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sociedad - MARTES, 24 DE AGOSTO DE 2010


ernesto sastre y su hermana maria victoria. fidel raso.

entrevista / ernesto sastre, en busca del recuerdo
 

«Queremos recuperar la memoria de nuestro abuelo, pero no buscamos ningún fin político»

Ernesto Sastre sigue el rastro de su abuelo,
Ernesto Sastre Vallecillo, que en 1936 murió fusilado en el campo de concentración de ‘El Mogote’, en Tetuán, para que tenga un lugar en su ciudad, Ceuta, donde ser recordado
 

CEUTA
José Manuel Gómez

ceuta
@elpueblodeceuta.com

El abuelo del vecino de la ciudad Ernesto Sastre, llamado Ernesto Sastre Vallecillo, fue uno de los represaliados ceutíes que, en 1936, cuando la Guerra Civil acababa de estallar, fue llevado por la Falange al campo de concentración ‘El Mogote’, en Tetuán. Allí fue fusilado. Su nieto y su familia buscan que su memoria se mantenga viva y que, aunque sus restos no puedan ser encontrados, tenga un espacio en el que pueda ser recordado en el cementerio de la ciudad. Ernesto insiste además, con respecto a la todavía candente polémica relacionada con la memoria histórica, que “lo que estamos haciendo no tiene ningún fin político ni pretende avivar polémicas: llevamos a cabo estas acciones por razones humanitarias”.

Pregunta.- ¿Cuándo murió su abuelo? ¿Qué edad tenía?


Respuesta.- Mi abuelo por parte paterna, Ernesto Sastre Vallecillo, del que he heredado mi nombre y mi primer apellido, murió fusilado muy joven por los miembros de la Falange. Esto ocurrió el 21 de este mismo mes agosto del año 1936, cuando él únicamente contaba con 29 años. La Guerra Civil que asoló a nuestro país estaba entonces prácticamente recién empezada. Hoy hace 74 años de todo aquello y, concretamente, hace poquísimos días se cumplió otro aniversario más de la muerte de mi abuelo.

P.-¿Por qué razones le fusilaron? ¿En qué lugar lo hicieron?

R.-Mi abuelo fue otro represaliado más durante aquel terrible conflicto, otro de los tantos que perdieron la vida en un tiempo de guerra. Él era un caballa que vivía aquí, en Ceuta, y su oficio era el de panadero. Estaba afiliado, como tantos otros que fueron represaliados, a la ‘Casa del Pueblo’. Mi abuelo fue así perseguido, arrestado y fusilado por los miembros de la Falange. Lo pusieron en busca y captura y, cuando lo atraparon, lo enviaron al campo de concentración de ‘El Mogote’, en la vecina ciudad marroquí de Tetuán. Allí fue donde finalmente lo fusilaron.

P.-¿Y han podido encontrar el lugar en el que su abuelo paterno está enterrado?

R.-Hasta ahora no hemos podido. Suponemos que ha de encontrarse enterrado en Tetuán, pero tenemos constancia de que en el cementerio cristiano de esta ciudad únicamente se pueden encontrar las tumbas de militares. Mi abuelo puede estar enterrado, creemos, en los alrededores del campo de concentración en el que le fusilaron, en donde también pensamos que han de estar otras personas que fueron represaliadas junto a él.

P.-Busca usted que la memoria de su abuelo sea reconocida en la ciudad. ¿No es así?

R.-En el cementerio de Santa Catalina de la ciudad no hay lápidas ni monumentos que recuerden o que hagan referencia a los que, durante la Guerra Civil, murieron, como mi abuelo, en Tetuán. A mi familia y a mi nos gustaría, si fuese posible y si los restos no pueden ya encontrarse o recuperarse, que en Ceuta existiese alguna mención para estas personas. Nos gustaría que, por una cuestión humana, mi abuelo, Ernesto Sastre Vallecillo, tenga un espacio en el que su nombre aparezca reseñado para que no le olviden. Fue víctima de una etapa de nuestra historia muy dura y que, precisamente por ello, los españoles no podemos olvidar.

P.-¿Dejo su abuelo, al morir, una familia numerosa?

R.-Dejó a su mujer, mi abuela, Victoria Jiménez Vera, y a dos huérfanos que eran mi padre, Rafael Sastre Jiménez, y mi tío, Juan Sastre Jiménez. Pudieron salir adelante juntos en aquella época y seguir conformando otras nuevas familias.

P.-Para que su abuelo tenga el reconocimiento que usted y su familia demandan, ¿a quién se dirige?

R.-Lo que queremos, esencialmente, es que este anuncio llegue a oídos de todos, por si alguien sabe algo en el caso de que fuese posible recuperar los restos de mi abuelo. Tampoco tenemos problema en pedir ayuda a la Ciudad para que estos represaliados que murieron en la vecina Tetúan tengan su correspondiente recuerdo en el cementerio de Ceuta. Nosotros queremos que se enteren de esto todas las personas posibles. Es más, también quiero facilitar mi teléfono personal, que es el 609760824. Toda ayuda y toda información que podamos obtener es poca.

P.-En estos momentos en España, más que nunca, está muy vigente la cuestión de la recuperación de la memoria histórica. Posiblemente sea además uno de los temás más polémicos a los que se enfrenta el país junto con la crisis...

R.-Existe una cuestión que yo quiero dejar, en este aspecto, muy clara: nada de lo que estoy haciendo tiene un fin político. Mi familia y yo no queremos crear polémica ni tampoco alimentar la ya existente en España con respecto a este asunto de la memoria histórica. Lo único que buscamos con esta investigación es que una persona fallecida tenga un lugar en el que pueda ser recordada en la ciudad como lo tienen otras. Nada más. Esto es una cuestión humanitaria por encima de todo, y no pretenda nada más. Las cuestiones humanitarias están por encima de cualquier política.
 

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