriorado y, hace no mucho, perdió un trozo que acabó en el suelo: menos mal que no había nadie cuando se precipitó” explica el presidente de los vecinos del barrio, que añade que “necesitamos que este arco se retire porque cualquier día va a terminar cayéndose”.

En la barriada, además, hay un solar abandonado a la basura en el cual los vecinos, junto a trapicheos, han podido ver cucarachas y ratas. “Se podría colocar aquí algún local social o una guardería para el uso de todos” explica José Luis Gómez.

Otros problemas de Miramar Bajo son adoquines rotos y desnivelados, bocas de incendio que no funcionan y mobiliario urbano lleno de pintadas y deteriorado.
 

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