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OPINIÓN - JUEVES, 30 DE SEPTIEMBRE DE 2010

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

Un día perdido
 


Jesús Carretero
jesuscarretero@elpueblodeceuta.com

 

Por casi todos, y digo casi porque, todavía, no me he encontrado a nadie que diga que ayer ganó algo o fue útil para alguien.

Así es como interpreto yo este 29 de septiembre de 2010 en el que unos sindicatos que no son de la mayoría, ni representan a la mayoría del país, hicieron que, por derecho a la huelga, que existe, pero olvidándose de que, al mismo tiempo, también hay derecho a trabajar, pararan muchas personas, algunas de las cuales sin la más mínima apetencia de hacerlo.

Una Huelga General más, algo que a intervalos de siete, ocho o diez años se viene repitiendo y que es el azote con el que los sindicatos fustigan a los presidentes de Gobierno, desde una de las legislaturas de Felipe González.

Pero la pregunta que nos hacemos los que no pertenecemos a los sindicatos, especialmente a los de clase, es esta:¿Se ha logrado algo positivo en alguna de las huelgas generales que ha habido con Felipe González, con José María Aznar o ahora con José Luis Rodríguez Zapatero?.

En las anteriores no se logró absolutamente nada, así como suena, más bien fue un fracaso tras otro, de los sindicatos y en ésta, todavía es pronto para decirlo, me parece a mí que se ha conseguido lo mismo que en aquellas otras, esto es, nada de nada, salvo que mañana desde alguna de las centrales nos digan que han logrado todo y más de lo que pensaban.

Crispación, eso sí, aunque cada día, especialmente en las localidades pequeñas, haya más cordura, pero ese estar frente a quienes muestran actitudes opuestas no es agradable para nadie, ni para los propios sindicatos, especialmente cuando ven que su plan está fracasando, una vez más.

Y tiene que haber otra pregunta más. ¿A partir de ahora, qué?. Pues más de lo mismo y lo que no creo es que tras ésta hayan quedado demasiadas ilusiones, especialmente a UGT y a CCOO, para proponer otra en los próximos meses.

Una huelga general es lo último a lo que se tiene que recurrir en un país normal y con unos sindicatos sensatos. Una huelga general puede ser el recurso, siempre discutible, en caso de “caos” en un país. Aquí eso no se ha tenido en cuenta.

Lo que yo decía, en cabeza, “un día perdido” por todos y con rentabilidad para nadie, ni siquiera para aquellos que con esas palabras de: “compañeros-compañeras” han tenido que recoger sus “bártulos” y decir lo que no sienten, como que “ha sido un éxito”, “que ha sido una lección para el Gobierno” y un largo “bla-bla-bla”, porque lo que no se ha podido decir al parado es que desde mañana va a tener trabajo, ni tampoco a la pequeña o mediana empresa que sus problemas están solucionados, ni al hombre de a pie que va a pagar menos impuestos y va a tener mejores servicios.

De todo eso no pueden hablar los sindicatos, tras la huelga de ayer, porque ellos van a seguir “en su machito”, sus liberados van a dejarse ver, pero sus acciones efectivas no se ven y los que un día les apoyaron se han quedado “con cara de pocos amigos”, viendo como los más listos, una vez más, se hicieron un hueco, “se colocaron”, y ellos siguen como estaban, mejor dicho, peor que antes.

Y todo esto por un día que no fue de esperanzas para nadie y en el que el país, todo él, estuvo funcionando a medias o menos, porque no sólo los que estaban en huelga, sino otros no pudieron cumplir con sus quehaceres. Fue así.
 

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