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					Más de 300 inmigrantes han llegado hasta Ceuta a lo largo de 
					los meses de verano que están a punto de concluir. Los 
					rescates en las cercanías de las costas de Ceuta ha sido 
					constantes tanto por los servicios de la Guardia Civil como 
					por Salvamento Marítimo. Las Fuerzas de Seguridad españolas 
					han informado que las mafias han encontrado la facilidad, 
					por la dejación de la labor de control en Marruecos, de una 
					ruta ‘segura’ con salida en las cercanías de Perejil, desde 
					donde lanzan a los inmigrantes, conocedores de la rápida 
					labor de rescate de las autoridades españolas. El vecino 
					país , con su inacción, estaría permitiendo el envío de 
					problemas adminstrativos a España en general, y a Ceuta en 
					particular. Este goteo de inmigrantes se percibe como un 
					modo de presión. 
					Las mafias han establecido un sistema ‘seguro’ para lograr 
					un mayor porcentaje de éxito en el envío que, de los 
					inmigrantes, hacen hacia España-Europa. La idea es hacerlos 
					salir en balsas de plástico a remos para que sean avistados 
					por los sistemas de detección españoles, o bien esperar a 
					que sean avistados en aguas de jurisdicción española. 
					Conocen que la práctica es el permanente salvamento y 
					traslado a orilla segura. Como las balsas se detectan 
					regularmente cerca de las costas ceutíes, el reglamento en 
					el m ar indica que han de llevarse al puerto más cercano. Y 
					ahí está el problema que comienza a originarse en la ciudad 
					y en el CETI en particular, donde los residentes ya superan 
					los 450, casi en el límite de su capacidad natural. 
					 
					Las rutas que se siguen establecen un pasillo, a través de 
					Marruecos, dirección al norte muchas veces comentado, 
					conocido por los servicios de información españoles, 
					comprobado por la Guardia Civil, Cuerpo Nacional de Policía 
					y CNI. Los informes están sobre la mesa en Madrid y harto 
					conocido por las autoridades españolas. Marruecos controla 
					como quiere la progresión de la inmigración subsahariana y 
					endurece o afloja la presión sobre ella en función de 
					posturas bilaterales hispanomarroquí. A la vista está, poco 
					importa que los subsaharianos comiencen a dar problemas a la 
					Administración por su estancia en Ceuta. El hecho de que la 
					ciudad autónoma origine dolor de cabeza podría ser una 
					estrategia definida. 
					 
					Si bien la postura oficial es de leal colaboración en 
					asuntos tan prioritarios para Europa y España, y el propio 
					Marruecos, como es el terrorismo y el narcotráfico, la 
					inmigración adolece de esa tarea de mayor control y queda 
					sujeta a la coyuntura del momento. En el verano 2010, que 
					está a punto de acabar, el goteo de salidas desde las costas 
					del norte, próxima a Perejil y a la famosa bahía donde se 
					asienta la antigua Playa de la Avioneta -ahora ocupada 
					basicamente por el super puerto de Tánger Med-, ha sido y es 
					aun constante. En la última semana más de veinte personas 
					con origen en el entorno del Sahel, han sido rescatados bien 
					por la Guardia Civil, bien por los servicios de Salvamento 
					Marítimo. 
					 
					Problema para Ceuta 
					 
					Las mafias encuentran cierta parsimonia de las fuerzas de 
					seguridad en la zona de Tánger, lo que facilita su labor en 
					el ‘lanzamiento’ constante de hombres, menores y mujeres, 
					por mar con destino seguro en las embarcaciones de rescate 
					españolas. 
					 
					Como previsión, el Centro de Estancia Temporal para 
					Inmigrantes (CETI) podría incrementar su número de plazas en 
					“50 ó 60” si el goteo de subsaharianos que llega hasta Ceuta 
					no cesara hasta finales de año y llegase a completar el 
					aforo del recinto, donde, al parecer, existen locales desde 
					hace 4 años que podrían ser habitados. 
					 
					Sólo en los tres meses que comprenden la temporada estival 
					(junio, julio y agosto), unos 300 inmigrantes han accedido 
					de forma ilegal a Ceuta y, por consiguiente, han sido 
					derivados al Centro de Estancia Temporal de la ciudad, donde 
					actualmente se encuentran alojadas, tras las últimas 
					llegadas en esta semana, unas 455 personas. 
					 
					Un número que se puede considerar alto si se tiene en cuenta 
					que la capacidad completa del centro ronda las 512 plazas 
					aunque, al estar divididas por núcleos familiares, desde el 
					CETI estiman que el aforo completo podría situarse entre las 
					490 y 500 plazas, tal y como afirmó el director del mismo, 
					Carlos Bergoenchea. Es decir, casi en el límite. Un problema 
					que se le viene a Ceuta encima teniendo en cuenta, sobre 
					todo, que las garantistas leyes de nuestro país, las que nos 
					hemos otorgado todos, evita maniobras de la Administración 
					tendentes a la conservación de un estatu quo que en Ceuta 
					resulta, por necesario, vital. La densidad es elevada y la 
					afectación sobre la población ya es notoria. 
					 
					Los contactos españoles con los países subsaharianos tiene 
					sus altibajos. Camerún no está por la labor y sus 
					nacionales, que no reconoce, son el germen del conflicto en 
					Ceuta. Problema para la ciudad, dolor de cabeza para España, 
					¿logro para Marruecos?. 
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