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OPINIÓN - MARTES, 31 DE AGOSTO DE 2010

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

Operación retorno del verano
 


Jesús Carretero
jesuscarretero@elpueblodeceuta.com

 

Volvió a sembrar de sangre el asfalto y ocasionó, una vez más, una auténtica tragedia, con sus accidentes y muertes en la carretera.

Es el cáncer de hoy, es la muerte anunciada, aunque no se sabe, de antemano, para quien será, es la conclusión nefasta, tras unos días de merecido descanso, en la playa o en la sierra, siempre buscando salir de ese ajetreo diario de la ciudad y del trabajo.

Y este año, por aquello de que el final de mes no coincidía con fin de semana, esa operación retorno del verano se ha hecho más escalonado, pero siguió siendo nefasto.

Ni por esas, la carretera se cobra lo que parece que considera suyo sin serlo, una serie de vidas humanas, como desde hace años se viene repitiendo.

Aquí no hay advertencias que sirvan de nada, unas advertencias macabras que, casi siempre, salen de la DGT elaboradas por algún “enchufadete” y que más que servir de prevención, sirven de miedo permanente, pero sin atenuar la catástrofe en las rutas.

Ahora, tras esa cifra de más de 25 fallecidos, en nuestras carreteras, entre el viernes al mediodía y el domingo a las doce de la noche, no he oído al incompetente Pere Navarro salir pavoneándose y haciéndose publicidad de que esa es la cifra más baja, en no sé cuantos años, meses, semanas o días.

Ahora, como es una cifra sensiblemente más alta de la que hubo en momentos similares del pasado año, aquí no ha salido nadie a hablar del resultado de los métodos ordenados para controlar la seguridad de las carreteras.

Está visto que, también, en esto el modelo está gastado y que ni empujando a ciertas fuerzas de seguridad en las carreteras, para hacer caja, denunciando más, ni aun así sacan algo que pueda ser positivo.

Es lo malo, que tengamos que valorar unos métodos seguidos, haciendo balance con la pérdida de vidas humanas, para ver si hubo éxito o no, pero siempre tras haber muerto un determinado número de personas.

Todavía, aunque ya en menor cuantía, al persistir el fuerte calor, faltan por desplazarse una serie de personas, desde su lugar de veraneo. Todavía, pues, la operación retorno no se ha ultimado y, por desgracia, es posible que tengamos que añadir más víctimas, aún, a las que ya se han contabilizado, un triste balance que, seamos sensatos, no hay que imputar a nadie en concreto, salvo en circunstancias aisladas, por supuesto, ni mucho menos se las podemos imputar a Pere Navarro, como tampoco le ponemos en su “haber” el descenso en momentos puntuales.

¿A qué se deben tantos accidentes, pues?. A circunstancias muy variadas, casi siempre circunstanciales, en unos momentos en los que la ciudad ha aumentado tremendamente en los últimos tiempos, a la mala suerte, a la fatalidad y, sin lugar a dudas, también, a ciertos errores humanos, inexplicables, incomprensibles, pero que se producen.

Una vez más, tras un largo puente o, tras unas merecidas vacaciones, tenemos que hablar de la parte negra de esos viajes, al no poder volver a casa con bien, y con la ilusión de programar una nueva salida, en cuanto las ocupaciones y “el bolsillo” lo permitan.

Nunca me agradaron los finales vacacionales, y mucho menos me agrada tener que hablar de ellos por circunstancias de este tipo que se tienen que repetir, más veces de las que uno quisiera citar.
 

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