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                     Ha transcurrido medio siglo de la 
					dedicación a los más desfavorecidos, para que la ONG “Manos 
					Unidas”, reciba el reconocimiento del Premio Príncipe de 
					Asturias a la Concordia, 2010. Así lo reconoce el Jurado en 
					su acta de concesión. 
					 
					Propuesta por la Conferencia Episcopal Española, “Manos 
					Unidas”, acompañada de otras 24 candidatas de 19 países, con 
					el apoyo de más de 6.000 personalidades de todos los 
					ámbitos, le permitieron llegar hasta las últimas votaciones 
					del Jurado y alzarse con el prestigioso premio. 
					 
					“Manos Unidas” fue creada en 1960 por las mujeres de “Acción 
					Católica” que respondieron rápidamente al llamamiento de la 
					FAQ y lanzaron en España la campaña contra el hambre en el 
					mundo. Formada por voluntarias y voluntarios, la ONG lucha 
					contra el hambre, la pobreza y el subdesarrollo. 
					 
					En su fase final, “Manos Unidas” tuvo que competir con otras 
					dos finalistas: la “Organización Internacional del Trabajo y 
					la líder birmana Ang Sau Suu Kyi”. 
					 
					Conviene tener presente que, mucho antes del auge de las 
					ONGs, fija su cinco campos de acción: la promoción 
					educativa, social y de la mujer, el desarrollo agrícola y la 
					atención sanitaria. 
					 
					Transcurrido casi veinte años, se erige con el nombre de 
					“Manos Unidas” con la aprobación del Episcopado, que la 
					elige como organismo oficial para la ayuda de los países 
					subdesarrollados. 
					 
					De la labor llevada a cabo por “Manos Unidas” a través de 
					sus cincuenta años de existencia, lo prueba los 3.000 euros 
					que se recogió en la primera campaña, con la recaudación de 
					más 54 millones de euros, en la actualidad, gracias a la 
					colaboración de más de 86.000 socios. 
					 
					Es interesante destacar las palabras de la Presidenta de 
					“Manos Unidas”, que agradeció “el apoyo de todas las 
					personas que han estado a nuestro lado en estos cincuenta 
					años de trabajo”. Entre ellas, destacó la Conferencia 
					Episcopal y también a los 40.000 voluntarios que colaboraron 
					desinteresadamente en las 71 Delegaciones que esta ONG tiene 
					repartidas por toda España. Un capítulo aparte dedicó la 
					Presidenta de “Manos Unidas” a los misioneros, sobre todo 
					religiosos, sin cuya labor “sería muy difícil sacar adelante 
					los proyectos”, en los países subdesarrollados. 
					 
					La convicción y el compromiso de aquel primer grupo de 
					mujeres que hace medio siglo puso en marcha esta ONG, 
					convencidas de que “el único obstáculo para acabar con el 
					hambre es creer que no se puede lograr”, permanece intacto 
					entre los miembros de esta organización, que en este tiempo 
					ha llegado a financiar más de 25.000 proyectos educativos, 
					sanitarios y de promoción social y de la mujer. “Este premio 
					es una responsabilidad, un honor y un altavoz para dar voz a 
					los más olvidados, a los que pasan hambre que, aunque se van 
					consiguiendo nuestros objetivos, disminuyendo 
					considerablemente el número de personas necesitados, hay que 
					seguir luchando hasta la extenuación. 
					 
					La misma Presidenta reconocer que el premio es un estímulo 
					para seguir trabajando por los millones de necesitados, que 
					pasan hambre en el mundo. 
					 
					Por parte de la Iglesia se manifiesta así su portavoz: “Es 
					una inmensa alegría. Mis felicitaciones, tanto a los 
					servicios centrales como a todas las personas que trabajan 
					sin desmayo en “Manos Unidas” para erradicar el hambre en el 
					mundo… Una tarea ejemplar y relevante que “Manos Unidas” 
					realiza el entendimiento y a la convivencia en paz entre los 
					hombres”. 
					 
					El Premio “Príncipe de Asturias de la Concordia” se concede 
					a aquella persona o personas, o institución cuya labor haya 
					contribuido de forma ejemplar y relevante al entendimiento y 
					a la convivencia en paz entre los hombres, o la lucha contra 
					la injusticia, la pobreza, la enfermedad, la ignorancia o a 
					la defensa de la libertad, o que haya abierto nuevos 
					horizontes al conocimiento o se haya destacado, también de 
					manera extraordinaria en la conservación y protección del 
					Patrimonio de la Humanidad. 
					 
					Informado “sobre la concesión del premio, me puse en 
					contacto con la Presidente-Delegada de “Manos Unidas” en 
					nuestra ciudad, Mercedes Canca, con la que me une una gran 
					amistad surgida en las aulas, ya que coincidimos varios años 
					de docencia en el mismo centro. Mujer de extraordinarios 
					valores. Nadie mejor que ella para ocupar, representando a 
					nuestra ciudad, dentro de las 71 delegaciones que forman la 
					ONG. 
					 
					Me informa que el valor íntegro del premio irá para Haití, 
					país donde han realizado una meritoria labor, desaparecida 
					como consecuencia del último terremoto padecido en el mismo. 
					 
					La cuantía del premio es de 50.000 euros, que servirá para 
					mejorar las condiciones de vida en el entorno rural. Con 
					ello se procurará recuperar lo anteriormente realizado. El 
					terremoto que tuvo lugar en Enero de 2010, se llevó la vida 
					de 200.000 personas y 250.000 con distintos tipos de 
					lesiones. Un terremoto que ha sido una catástrofe de 
					dimensiones trágicas. Y es que Haití ha sido a lo largo de 
					su terrible historia, víctima de “un terremoto permanente”. 
					 
					Sólo me queda felicitar a la ONG por el Premio conseguido, y 
					a ti, Mercedes, ánimos para continuar con tan apreciada 
					labor. 
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