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Lamento haberme perdido aquellas clases de la Universidad en
las que ponían como ejemplo de la lucha por la Libertad y la
Democracia las revueltas de 1789 o 1776 en Casablanca y
Rabat. Una pena. Por el contrario me da que sólo asistí a
las que hablaban de la Revolución Francesa y la
norteamericana de Virginia, revueltas que consiguieron
trasladar a España los primeros vientos de Libertad que
soplaron muy cerquita de aquí, en nuestra querida Cádiz
(1812). En el país vecino ignorando (de ignorantes) los
esfuerzos de Europa por estructurar una sociedad libre,
parece hacerles gracia. Parte de la prensa marroquí ha
pasado a insultarnos directamente. Se apoyan en panfleteros,
autodenominados periodistas, para hacerlo. Un tal Mohamed
dice que han dado el paso (Marruecos) de pasar de “la
envidia a la compasión” y califican a la Guardia Civil de
“energúmenos”. El tal Mohamed lo escribe en una lengua
colonial, pero no le da vergüenza hacerlo.
Debemos ser prudentes y no olvidar que los pueblos español y
marroquí son pueblos hermanos y lo seguiremos siendo. Otra
cosa es que de vez en cuando la incompetencia de sus
gobernantes nos pongan en situaciones difíciles. Nosotros
podemos empezar entregando a Marruecos a Zapatero como una
parte de España para que se queden contentos y a cambio
ellos ponen a los vecinos de la pancarta de Melilla a vender
melones en el Atlas.
Repito, calma entre los pueblos, y perdón, mucho perdón a
nuestro padre común por tener que padecer gobiernos con tal
nivel de incompetencia.
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OPINIÓN
/
EL 7º DE MICHIGAN
