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ACTUALIDAD - MARTES, 28 DE SEPTIEMBRE DE 2010


instalaciones de hoarce. reduan.

expropiación
 

Hoarce critica el trato “prepotente” de la responsable de la SIEP en el trámite expropiatorio por la cárcel

Pedro Castillo, administrador de la empresa, no se opone a la construcción de la infraestructura, critica la “intimidación” de la Administración y acudirá a la Justicia

CEUTA
Antonio Gómez
ceuta
@elpueblodeceuta.com

El administrador de la empresa familiar Hoarce ha criticado el trato “prepotente e intimidatorio” de la jefa del departamento de Suelo y Patrimonio del Servicio Estatal de Infraestructuras Penitenciarias durante el proceso de la expropiación de 10.500 metros 2 de suelo de los terrenos propiedad de la empresa de Hormigones y Áridos de Ceuta en el Serrallo, que serán destinados a completar la superficie destinada a la futura construcción del nuevo centro penitenciario de la ciudad. Pedro Castillo, quien no se opone a su construcción, se ha visto “impotente” ante el trato dado por la representante del SIEP.

La sociedad Hoarce se está viendo perjudicada en el proceso de expropiación para la futura construcción de la cárcel. Desde que el Consejo de Ministros adoptó el acuerdo de expropiación forzosa para la urgente ocupación (Ley del 16 de diciembre 1.954), la empresa ceutí sabía que poco más podía hacer más allá de que el ‘justiprecio’ estuviera más acorde a la realidad.

Pedro Castillo, administrador de la empresa Hormigones y Áridos de Ceuta,S.L., no está en contra de la construcción del nuevo centro penitenciario y se ha mostrado dispuesto a colaborar “tanto es su ejecución como en cuanto a medios que pueda aportar y facilitar como empresa, al estar lindando esos terrenos” pero pide que se le trate “de una manera justa”.

“La Sociedad Estatal de Infraestructuras Penitenciarias, en concreto su Jefa del Departamento de Suelo y Patrimonio ha mantenido en todo momento durante estos dos años un comportamiento impropio de una representante del Estado, con una actitud intimidatoria y prepotente, menospreciando en todo momento los intereses legítimos de la sociedad y faltando a la verdad “, ha expuesto Pedro Castillo durante su ‘amargo’ relato de los acontecimientos.

Los terrenos de Hoarce, según figura en las escrituras públicas, tuvo un coste de 19,06 euros por metro cuadrado y para la compra la empresa estableció una hipoteca que actualmente sigue pagando. ”Compra del terreno que supuso el debido pago de impuesto al Estado por la cuantía de la adquisición”, apuntó Castillo.

La SIEP le pide a Hoarce el levantamiento de la hipoteca ya que considera, es un hecho, que los terrenos a expropiar ya son del Estado y, en contacto con la empresa ceutí, le informa que el dinero está depositado en la Caja del Tesoro. Por su parte, Pedro Castillo, pretende cobrar primero y levantar la hipoteca después, mientras que el Estado considera que Castillo debe levantar la hipoteca antes.”Sería de necios levantar una hipoteca sobre un bien que le ha costado a la sociedad 19,06 euros/m2, para que la Administración los page a 3,26 euros/2, y además sigo pagando la hipoteca”, se justifica el responsable de la empresa ceutí.

Esta situación conforma el nudo gorgiano de un asunto con “pocas dificultades de solución”, según criterio del propio gerente de Hoarce. “Con un simple encuentro con la Administración e imponiendo el sentido común esto estaría ya solucionado”, apuntó.

Los terrenos de Hoarce, situados en el Serrallo conforman una superficie total de 38.000 m2, de los que la Administración ha expropiado 10.500 m2. Es decir el 27% de su patrimonio, “nunca he pedido dinero a cambio del terreno, tan solo una parcela similar”, señaló Pedro Castillo.

En las conversaciones mantenidas con los representantes del SIEP, y en la fase de diálogo, “siempre se consideró la posibilidad de establecer una hoja de aprecio por parte de la Administración, más real a los valores de los bienes que se expropiaban”, argumentaba, el responsable de Hoarce. La SIEP valoró el precio de los terrenos en 3,26 euros, mientras que Hoarce realizó una valoración basada en los costes que le había supuesto los terrenos cuya carga hipotecaria abona en la actualidad. Al día de hoy la Sociedad estatal argumenta no haber recibido la hoja de aprecio, a pesar de haber transcurrido ya doce meses. Y sí manifestó la intención de ocupar los terrenos, sin más acuerdos y sin más diálogos “y sin haber recibido un sólo euro”, añade Castillo.

“La sociedad siempre ha estado dispuesta al diálogo y a la renuncia de parte de su patrimonio, pero que no le suponga un quebranto en sus bienes y no altere la estabilidad de los trabajadores de la empresa” añadió.

La cantera militar

Curiosamente Hoarce se ha visto sometida a los criterios unilaterales de la Administración con anterioridad en el asunto de la explotación de la cantera militar de Benzú, hecho que el tiempo y la justicia le han venido dando la razón, tras quedar anulada la adjudicación directa que se otorgó en su día a Cantesa. La Justicia ha puesto las cosas en su sitio, aunque ya el daño estaba hecho. Este ha sido el antecedente “más sangrante”, recuerda Castillo. La adjudicación directa por parte del Ministerio de Defensa de la Cantera militar de Benzú a Cantesa, sin darle opción a su concurrencia en un obligado concurso público ha resultado dañina a los intereses de la empresa ceutí. “Hecho éste que dio lugar -recuerda- al monopolio actual de los áridos de cantera en la ciudad”, lo que ha obligado a Hoarce a importar este producto desde la península, con unos costes adicionales que se están soportando, “en una clara desventaja con quien se ha beneficiado de una ilegalidad administrativa, con sentencia reciente(14-07-2010) por la que quedaba anulada aquélla vergonzosa adjudicación”, concretó el responsable de Hoarce.

Hoarce, por no dejar desabastecida a la Ciudad Autónoma y su desarrollo optó por importar áridos desde la península, dado que la actual explotadora de la cantera militar, se niega a venderles áridos, “formalizando así su estrategia monopolizadora del mercado”, añade.

La salida hacia delante para darle continuidad al negocio y mantener los más de 40 trabajadores ceutíes le llevó a importar este producto de la península, “lo que acarrea unos costes muy superiores a los áridos extraídos de la cantera militar de Benzú”. Pedro Castillo cuantifica pérdidas de entre 40.000 y 60.000 euros mensuales para intentar mantener precios en el mercado ceutí.

La sentencia anulatoria de la irregular adjudicación, que se encuentra en proceso de quedar firme, acarreará sin duda, un proceso posterior de daños y perjuicios, según el despacho jurídico que lleva los asuntos de Hoarce contra el Ministerio de Defensa.

“ Es bastante triste que los problemas de la sociedad se deban a injusticias cometidas por la Administración”. “Hoarce seguirá en pie porque es una empresa formada por trabajadores honrados y luchadores”, vaticinó Pedro Castillo.
 

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